Jesse dio un alarido antes de echar a correr hacia la parte de atras de la casa.
Simone puso los ojos en blanco ante las payasadas de Jesse. Podia ser exasperante, pero francamente, no podia imaginar su vida sin el.
Ella se quito el abrigo y lo colgo, luego espero a que Xypher hiciera lo mismo.
Una vez que estuvieron en camisa y vaqueros, le indico la parte de atras de su apartamento con una inclinacion de la cabeza.
– Sigueme y te mostrare el camino. -Lo condujo hacia el fondo y a traves de la cocina hasta donde habia dos dormitorios-. Yo estoy a la derecha. Tu habitacion temporal es la de la izquierda.
Habia un cuarto de bano entre ellos.
Xypher hizo una pausa mientras asumia el pequeno lugar al que ella llamaba casa. Era agradable y comodo. No demasiado elegante, pero de tamano perfecto para una mujer que vivia sola… con un fantasma.
Lo hizo entrar en el cuarto de Jesse que estaba pintado de azul. A Xypher le gusto eso, pero habia posters de grupos musicales y peliculas de los 80 pegados en las paredes por todas partes.
Tres cajas de madera disenadas para albumes de vinilo estaban llenas de LP’s y apiladas contra la pared del fondo. Encima habia un viejo equipo de musica Pioneer con un plato giratorio. La comoda tenia toda clase de cosas, incluso un Cubo de Rubik, multitud de dados, y cartuchos de Atari. Parecia el dormitorio de un adolescente de 1987.
Xypher se tomo un minuto para dejar que se filtrara en su conciencia. La mayor parte de las personas que tenian una fuerza fantasma en su vida no se esforzaban mucho en hacerla sentir como en casa. Habia hasta un anticuado ordenador Apple en el escritorio cerca de las cajas, y un Atari conectado a la TV.
– Quieres a Jesse. -Esta era una declaracion obvia dada la habitacion en la que estaban.
– Lo quiero. -Sus ojos brillaron con sinceridad y verdad-. Se quedo y me busco despues de que mi familia se fuera. Se parecia a un hermano mayor… -Inclino la cabeza y sonrio antes de seguir-. Ahora es el mas joven. Pero no hay nada que no hiciera por el.
Cuanto lamentaba no tener aquella clase de la lealtad de alguien. Su problema era que no existia nadie que quisiera hacer algo
– Puedes poner tu ropa aqui. -Abrio un cajon vacio de la comoda.
Xypher dejo las bolsas en el suelo.
– Sabes que esto podria no funcionar.
– ?Y eso?
– Tu dormitorio podria estar demasiado alejado. Podemos no ser capaces de separarnos.
Ella respiro bruscamente.
– Me habia olvidado ya de esa clausula. ?Como lo sabremos?
Xypher se retiro.
– Empecemos caminando. En el momento en el que des con un punto donde jadees, eso deberia decirnos nuestras limitaciones.
– Oh, que alegria. No puedo esperar a ser un pececito de acuario.
– Glub, glub, pequeno pececito. Comienza a caminar.
Simone no se sentia segura mientras se dirigia despacio hacia la puerta. Paso por la entrada, hacia el pasillo. Despues de unos pasos, tuvo menos miedo. Hasta el momento iba bien.
– No parece… -Su voz se quebro al ahogarse. De repente, no podia hablar o moverse. Todo a su alrededor se estaba volviendo oscuro. Aterrador.
De la nada, Xypher estuvo alli. La tomo en brazos, la llevo al dormitorio y la puso en la cama. Su cara estaba roja mientras tambien el luchaba por respirar.
Le llevo varios minutos poder volver a respirar con normalidad otra vez. Xypher se quedo a su lado, mirandola con una expresion que habria denominado de preocupada si la misma idea de su preocupacion por ella no fuera absurda.
– Fue espeluznante -dijo en voz baja, una vez que pudo hablar otra vez-. ?Como lo hiciste, si tampoco podias respirar?
– Pura determinacion.
Le coloco la mano en la mejilla y sus patillas le hicieron cosquillas en la palma. ?Como podia un demonio tener momentos de bondad y compasion?
– Gracias.
Inclino la cabeza hacia ella.
– Ahora sabemos el poco espacio del que disponemos.
Era cierto. Disponian de tal vez entre cuatro y seis metros antes de que la distancia los matara.
– ?Que vamos a hacer?
Xypher considero sus opciones… ninguna de las cuales era muy buena. Se aclaro la garganta antes de contestar:
– Vamos a encontrar algun modo de salir de esta.
– ?Y si no podemos?
Entonces ella iba a morir cuando matara a Satara. Y no habria ningun modo de evitarlo.
CAPITULO 6
Simone salto cuando el telefono en su bolsillo sono rompiendo el incomodo silencio entre ellos. Sacandolo del bolsillo, contesto para encontrarse a Julian al otro lado de la linea.
– Siento molestarte, Simone. Pero ya que ha regresado mi esposa, nos preguntabamos si querrias que te devolvieramos el coche.
– Eso seria fabuloso. ?Estas seguro de que no sera demasiada molestia?
– En absoluto. Solo dame la direccion y nosotros lo llevaremos alli.
– Oh, espera, tu no tienes las llaves de mi coche.
El se rio por lo bajo.
– Confia en mi, no sera un problema.
?Como podia olvidar que estaba hablando con un semidios?
– En ese caso, muchisimas gracias.
Aliviada de conseguir que le devolvieran su vehiculo, Simone le dio la direccion, despues colgo. Finalmente algo iba bien. Eran casi diez horas despues, pero mas vale tarde que nunca.
Se incorporo en la cama.
– Supongo que tenemos que traer el colchon de la cama de Jesse y colocarlo en el suelo para ti.
Xypher retrocedio para darle a ella espacio para moverse alrededor del cuarto.
– ?Por que lo harias?
– Para que tengas un lugar comodo donde dormir esta noche.
Su ceno se hizo mas profundo.
– No necesito un colchon.
?Hablaba en serio? No habia manera en que fuera a dejar que un hombre extrano durmiera en su cama, especialmente no uno que se viera tan bien como el. No confiaba en ninguno de los dos para mantener las manos en ellos mismos.
– No puedes dormir en el suelo. Hace frio.
El arqueo una ceja ante su tono indignado.
– He estado durmiendo sobre tierra helada durante setecientos anos. Por lo menos tus suelos estan limpios y no hay nada corriendo sobre ellos que me muerdan mientras duermo.
Le dolio el corazon ante la descripcion que le dio. Por su expresion, podia decir que no bromeaba ni exageraba.
– ?Que hiciste para que te condenaran?