trigo, parecian iluminados por el sol. Shtrum admiraba a Savostianov y pensaba que su pelo reflejaba el brillo y la claridad de su mente. Sokolov tambien le apreciaba.
– No, Savostianov no es como nosotros, descarados y dogmaticos. El vuela mas alto. Cuando nosotros hayamos muerto, solo quedara su nombre, y tras el, ocultos, el suyo, el mio, el de Markov.
Por lo que respecta a Anna Naumovna, los graciosos del laboratorio la habian apodado «la gallina semental». Poseia una capacidad de trabajo y una paciencia casi sobrehumanas: una vez se habia pasado dieciocho horas seguidas ante el microscopio estudiando emulsiones fotograficas.
Muchos directores de otras secciones del instituto consideraban que Shtrum era sumamente afortunado por contar con un personal de laboratorio tan brillante. A tales comentarios Viktor solia replicar en broma: «Cada jefe de departamento tiene los colaboradores que se merece».
– Hemos pasado por un periodo de depresion y ansiedad -dijo aquel dia Viktor-, pero ahora podernos estar contentos: el profesor Markov ha llevado a cabo un trabajo impecable. El merito, evidentemente, tambien corresponde al taller de mecanica y a los ayudantes de laboratorio, que han llevado a cabo una enorme cantidad de observaciones, cientos y miles de calculos.
Despues de carraspear, Markov intervino:
– Viktor Pavlovich, nos gustaria que nos expusiera su teoria con el mayor detalle posible. – Bajando la voz, anadio-: He oido que la investigacion de Kochkurov en un area similar ofrece grandes posibilidades practicas. Tambien me han dicho que ha llegado desde Moscu una solicitud de informacion sobre los resultados que usted ha obtenido.
Markov siempre estaba al corriente de los pormenores de todo cuanto ocurria. Cuando los colaboradores del instituto estaban a punto de ser evacuados, Markov llego al tren con una avalancha de informacion acerca de las paradas, los cambios de locomotora, los puntos de abastecimiento durante el itinerario.
Savostianov, que habia asistido a la reunion sin afeitarse, dijo con aire pensativo:
– Tendre que beberme todo el alcohol del laboratorio para celebrarlo.
Anna Naumovna, siempre rebosante de iniciativas de caracter social, observo:
– Vaya, ?que alegria! en las reuniones de produccion y en el sindicato local nos acusaban ya de toda clase de pecados mortales.
Nozdrin, el mecanico, guardaba silencio y se frotaba las mejillas hundidas. El joven electricista Perepelitsin, mutilado de una pierna, se ruborizo lentamente hasta ponerse como un tomate y dejo caer la muleta al suelo con gran estruendo.
Fue un buen dia para Viktor.
Pimenov, el joven director del instituto, le habia telefoneado por la manana, cubriendolo de elogios. Pimenov debia tomar un avion para Moscu; estaban ultimando los preparativos para la vuelta a esa ciudad de casi todos los departamentos del instituto.
– Viktor Pavlovich -le habia dicho Pimenov al despedirse-, pronto nos veremos en Moscu.
Me siento feliz y orgulloso de ser el director del instituto durante el periodo en que usted ha concluido esta excelente investigacion.
Ahora, en la reunion del personal del laboratorio, Viktor encontraba todo sumamente agradable.
Markov, que tenia por costumbre bromear acerca de las normas del laboratorio, decia:
– Tenemos un regimiento de doctores y profesores; un batallon de jovenes investigadores; y como soldado… solo uno: ?Nozdrin! -Con esta broma expresaba su desconfianza hacia los fisicos teoricos-. Somos como una piramide invertida, con una parte superior ancha y una base estrechisima. El equilibrio es precario. Lo que necesitamos es una base firme, un regimiento de gente como Nozdrin.
Y despues del informe de Viktor, Markov dijo:
– Bien, ?ya podia seguir hablando de regimientos y de piramides!
En cuanto a Savostianov, el que habia comparado la ciencia con el deporte, miraba a Shtrum despues de su charla con una expresion en los ojos sorprendentemente calida y alegre.
