– El la beso duramente cuando ella no contesto. -Dimelo.

Su respiracion salio en una muda prisa. Ella no podia pensar, no podia hablar.

El tomo su mano y la puso a su alrededor.

– Entonces muestrame, Mary. – Dijo el a su oido.- Muestrame donde quieres que vaya. Conduceme. Vamos. Hazlo.

Incapaz de parar, ella tomo su palma y la puso sobre su cuello. En lento barrido, la devolvio a su pecho. El ronroneo con aprobacion y la beso a un lado de la mandibula.

– Si, alli. Sabemos que quieres que vaya alli. ?Donde mas?

Estupida, fuera de control, ella condujo su mano hacia su estomago. Entonces bajo a su cadera.

– Bueno. Esto es bueno. -Cuando ella vacilo, el susurro. – No te pares, Mary. Sigue. Muestrame donde quieres que vaya.

Antes de que ella perdiera el animo, puso su mano entre las piernas. Su holgada falda cedio al paso, dejandolo entrar y un gemido se le escapo cuando percibio su palma sobre su centro.

.Oh, si, Mary. Asi es. -El la acaricio y ella se agarro a sus gruesos biceps, echandose hacia a delante. -Dios, me quemas vivo. ?Estas tan mojada para mi, Mary? Creo que si. Pienso que estas cubierta de miel…

Necesitando tocarlo, ella puso sus manos bajo su chaqueta, en su cintura, sintiendo el crudo y atemorizante poder de su cuerpo. Pero antes de que pudiera alejarse, el aparto sus brazos y le sostuvo las munecas con una mano. Claramente el no iba a parar, sin embargo. La presiono hacia atras con su pecho, hasta que ella sintio un solido arbol contra su espalda.

– Mary, permiteme hacerte sentir bien. -A traves de su falda, sus dedos sondearon y encontraron el punto de placer. -Quiero hacer que llegues. Aqui y ahora.

Cuando ella grito, el comprendio que estaba al borde del orgasmo y el estaba completamente alejado, un ingeniero de su lujuria quien no sentia nada el mismo: su respiracion era serena, su voz estable, su cuerpo sin ninguna afectacion.

– No. -Gimio ella.

La mano de Hal ceso las caricias. -?Que?

– No.

– ?Estas segura?

– Si.

Al instante, el se echo hacia atras. Y mientras el estuvo de pie calmado delante de ella, ella intento recobrar el aliento.

Su facil consentimiento le dolio, pero ella se pregunto por que el lo habia hecho. Tal vez llegaba estando en control. Infiernos, hacer que una mujer jadeara debia ser un viaje de poder fabuloso. Y eso explicaria por que el queria estar con ella y con aquellas chicas sexys. Una no- tan-atractiva mujer podria ser mas facil para permanecer distante.

La verguenza apreto su pecho.

– Quiero volver. Dijo ella, a punto de ponerse a llorar. -Quiero ir a casa.

El suspiro. -Mary…

– Si piensas pedirme perdon, voy a enfermar…

De repente, Hal fruncio el ceno y ella comenzo a estornudar.

Dios, por alguna razon, su nariz sentia un estremecimiento como si se le escapara. Algo habia en el aire. Dulce. Como el detergente de la lavanderia. ?O era tal vez talco de bebes?

La mano de Hal golpeo su brazo. -Echate al suelo. Ahora mismo.

– ?Por que? Que…

– Echate al suelo. -El la empujo hasta sus rodillas. -Manten tu cabeza a cubierto.

Girando a su alrededor, se planto delante de ella, sus pies separados, la manos delante de su pecho. Desde la separacion de sus piernas, ella vio a dos hombres salir desde un lugar de arces. Estaban vestidos con ropas de trabajo negras, su piel palida y su pelo brillaban a la luz de la luna. La amenaza que se les habia echado encima en el parque la hizo comprender lo lejos que ella y Hal habian estado vagando.

Ella busco en su bolso su telefono movil e intento convencerse que estaba reaccionando de una forma exagerada.

Si, de acuerdo.

