Hizo una profunda sonrisita. -Pareces un poco palido, colega.

John salio disparado por las escaleras hacia la calle. Corrio a la esquina, doblo a la izquierda y siguio corriendo. Corrio y corrio, hasta que no pudo mas por que se quedo sin aliento. Apoyandose sobre la coyuntura entre el edificio de ladrillos y un basurero, jadeando.

En sus suenos, luchaba contra hombres palidos. Hombres palidos con ropa negra cuyos ojos no tenian alma.

Mis enemigos.

Temblaba tanto que no conseguia meter la mano en su bolsillo. Sacando veinticinco centavos, los cogio con tanta fuerza que se los clavo en la palma de su mano. Cuando recupero el aliento, miro detenidamente arriba y abajo del callejon. No habia nadie en los alrededores, ningun sonido de pies golpeando el asfalto.

Su enemigo no lo habia reconocido.

John abandono el refugio del basurero y camino rapidamente hacia la lejana esquina.

La abollada cabina telefonica estaba recubierta de graffitis, pero sabia que funcionaba por que no hacia demasiado que habia llamado a Mary. Puso los centavos en la ranura y marco el telefono que Tohrment le habia dado.

Despues del primer ring, el buzon de voz comenzo a recitar roboticamente los numeros que habia marcado.

John espero el pitido. Y silbo.

Capitulo 28

Era antes del alba cuando Mary escucho finalmente voces masculinas en el pasillo. Cuando la puerta se abrio, su corazon salto de su pecho. Rhage llenaba el marco de la puerta cuando el otro tipo le hablo.

– Hombre, fue una lucha infernal cuando dejamos la barra. Te convertiste en un demonio alli fuera.

– Lo se. -Refunfuno Rhage.

– Eres increible, Hollywood y no solo con el cuerpo a cuerpo. Aquella mujer que tu…

– Mas tarde, Phury.

La puerta se cerro y se prendio la luz del armario. Por el sonido de chasquidos y movimientos metalicos, el estaba desarmandose. Cuando salio, hizo una tremula respiracion.

Mary fingio que estaba dormida cuando sus vacilantes pasos llegaron hasta el pie de la cama y luego se dirigio al cuarto de bano. Cuando escucho que se estaba duchando, ella se imagino que se estaba lavando: Sexo. Lucha.

Especialmente el sexo.

Ella se cubrio la cara con las manos. Hoy se marcharia a su casa. Empaquetaria sus cosas y saldria por la puerta. El no podia hacer que se quedara; ella no era responsabilidad suya solo por que el lo dijera.

El agua se cerro.

El silencio aspiro todo el aire de la habitacion y ella solto el aliento manteniendose en el lugar. Jadeando, asfixiandose…levanto las sabanas y fue hacia la puerta. Sus manos sobre el cerrojo, luchando por abrir la cerradura, sacudiendola, tirando incluso su cabello se agitaba a su alrededor.

– Mary. -Dijo Rhage directamente detras de ella.

Ella salto y lucho mas contra la puerta.

– Sueltame. Tengo que escaparme…no puedo quedarme en esta habitacion contigo. No puedo estar aqui… contigo. -Ella sintio como ponia sus manos sobre sus hombros. -No me toques.

Ella se movio alocadamente por la habitacion hasta que salto hacia el rincon mas alejado, comprendiendo que no podia irse y que no habia modo de escaparse. El estaba delante de la puerta y ella tenia el presentimiento de que le mantendria las cerraduras en su lugar.

Atrapada, cruzo los brazos sobre su pecho y se apoyo de pie contra la pared. No sabia lo que haria si el la volvia a tocar.

Rhage no lo volvio a intentar.

El se sento sobre la cama, llevaba una toalla alrededor de sus caderas, el cabello humedo. Arrastro su mano por la cara, a traves de la mandibula. Parecia el infierno, pero su cuerpo era la cosa mas hermosa que ella nunca hubiera visto. Se imagino las manos de otras mujeres sobre aquellos poderosos hombros, tal como ella habia hecho. Vio como les daba placer a otros cuerpos como le habia dado al suyo.

Se desgarraba entre el deseo de dar gracias a Dios por no haber dormido con el y le cabreaba que despues de haber estado con todas aquellas mujeres, el no quisiera tener sexo con ella.

– ?Cuantas? -Le exigio ella, las palabras tan roncas que apenas le salieron. -Y dime, ?ha sido bueno para ti? No tengo que preguntar si les gusto. Se el talento que tienes.

– Dulce…Mary. -Susurro el. -Si me hubieras dejado abrazarte. Dios, mataria solo por abrazarte ahora mismo.

– Tu nunca volveras a estar cerca de mi otra vez. ?Cuantas habia alli? ?Dos? ?Cuatro? ?Un pack de seis?

– ?De verdad quieres los detalles?- Su voz era suave, triste hasta el punto de resquebrajarse. Bruscamente su cabeza cayo hacia abajo y colgo flojamente de su cuello. Segun todas las apariencias, parecia un hombre destrozado. -No puedo…No saldre de esa manera otra vez. Encontrare otro camino.

– ?Otro camino que tomar? – Ella exploto. -Estate seguro como el infierno que no dormiras conmigo, entonces ?Tal vez piensas usar la mano?

El suspiro. -Aquel diseno. ?En mi espalda? Es parte de mi.

– En cualquier caso. Hoy me marchare de aqui.

Su cabeza giro hacia ella. -No, no lo haras.

– Si, lo hare.

– Te dare otra habitacion. No tendras que verme. Pero no vas a ninguna parte.

– ?Como vas a impedir que me marche? ?Encerrandome aqui?

– Si es lo que se precisa, si.

Ella retrocedio. -No puedes hablar en serio.

– ?Cuando tienes la proxima visita con el medico?

– Ese no es asunto tuyo.

– ?Cuando?

La dura colera en su voz refresco un poco su genio. -Ah…el miercoles.

– Me asegurare de que vayas.

Ella lo miro fijamente- ?Por que me haces esto?

Sus hombros se elevaron y cayeron. -Por que te amo.

– ?Perdona?

– Te amo.

El control de Mary se evaporo bajo una rafaga de furia tan grande que se quedo muda. ?El la amaba? El no la conocia. Y el habia estado con otras…la indignacion aparecio cuando se lo imagino teniendo sexo con alguien mas.

De repente Rhage salto de la cama y llego hasta ella, como si sintiera sus emociones y fuera estimulado por ellas.

– Se que estas enfadada, asustada, herida. Echamelo encima, Mary. – El la agarro de la cintura para impedirle que corriera, pero no la paro para que intentara separarse para distanciarse.-Utilizame para soportar el dolor. Dejame sentirlo en la piel. Golpeame si tienes que hacerlo, Mary.

Condenela el infierno, ella estaba tentada. Repartir golpes a diestro y siniestro parecia el unico recurso para la clase de poder que surgia por todo su cuerpo.

Pero ella no era un animal. -Wo! Ahora deja que vaya!

El la cogio de la muneca y ella lucho contra la sujecion, lanzando todo su cuerpo hacia la lucha hasta que sus hombros se sintieron como si fueran a estallar. Rhage

– Usame, Mary. Permiteme soportar esto por ti.- Con un rapido movimiento, el arano su pecho con las unas de ella y luego sujeto los dos lados de su cara con sus palmas.

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