– Venga, vamonos. -Dijo el apenas.
En una fria precipitacion, ella recordo el chasquido del cuello del hombre. Y la daga negra en el ojo del hombre. Y el control tranquilo, cruel de Hal.
Hal era la muerte…La muerte en un hermoso paquete.
– Alejate de mi. -Ella se cayo sobre sus pies y el extendio la mano hacia ella. -?No! No me toques.
– Mary…
– Mantente lejos de mi. -Ella fue hacia el restaurante, las manos levantadas para rechazarlo. Para lo poco que le serviria contra el.
Hal la siguio, moviendo sus poderosos brazos y piernas. -Escuchame…
– Necesito…-Ella se aclaro la garganta. -Tengo que llamar a la policia.
– No, no lo haras.
?Fuimos atacados! Y tu…mataste a gente. Mataste a la gente. Quiero llamar a…
– Esto es algo privado. La poli no puede protegerte. Yo puedo.
Ella se paro, un sucio disparo de la verdad en la que el estaba en el centro. Todo tenia sentido. La amenaza que el ocultaba detras de su encanto. La carencia absoluta de miedo cuando fueron atacados. Su determinacion a no implicar a la policia. Dios, el hecho de que habia rajado la cabeza de un hombre con facilidad, como si lo hubiera hecho antes.
Hal no queria que ella llamara al 911 porque el estaba al otro lado de la ley. No menos que los gamberros que habian ido detras de ellos.
Ella bajo su brazo para sostener el bolso, a punto de volver a correr. Y se dio cuenta de que su bolso habia desaparecido.
Hal maldijo, rapido y fuerte. -?Has perdido el bolso, verdad? -El miro a su alrededor. -Escucha, Mary, tienes que venir conmigo.
– Un infierno que lo hare.
Ella huyo hacia el restaurante, pero Hal salto delante de ella, bloqueandole el camino, cogiendola de los brazos.
– Gritare. – Ella miro hacia los aparcacoches. Ellos estaban probablemente a unos 25 metros de distancia. - Gritare muy fuerte.
– Tu vida esta en peligro, pero puedo protegerte. Confia en mi.
– No te conozco.
– Si, lo haces.
– Ah, tienes razon. Eres hermoso, entonces posiblemente no puedes ser malo.
El senalo con un dedo hacia el parque. -Te salve ahi. Sin mi, ahora mismo no estarias viva.
– Bien. Muchas gracias. ?Ahora dejame sola!
– No quiero hacer eso. -Refunfuno el. -Realmente no lo hago.
?Hacer que!
El paso su mano por delante de su cara.
Y de repente, ella no podia recordar por que estaba tan enojada.
Capitulo 19
Estando de pie ante Mary, su memoria a su merced, Rhage se dijo que tenia que terminar el trabajo. Solo borrarlo como si fuera una mancha.
– Si, ?y como iba a trabajar para ellos?
Habia abandonado al menos a uno, tal vez a dos lessers vivos en el parque cuando habia tenido que ir detras de ella. Si aquellos sujetos pillaban su bolso y el solo podia imaginar que lo tenian, ella estaba en la mira. La Sociedad ya estaba secuestrando civiles que no sabian nada de la Hermandad: ella en realidad habia sido vista con el.
?Pero que diablos iba a hacer ahora? No podia abandonarla sola en su casa porque su direccion estaria en su permiso de conducir y este seria el primer lugar al que los lessers irian. Llevarla a un hotel no era una opcion, porque no podia estar seguro de que ella se quedaria alli. No entenderia por que tendria que mantenerse a distancia de su casa porque no recordaria el ataque.
Lo que el queria hacer es llevarla a la mansion, al menos hasta que pudiera calcular como manejar esta mierda de tormenta. El problema era que tarde o temprano alguien averiguaria que ella estaba en su cuarto y estas no serian buenas noticias para nadie. Incluso si la orden de Tohr de borrarle la memoria no se mantenia en pie, los humanos estaban prohibidos en su mundo. Demasiado peligroso. Lo ultimo que la Hermanad necesitaba para la existencia de la raza y la secreta guerra con los lessers era hacerse publico entre los Homo sapiens.
