– Te sientas tieso como una tabla al otro lado del divan. Como si tuvieras miedo de que fuera a saltar sobre ti.

El oyo un ruido fuera y sus ojos se dirigieron hacia la ventana de la derecha. Pero era solo una hoja que habia volado hacia el cristal.

– No queria hacerte sentir torpe. -Solto ella. -Solo queria…ya sabes, tranquilizarte.

– Mary, no se que decir. -Por que la verdad la aterrorizaria. Y ya le habia mentido bastante.

– No digas nada.-Probablemente no deberia haberlo dicho. Todo lo que queria decir era, que estoy contenta de que estes aqui. Como un amigo. De verdad que me gusto el paseo en coche. Y me gusta caminar. No necesito mas de ti, francamente. Tienes buen material de amigo.

Rhage hizo una respiracion. En toda su vida adulta, nunca una mujer lo habia llamado amigo. O valorado su compania para otra cosa que no fuera el sexo.

En la Vieja Lengua, el le susurro. -No tengo palabras, mi mujer. Ningun sonido de mi boca es digno de tu oido.

– ?Que lengua es esta?

– Mi lengua materna.

Ella asintio con la cabeza, considerandolo. -Es parecido al frances, pero no exactamente. Habia algo de eslavo. ?Tal vez hungaro o algo asi?

El cabeceo. -Basicamente.

– ?Que has dicho?

– Me gusta estar aqui contigo, tambien.

Ella sonrio y dejo caer su cabeza.

Tan pronto como el supo que ella estaba fuera de juego, abrio el petate y verifico dos veces que las armas estuvieran cargadas. Entonces anduvo por la casa, apagando las luces. Cuando estuvo totalmente oscuro, sus ajustados ojos y sentidos se intensificaron aun mas.

Exploro los bosques posteriores a la casa. Y el prado de la derecha. Y la gran granja a la distancia. Y la calle de enfrente.

El escucho, rastreando los pasos de los animales a traves de la hierba y notando como el viento acariciaba las tablillas de madera del granero. Cuando bajo la temperatura de fuera, controlo los crujidos de la casa, examinandolos, sondeando por si irrumpian. Merodeo alrededor, volviendo al cuarto, hasta que penso que iba a explotar.

Comprobo su telefono movil. Estaba conectado, con el timbre activado. Y la cosa recibia la senal.

El maldijo. Andando alrededor un poco mas.

La pelicula termino. El la comenzo en caso de que ella se despertara y quisiera saber por que aun estaba alli. Entonces dio otra vuelta alrededor de la primera planta.

Cuando estuvo en la parte de atras de la sala de estar, se froto la frente y sintio el sudor. Su casa estaba mas caldeada de lo que estaba acostumbrado o tal vez solo estaba como una bomba. Por uno u otro camino, el tenia calor, entonces se quito la chaqueta y puso sus armas y el telefono movil dentro del petate.

Cuando se enrollo las mangas, se puso de pie ante ella y la midio lentamente, incluso las respiraciones. Ella era muy pequena sobre aquel divan, mas pequena aun para aquellos fuertes ojos grises de guerrero, ocultos tras los parpados y cejas. Se sento a su lado y con cuidado cambio su cuerpo, para que ella se recostara contra el pliegue de su brazo.

Al lado de su musculo, ella era diminuta.

Ella se revolvio, levantando su cabeza. -?Rhage?

– Vuelvete a dormir. -Le susurro el, impulsandola contra su pecho. -Solo deja que te sostenga. Es todo lo que voy a hacer.

El absorbio su suspiro por su piel y cerro los ojos cuando su brazo se coloco alrededor de su cintura, su mano metida en su costado.

Tranquilo.

Todo estaba tranquilo. Tranquila la casa. Tranquilo fuera.

Tuvo el estupido impulso de despertarla y colocarla de nuevo, entonces podria sentirla mas facilmente contra el una vez mas.

En cambio, se concentro en su respiracion, combinandolos y empujando sus propios pulmones como los de ella.

Tan…pacifico.

Y silencioso.

Capitulo 20

Cuando John Mattew dejo el Moe’s Diner, donde trabajaba como ayudante de camarero, se preocupo por Mary. Ella habia hecho un cambio el jueves en el telefono rojo, lo cual era lago insolito, y esperaba que estuviera esta noche. Como eran las doce treinta, aun tenia media hora antes de que ella saliera, entonces estuvo seguro que la cogeria. Asumiendo que se dejara ver.

Camino tan rapido como pudo, cubrio los seis sucios bloques de apartamentos en aproximadamente diez minutos. Y aunque el viaje a casa no era nada especial, su edificio estaba lleno de diversion y juegos. Cuando paso por la puerta principal, oyo a algunos hombres borrachos discutiendo, sus palabras mayores imprecisas, coloridas e inconsistentes. Una mujer grito algo sobre el embate de la musica. La hirviente respuesta masculina que ella obtuvo fue del tipo que el asociaba con gente armada.

John paso como un relampago por el vestibulo y subio las desconchadas escaleras, encerrandose en su estudio con manos rapidas.

Su espacio era pequeno y probablemente dentro de unos cinco anos lo declararian en ruinas. Los pisos eran mitad de linoleo y la otra mitad moqueta, y las dos eran identidades ilegales. El linoleo estaba desgastado de manera que parecia que fuera a convertirse en una cosa a contra pelo y la moqueta se habia puesto tan rigida que estaba mas cerca de a dura madera.

Las ventanas estaban opacas por la mugre, lo que en realidad era algo bueno, ya que asi no necesitaba persianas. La ducha y el cuarto de bano funcionaban, pero el fregadero estaba obstruido desde el dia que llego. Habia intentado que la cosa funcionara con algun Drano, pero cuando esto no funciono, decidio no meterse con las tuberias. No tenia ningun interes en saber que habian empujado por aquella garganta.

Como el siempre hacia cuando llegaba a casa a los viernes, abrio una ventana y miro la calle a traves de ella. Las oficinas del Telefono Directo Para la Prevencion del Suicidio estaban abiertas, pero Mary no estaba en el escritorio que normalmente usaba.

John fruncio el ceno. Tal vez ella no se encontraba bien. Parecia bastante agotada cuando el habia ido a su casa.

Manana, decidio el, iria en bicicleta hasta donde ella vivia comprobaria como estaba.

Dios, estaba tan contento por que finalmente tuvo el coraje de acercarse a ella. Habia sido tan agradable, aun mas en persona que por el telefono. ?Y ella conocia el ASL? ?Como habia sido destino?

Cerrando la ventana, se acerco a la nevera liberando la goma que mantenia la puerta cerrada. Dentro habia cuatro paquetes de Ensure de vainilla. Saco dos latas, luego estiro la goma hasta su lugar. Calculo que su apartamento era el unico del edificio que no estaba infestado de bichos, y era solo por que no tenia ningun alimento de verdad a su alrededor. Su estomago no podia con esa materia.

Sentado sobre su colchon, se apoyo contra la pared. El restaurante habia estado ocupado y le dolian horriblemente los hombros.

Cautelosamente bebio a sorbos desde el principio, esperando que su vientre lo dejara tranquilo esta noche, recogio de nuevo la revista Musculos y Salud que ya habia leido dos veces.

Miro fijamente la portada. El tipo de enfrente tenia la piel bronceada, un paquete aumentado, relleno de biceps, triceps, pechos y abdominales. Para amplificar la apariencia del macho, tenia una hermosa muchacha con un bikini amarillo alrededor de el como una cinta.

John habia estado leyendo sobre los levantadores de peso durante anos y habia ahorrado durante meses para

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