sobre sus sentimientos. Se reia cautivadoramente. Vivia su vida honestamente.
Tocarla era como tocar el sol. Calido, brillante. Reparador.
Se elevo sobre ella para poder mirarla a los ojos. Podria mirarlos para siempre. Deslizandose sobre su cuerpo, le tomo el rostro entre las manos y le beso la punta de la nariz antes de sumergirse en su interior.
Un gemido se escapo de sus labios por lo bien que se sentia. Mordiendose el labio, se hundio profundamente en ella, mientras miraba fijamente aquellos ojos tan repletos de bondad hacia el.
Y en ese momento, descubrio una devastadora verdad. Habia vendido su alma por la causa equivocada.
Deberia haberla vendido por el amor de Simone. Para ser parte de su mundo para siempre…
Era tan injusto encontrarla ahora que no tenia mas eleccion que partir. El pensamiento le provoco un escalofrio. Presiono la mejilla contra la de ella, y escucho sus cortos y jadeantes suspiros mientras aceleraba los envites.
Simone acuno a Xypher entre los brazos y dejo que la fuerza de su cuerpo la transportara a la cima del placer absoluto. ?Quien hubiera imaginado que un demonio pudiera ser tan tierno? Pero el lo era. La abrazaba como si fuera indescriptiblemente preciada. Como si temiera que se rompiera.
La unica parte de su cuerpo que corria peligro era su corazon. Habia perdido a todas las personas que habian significado algo en su vida.
Solo Jesse habia sido una constante. Y ahora tendria que perder a Xypher. No estaba bien.
Gimio cuando el se hundio tan profundo en su cuerpo que le toco el alma. Elevo las caderas, permitiendole ir aun mas adentro, hasta que se sintio caer.
Emitiendo un grito, se corrio en un deslumbrante estallido de liberacion
El rio triunfalmente antes de moverse mas rapido contra ella. Cuando se corrio, gruno como un animal salvaje que hubiera sido domado temporalmente.
Simone se aferro a el en la oscuridad y lo escucho respirar entrecortadamente junto a su oido.
– No te dejare ir sin pelear, Xypher. Hades no podra recuperarte. No lo permitire.
Xypher hizo una mueca de dolor ante unas palabras que le tocaron el corazon. El hecho de que las pronunciara significaba un mundo para el. Pero sabia por experiencia propia que no convenia confiar en las palabras susurradas en los brazos de un amante. La mayoria de las veces eran palabras vacias.
Ademas, las palabras eran faciles. Los hechos eran lo dificil. La gente salia a la calle con buenas intenciones, pero en cuanto el camino se ponia peligroso o dificil, se daban por vencidos. No habia razones para creer que Simone fuera diferente del resto.
No valia la pena luchar por el. Todo lo que podia ofrecerle era un futuro truncado.
Pero era agradable fingir que podia tener fe en su conviccion. Que lucharia por el y no lo entregaria a sus enemigos…
– ?Xypher?
Se movio hacia un lado y la atrajo hacia sus brazos.
– ?Si?
– ?Amabas a Satara?
– Eso creia, pero me di cuenta muy tarde de que no entiendo el amor. Es una emocion humana.
– Mi padre lo sintio.
– Fue una excepcion, igual que tu madre.
Ella levanto la vista hasta el.
– ?Tu no crees en el amor?
– Creo que existe. Tan solo que no creo que nunca exista para mi.
Suspiro antes de volver a acurrucarse sobre el.
– ?Que sucedio para que odies a Satara del modo en que lo haces?
El se quedo en silencio, con una mano entre sus cabellos, mientras un dolor irrefrenable lo atravesaba. Jamas le habia contado a nadie lo que habia sucedido, pero mientras yacia ahi con Simone, la verdad le salio a borbotones antes de que pudiera detenerse.
– Hice un trato con Jaden para aceptar su castigo.
– ?Que?
Dejo escapar un largo suspiro.
– Le ensene a Satara como caminar en los suenos de las personas. Le permiti usar mis poderes y manipularlos.
– ?Por que hiciste algo asi?
– Por la misma razon por la que tu bailas con Jesse. Los suenos eran el unico lugar en el que tenia emociones. Cuando Satara se unia a mi ahi, me sentia un hombre. Y pense que la queria. En ese momento, estaba dispuesto a hacer lo que fuera para hacerla feliz.
– ?Pero no la amabas?
Hundio la mano entre los cabellos y los desparramo sobre su pecho. Saboreo la fresca y cosquilleante sensacion que le producian.
– No. Y ella tampoco me amaba a mi, aunque dijera que si lo hacia. Me uso a mi y a mis poderes para poder atacar a las personas y torturarlas mientras dormian indefensos.
El corazon de Simone dio un vuelco ante lo que describia.
– ?Que?
– Esa es la maldicion de los Skoti. Si visitamos demasiado a una persona, podemos desgastarlos y asesinarlos, o hacerles perder la razon. Satara usaba mis poderes para poder asesinar a aquellos que no le gustaban.
Xypher respiro entrecortadamente al recordar el fatidico dia. Satara se habia vestido de rojo. Su rubio cabello floraba alrededor de ella, haciendola parecer un angel mientras corria para arrojarse a sus brazos.
– Xypher, ayudame, por favor… -Sus ojos brillaban por las lagrimas.
Nunca la habia visto llorar.
– ?Que va mal?
– Zeus y Hades van a matarme. No se lo puedes permitir.
– ?Matarte? ?Por que motivo?
– Por los suenos que me ensenaste. Ellos… ellos dicen que yo hice algo mal, pero las personas que asesine lo merecian. ?Tu me crees, no es asi?
– Por supuesto.
Ella le sonrio y entonces estuvo perdido.
– Por favor, no me dejes morir, Xypher. Te amo. Siempre te amare.
Dioses, que tonto habia sido al creerla.
Simone trago saliva y el nudo en su estomago se acentuo. Sabia lo que habia hecho despues.
– Invocaste a Jaden.
El asintio.
– Le entregaria mi alma a cambio de que hiciera creer a los otros dioses que era yo quien habia torturado a los humanos. Satara me habia prometido que cuando muriera, vendria al Tartaro y me alimentaria con semillas del jardin de la Destructora.
Simone fruncio el ceno al tratar de comprenderlo.
– ?Para que querias comer semillas?
– Me habrian aniquilado por completo. Cada faceta de mi ser habria sido despojada de su existencia.
Simone emitio un jadeo ante el horror de lo que describia.
– ?Por que querrias algo asi?
El le tomo la mano y la froto sobre las cicatrices que estropeaban su torso.
– No queria sangrar eternamente por algo que no habia hecho. Estaba dispuesto a morir por ella y queria asegurarme de no sufrir eternamente.
Simone hizo una mueca por el dolor que sintio por el.
– No cumplio con su parte del trato.
– No. En vez de hacerlo, vino y se rio de mi por mi estupidez. -Sus ojos se volvieron rojos-. Incluso por un tiempo, les ayudo a torturarme. La miraba fijamente, deseando una parte de su carne con tantas ganas, que casi podia saborearla.
Simone se cubrio la boca con la mano al sentir bilis en la garganta.
– ?Como pudo hacer algo asi?