Si, pero el era el responsable de la vida de Mary Y las reglas se pusieron para ser torcidas…
Tal vez podria conseguir que Warth le permitiera llevarla. La Shellan de Wrath era medio humana y despues de que los dos se habian unido, el Rey Ciego se habia ablandado con especto el tema de las mujeres. Y Thor no podia anular al rey. Nadie podia.
Excepto que mientras Rhage intentara presentar su caso, Mary tenia que ser mantenida a salvo.
El penso en su casa. Estaba apartada del camino, entonces si un admirador de mierda venia a golpearla, el podria defenderla sin tener que preocuparse mucho de la interferencia de la policia humana. Tenia muchas armas en su coche. Podria colocarla, protegerla si fuera necesario y llamar a Wrath.
Rhage libero su mente, cortando su memoria solo despues de que ellos hubiesen salido del coche. Ella no recordaria sus besos.
Que, considerando todas las opciones, era una buena cosa. Condenacion. La habia empujado demasiado lejos, demasiado rapido y el casi se habia rajado. Mientras su boca y su cuerpo estuvieron en ella, el zumbido se habia elevado a un grito. Especialmente cuando ella habia tomado su palma y la habia puesto entre sus muslos.
– ?Hal? -Mary lo miro con turbacion.- ?Que pasa?
El se sintio espantoso mientras examinaba sus grandes ojos y termino de enterrar las imagenes en su mente. Habia borrado la memoria de incontables mujeres humanas antes y nunca se lo habia pensado dos veces. Pero con Mary, parecia que se llevaba algo de ella. Invadiendo su intimidad. Traicionandola.
Le paso una mano por el pelo, agarrando un mechon y deseando sacar la materia directamente de su cabeza. -?Entonces prefieres que nos saltemos la cena y volvamos a tu casa? Yo podria tomar alguna cosa fria.
– Bueno, pero…siento como que hay alguna cosa que nosotros teniamos que hacer. -Ella se miro a si misma y comenzo a cepillar la hierba. -Considerando como habia dejado esta falda cuando dejamos mi casa, probablemente no deberia a parecer ante el publico de todas formas. Sabes, pensaba que habia limpiado el cesped de…Espera un minuto, ?donde esta mi bolso?
– Tal vez te lo dejaste en el coche.
– No, yo…Oh, Dios. -Ella comenzo a temblar de modo incontrolable, respirando rapidamente, superficialmente. Sus ojos freneticos. -Hal, lo siento, yo…necesito…Ah, infiernos.
La adrenalina corria por todo su sistema. Su mente podia estar tranquila, pero su cuerpo todavia estaba inundado por el miedo.
– Ven aqui. -Dijo el, atrayendola contra su cuerpo. -Dejame abrazarte hasta que esto pase.
Mientras le murmuraba, mantuvo sus manos al frente de manera que no encontraran la daga bajo su brazo o su Baretta nueve milimetros en su bolsillo trasero. Sus ojos precipitandose a su alrededor, buscando entre las sombras del parque a la derecha y el restaurante a la izquierda. Estaba desesperado por llevarla al coche.
– Me siento tan avergonzada. -Dijo ella contra su pecho. – No habia tenido un ataque de panico desde hacia mucho tiempo.
– No te preocupes por ello. -Cuando ella dejo de temblar, el se retiro. -Vamos.
La metio rapidamente en el GTO y se sintio mejor cuando se puso en marcha y salio del aparcamiento.
Mary miro todo alrededor del coche.
– Miercoles. Mi bolso no esta aqui. Debo habermelo dejado en casa. Hoy estoy algo olvidadiza. -Ella se recosto contra el asiento y busco entre sus bolsillos. -?Aja! Al menos tengo mis llaves.
El viaje desde la ciudad fue rapido, tranquilo. Cuando aparco el GTO delante de su casa, Mary escondio un