bostezo y alcanzo la puerta. El puso su mano en su brazo.
– Dejame ser un caballero y hacer esto por ti.
Ella sonrio y dejo caer la mirada como si no estuviera acostumbrada a que los hombres la trataran con excesivos mimos.
Rhage salio. Mientras, olio el aire y uso sus ojos y oidos para penetrar en la oscuridad. Nada. Un monton de nada.
Mientras caminaba alrededor de la zona trasera del coche, abrio el maletero, saco un gran petate, e hizo una nueva pausa. Todo estaba tranquilo, incluyendo sus impulsivos sentidos.
Cuando le abrio la puerta a Mary, ella miro con el ceno fruncido lo que colgaba de su hombro.
El sacudio la cabeza. -No creo que pase la noche o algo asi. Solo he notado que la cerradura de mi maletero esta rota y no quiero dejarlo tan desatendido. O a simple vista.
Maldicion, odiaba mentirle. Literalmente le revolvio el estomago.
Mary se encogio y anduvo hasta la puerta delantera. -Debe haber algo importante dentro de esa cosa.
Si, tan solo bastante potencia de fuego para aplanar un edificio de oficinas de diez pisos. Y esto todavia no era suficiente para protegerla.
Ella parecia algo torpe cuando abrio la puerta delantera y dio un paso hacia adentro. La dejo vagar por la habitacion conectando las luces y trabajando con su nerviosismo, pero el estaba justo detras de ella. Cuando la siguio, visualmente comprobo las puertas y las ventanas. Todas estaban cerradas. El lugar era seguro, al menos la planta baja.
– ?Quieres comer algo?-Le pregunto ella.
– Nah, estoy bien.
– Yo tampoco tengo hambre.
– ?Que hay arriba?
– Um…mi dormitorio.
– ?Quieres ensenarmelo? -El tenia que examinar el segundo piso.
– Tal vez mas tarde. ?De verdad quieres verlo? Er…ah…infiernos. – Ella se paro con inquietud y lo miro fijamente, con las manos en las caderas. -Voy a ser clara contigo. Nunca he tenido a un hombre en esta casa. Y estoy oxidada en lo de la hospitalidad.
El dejo caer su petate. Incluso aunque el estuviera listo para la batalla y tenso como un gato, tenia bastante energia mental abandonada para ser debilitado por ella. El hecho de que otro hombre no hubiera estado en su espacio intimo lo complacia tanto que su pecho canto.
– Creo que estas haciendolo bien. -Murmuro el. El extendio la mano y le acaricio la mejilla con el pulgar, pensando en lo que queria hacer con ella arriba en aquel dormitorio.
Inmediatamente su cuerpo comenzo a dar vueltas, una extrana quemazon condensandose a lo largo de su columna vertebral.
El obligo a su mano a caer a un lado. -Tengo que hacer una rapida llamada telefonica. ?Te importa si uso la parte de arriba para estar en privado?
– Desde luego. Voy a…esperarte aqui.
– No tardare mucho.
Cuando corrio hacia su dormitorio, el saco su telefono movil del bolsillo. La maldita cosa estaba agrietada, probablemente de una de las patadas de los lessers, pero aun marcaba. Cuando salio el buzon de voz de Wrath, le dejo un corto mensaje y rezo como el infierno para que lo llamaran pronto.
Despues de hacer una evaluacion rapida de la zona de arriba, el volvio abajo. Mary estaba sobre un divan, las piernas recogidas debajo de ella.
– Entonces, ?Que vamos a ver? -Pregunto el, buscando caras palidas en puertas y ventanas.
– ?Por que miras alrededor de esta lugar como si fuera un callejon trasero?
– Lo siento. Un viejo habito.
– Has debido de haber estado en una infernal unidad militar.
– ?Que quieres ver? -El se acerco a donde estaban todos los DVDs alineados.