Viktor comprendio que en aquel momento Savostianov le miraba no como un futbolista mira a su entrenador, sino como un creyente contempla a un apostol. Recordo la discusion de Savostianov con Sokolov, asi como su reciente conversacion con Sokolov, y se dijo a si mismo: «Tendre alguna idea de la naturaleza de las fuerzas nucleares, pero no entiendo ni torta de la naturaleza humana».
Hacia el final de la jornada laboral, Anna Naumovna entro en el despacho de Shtrum y le dijo:
– Viktor Pavlovich, acabo de ver la lista de las personas que regresan a Moscu. El nuevo jefe del departamento de personal no ha incluido mi nombre.
– Lo se, lo se; no se preocupe -dijo Viktor-. Se han redactado dos listas. Usted esta en el segundo turno. Partira unas semanas mas tarde, eso es todo.
– Por alguna razon soy la unica persona de nuestro grupo que no esta incluida en la primera lista. Creo que me volvere loca, no soporto vivir aqui. Sueno con Moscu cada noche. Y ademas, ?eso quiere decir que montaran el laboratorio en Moscu sin mi?
– Si, en efecto. Pero entiendalo, la lista ya esta confirmada, seria dificil modificarla. Mire, Svechin, del laboratorio de magnetismo, ya ha consultado el tema a proposito de Boris Izrailevich, a quien le ha ocurrido lo mismo que a usted, pero por lo visto tenemos que conformarnos. Lo mejor que puede hacer es tener paciencia.
De repente Viktor monto en colera y se puso a gritar:
– A saber con que parte del cuerpo razona esta gente. Han incluido personas en la lista que no necesitamos para nada y en cambio se han olvidado de usted, que nos seria muy util para el montaje principal.
– No me han olvidado -dijo Anna Naumovna con los ojos banados en lagrimas-, peor… -Lanzo una extrana mirada rapida, temerosa, hacia la puerta entreabierta y anadio-: Viktor Pavlovich, por alguna razon solo han suprimido de la lista al personal judio. Me ha dicho Rimma, la secretaria del departamento de personal, que en la Academia Ucraniana de Ufa han tachado a casi todos los judios de la lista: solo han dejado a los doctores en ciencias.
Viktor, boquiabierto, la miro por un instante sin salir de su asombro. Despues se echo a reir.
– Pero que cosas dice, querida. ?Ha perdido el juicio! Gracias a Dios no vivimos en la Rusia de los zares. ?A que viene ese complejo de inferioridad de judio de shtetl? ?Quitese de la cabeza esas tonterias!
8
?La amistad! Existen tantos tipos…
La amistad en el trabajo. La amistad en la actividad revolucionaria, la amistad en un largo viaje, entre soldados, en una prision de transito, donde entre el encuentro y la separacion discurren solo dos o tres dias, pero el recuerdo de esas horas se conserva durante anos. La amistad en la alegria, la amistad en el dolor. La amistad en la igualdad y la desigualdad.
?En que consiste la amistad? ?En una simple comunidad de trabajo y destino? A veces el odio entre miembros de un mismo partido cuyas ideas solo se diferencian en pequenos matices es mayor que hacia los enemigos del partido. A veces los hombres que van juntos a la batalla se detestan mas entre ellos que al enemigo comun. Y del mismo modo a veces el odio entre prisioneros supera al odio que estos sienten por sus carceleros.
Lo cierto es que los amigos se encuentran la mayoria de veces entre aquellos que comparten el mismo destino, la misma profesion, los mismos objetivos, pero concluir que es esa comunidad lo que determina la amistad seria un tanto prematuro.
?Pueden establecer lazos de amistad dos caracteres completamente diferentes? ?Por supuesto!
La amistad a veces es una relacion desinteresada.
La amistad a veces es egoista, otras esta marcada por el espiritu de sacrificio; pero lo extrano es que el egoismo de la amistad aporta un beneficio desinteresado a aquel del que se es amigo, mientras que el sacrificio de la amistad es esencialmente egoista.
La amistad es un espejo en el que el hombre se contempla a si mismo. A veces, mientras conversas con un amigo, te reconoces a ti mismo: es contigo mismo con quien hablas, es contigo con quien te relacionas.
La amistad es igualdad y afinidad. Pero al mismo tiempo es desigualdad y diferencia.