Los hombres se dividieron y atacaron a Hal por ambos lados, llegaron rapidamente y bajaron al suelo. Ella grito alarmada, pero Hal…Santo Moises, Hal sabia lo que se hacia. Se abalanzo sobre la derecha y agarro a uno de ellos por un brazo, tirando al tipo al suelo. Antes de que el hombre pudiera levantarse, Hal lo piso con fuerza sobre su pecho, clavandolo. El otro atacante termino ahogandose, dando patadas y golpeando, jadeando por obtener aire, yendo rapidamente a ninguna parte.

Sombrio, mortifero, Hal estaba muy controlado, a gusto con la violencia. Y su fria expresion, tranquila la molestaba infernalmente a ella, hasta cuando le estaba agradecida por haberlos salvado.

Ella encontro su telefono y comenzo a marcar el 911, pensando que el claramente los podria sostener mientras llegaba la policia.

Ella oyo un repugnante chasquido.

Mary alzo la vista. El hombre que habia sido agarrado cayo al suelo, su cabeza colgando de su cuello en un angulo totalmente incorrecto. No se movia.

Ella se levanto. -!Que has hecho!

Hal saco una larga daga negra de algun sitio y sobresalio sobre el hombre que habia estado bajo su bota. El tipo reptaba por la tierra para escaparse.

– No. -Ella se coloco delante de Hal.

– Hazte a un lado. – Su voz era misteriosa. Apartada. Totalmente indiferente.

Ella lo cogio por el brazo. -Paralo.

– Tengo que terminar…

– No voy a dejar que mates otro…

Alguien la agarro del pelo y la tiro a sus pies. Entonces el otro hombre de negro ataco a Hal.

El dolor atraveso su cabeza y su cuello como un relampago y luego cayo sobre su trasero con fuerza. El impacto del golpe hizo que la abandonara la respiracion y las estrellas irrumpieran su vision como fuegos artificiales. Ella luchaba por conseguir aire en sus pulmones cuando sus brazos fueron retorcidos hacia arriba y se la llevaron arrastrandola. Rapidamente.

Su cuerpo se golpeaba contra el suelo, sus dientes castaneando. Ella levanto la cabeza aun cuando esto le enviaba agujas arriba y debajo de su espina dorsal. Lo que vio fue un horrible alivio. Hal lanzaba otro cuerpo sin vida sobre la hierba y venia tras ella en una carrera mortal. Sus muslos se comian por completo la distancia, la chaqueta llameaba detras de el, la daga estaba en su mano. Sus ojos eran de un azul chillon en la noche, como linternas de neon sobre un coche, y su gran cuerpo era nada mas que la muerte que espera un lugar para pasar.

Gracias a Dios

Pero entonces otro hombre se lanzo sobre Hal.

Cuando Hal rechazo al tipo, Mary llamo a su entrenamiento de auto-defensa, retorciendose hasta que su atacante tuviera que recolocarse para apretarla. Cuando ella sintio que sus dedos se aflojaban, dio un tiron con tanta fuerza como pudo. El giro y la reconquisto rapidamente, pero con un agarre menos seguro. Ella tiro otra vez, obligandolo a parar y girarse.

Ella se batio, lista para ser golpeada, pero al menos esperaba haberle conseguido a Hal algo de tiempo.

No hubo ningun golpe. En cambio un aullido de dolor salio desde el hombre y su raptor cayo sobre ella, un pesado y sofocante peso. El panico y el terror le dieron las fuerzas para retirarlo.

Su cuerpo se dio la vuelta debilmente. La daga de Hal atravesaba el ojo izquierdo del hombre.

Demasiado horrorizada para gritar, Mary se puso de pie y corrio tan rapido como pudo. Estaba segura de que la volverian a coger, convencida de que iba a morir.

Pero entonces el brillo de las luces de restaurante finalmente entro en su campo de vision. Cuando sintio el asfalto del aparcamiento, quiso llorar de gratitud.

Hasta que vio a Hal delante de ella. Como si hubiera aparecido de la nada.

Dio un patinazo al pararse, jadeando, mareada, incapaz de comprender como habia podido ir tras ella. Cuando sus rodillas se agotaron, ella fue hasta un coche cualquiera.

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