– Tu escoge. Yo ire a cambiarme con alguna cosa…-Ella enrojecio. -Bien, para ser honesta, algo mas comodo. Y que no tenga hierba sobre ella.
Para asegurarse que ella estaba a salvo, la espero al fondo de la escalera cuando ella se movio por su dormitorio. Cuando comenzo a bajar a la primera planta, el camino hacia atras hacia las estanterias.
Mirando la coleccion de peliculas supo que estaba en problemas. Habia muchos titulos extranjeros, algunos sinceramente americanos. Un par de viejos exitos como Algo para recordar. Casa -jodida-blanca.
Absolutamente nada de Sam Raimi o Roger Corman ?No habia oido ella nada sobre la serie de Evil Dead? Espera, habia una esperanza. El saco una funda. Nosferatu, Eine Symphonie des Grauens. La clasica pelicula de vampiros de German de 1922.
– ?Has encontrado algo que te guste? -Dijo ella.
– Si. -La miro sobre su hombro
Oh,…hombre. Ella se habia vestido para el amor, por lo que el se preocupo: El pijama de franela con estrellas y lunas estampadas sobre el. Una camiseta blanca. Mocasines blandos de ante.
Ella tiro del dobladillo de la camiseta, intentando bajarla mas. -Pense en ponerme unos vaqueros, pero estoy cansada y esto lo llevo en la cama…er, para relajarme. Ya sabes, nada de imaginacion.
– Me gustas con todo ello. -Dijo el en voz baja. -Pareces estar comoda.
Si, al diablo con ello. Ella se veia comestible.
Una vez que tuvo la pelicula y la hizo rodar, el cogio el petate, lo llevo hasta el divan y al final se sento frente a ella. Se estiro, intentando fingir para su beneficio que cada musculo de su cuerpo no estaba tenso. La verdad era que estaba al limite. Entre la espera de que un lesser entrara a la fuerza, el rezar para que Warth llamara en cualquier momento y el deseo de besar el camino hacia la parte interior de sus muslos, era un vivo y respirante cable de acero.
– Puedes poner los pies sobre la mesa, si quieres. -Dijo ella.
– Estoy bien. -El se estiro y apago la lampara de su izquierda, esperando a que ella se durmiera. Al menos podria moverse y vigilar el exterior sin conseguir irritarla.
A los quince minutos de pelicula, ella dijo. -Lo siento, pero me desvanezco aqui.
El la miro. Su pelo abierto como un abanico sobre los hombros y enroscada sobre si misma. Su luminosa piel un poco enrojecida por el parpadeo de la TV, sus parpados cerrados.
Asi se veria ella cuando se despertaba por las mananas, penso el.
– Dejate ir, Mary. Voy a quedarme un poco mas, ?OK?
Ella se puso una suave manta de color crema sobre ella. -Si, desde luego. Pero, um, Hal…
– Espera. ?Por favor podrias llamarme por mi…otro nombre?
– Okey, ?Cual es?
– Rhage.
– Ella fruncio el ceno. – ?Rhage?
– Si.
– Ah, seguro. ?Es como un apodo o algo asi?
– El cerro los ojos. -Si.
– Bien. Rhage…gracias por esta noche. Por ser tan flexible, creo.
El maldijo silenciosamente, pensando que ella deberia cachetearlo en vez de sentirse agradecida. El casi la habia matado. Ahora ella era un objetivo de los lessers. Y si ella supiese la mitad de las cosas que el le queria hacer a su cuerpo, ella probablemente se encerraria en el cuarto de bano.
– Esta bien, ya sabes. -Murmuro ella.
– ?El que?
– Se que solo quieres que seamos amigos.
?Amigos?
Ella se rio con fuerza.-Me refiero, a que no quiero que pienses que malinterprete aquel beso cuando me recogiste. Se que no era…ya sabes. De todas formas, no tienes que preocuparte por mi obteniendo una idea equivocada.
– ?Por que piensas que podria estar preocupado?