– Traiganme el balsamo -dijo ella bruscamente-. Su cosa no esta funcionando
Uno de los machos avanzo hacia la mesa con un pequeno pote. El esclavo sintio que alguien deslizaba una mano sobre el, no estaba seguro quien, y luego hubo una sensacion ardiente. Un curioso peso se instalo en su ingle, sentia que algo cambiaba en su muslo y entonces despacio se movio a traves de su estomago.
– Ah… santa Virgen en el Fade -dijo uno de los machos.
– Menudo tamano -respiro el otro-. Podria derramarse completamente en lo profundo de un pozo…
La voz de la Mistress tambien sonaba asombrada.
– Es enorme.
El esclavo levanto la cabeza. Habia una cosa poderosa aumentada tumbada sobre su vientre, que no se parecia a nada que hubiera visto antes.
Se echo hacia atras otra vez mientras la Mistress montaba sus caderas. Esta vez sintio algo engullendolo, algo mojado. Levanto la cabeza otra vez. Ella estaba a horcajadas sobre el y el estaba dentro de su cuerpo. Ella se movia contra el, montandolo arriba y abajo, jadeando. Era debilmente consciente de que los otros machos en el cuarto estaban gimiendo otra vez, los sonidos guturales crecian mas fuertes a medida que ella se movia mas y mas rapido. Y luego hubo gritos, los de ella, los de ellos.
La Mistress se derrumbo sobre el pecho del esclavo. Mientras todavia respiraba pesadamente, ella dijo:
– Manten tu cabeza abajo.
Uno de los machos puso la palma sobre la frente del esclavo y luego le acaricio el pelo con su mano libre.
– Tan encantador. Tan suave. Y mire todos los colores.
La Mistress enterro la cara en el cuello del esclavo y lo mordio. El grito por el pinchazo y la toma. El habia visto a machos y hembras beber uno de otro antes, y siempre habia parecido correcto… Pero esto dolia y le hacia sentirse mareado, y cuanto mas duro tiraba ella de su vena, mas mareado se sentia.
Debio haberse desmayado, porque cuando se desperto ella levantaba la cabeza y se lamia los labios. Ella bajo de el, se vistio y los tres le dejaron solo en la oscuridad. Momentos despues los guardias a quienes conocia entraron.
Los otros machos rechazaron mirarle, aunque el hubiera estado en terminos amistoso con ellos antes porque el les habia dado su cerveza. Ahora, ellos mantenian sus ojos apartados y no le hablaban. Cuando echo un vistazo abajo, se avergonzo de que cualquier balsamo que le hubieran puesto todavia funcionara, porque su parte privada estaba todavia tiesa y gruesa.
El brillo sobre ello lo dio nauseas.
Quiso decir desesperadamente a los machos que no era su culpa, que estaba intentando que su carne bajara, pero estaba demasiado mortificado para hablar cuando los guardias liberaron sus brazos y tobillos de la mesa. Cuando se levanto se balanceo, porque habia estado sobre su espalda durante horas y solo habia pasado un dia desde su transicion. Nadie le ayudo mientras luchaba por permanecer derecho, y sabia que era porque no querian tocarlo, no querian estar cerca de el ahora. Fue a cubrirse, pero ellos le pusieron grilletes de una manera tan experta que no tuvo ninguna mano libre.
La verguenza empeoro cuando tuvo que andar por el pasillo. Podia sentir el pesado peso en sus caderas saltando con sus pasos, balanceandose obscenamente. Lagrimas derramandose y deslizandose por sus mejillas, y uno de las guardias resoplo con repugnancia.
El esclavo fue llevado a una parte diferente del castillo, a otro cuarto solidamente amurallado con barras embutidas de acero. Este tenia una plataforma con una cama, un orinal apropiado, una manta y las antorchas sobre las paredes. Cuando fue introducido, habia comida y agua, vituallas dejadas por el muchacho de la cocina al que conocia de toda la vida. El macho en pre-transicion tambien rechazo mirarlo.
Las manos del esclavo fueron liberadas y fue cerrado.
Privado y tembloroso, se acerco a una esquina y se sento en el suelo. Acuno su cuerpo con cuidado, para nadie mas, y trato de ser amable con su nueva forma tras la transicion… una forma que habia sido usada de un modo incorrecto.
Mientras se mecia adelante y atras, se preocupo por su futuro. Nunca habia tenido ningun derecho, ningun estudio, ninguna identidad. Pero al menos antes habia sido libre de moverse alrededor. Y su cuerpo y su sangre habian sido suyos.
El recuerdo de la sensacion de aquellas manos sobre su piel le provoco una oleada de nauseas. Miro abajo a sus partes y se dio cuenta de todavia podia oler a la Mistress en el. Se pregunto cuanto tiempo duraria la hinchazon.
Y que pasaria cuando ella volviera por el.
Zsadist froto su cara y se dio la vuelta. Ella habia vuelto por el. Y nunca habia venido sola.
Cerro los ojos contra los recuerdos e intento ordenarse dormir. La ultima cosa que destello por su mente fue una imagen de la granja de Bella con su prado nevado.
Dios, aquel lugar estaba tan vacio, desierto aunque estuviera lleno de cosas. Con la desaparicion de Bella habia sido despojado de su funcion mas importante: aunque fuera todavia una estructura sana y capaz de mantener fuera al viento, al tiempo y a los extranos, ya no era mas un hogar.
Sin alma.
De alguna manera, la granja era justo como el.
El amanecer habia llegado cuando Butch O'Neal dejo el Escalade en el patio. Mientras salia, podia oir a G-Unit sonando a todo volumen en el Pit, asi que sabia que su companero de cuarto estaba dentro. V tenia que tener su musica de rap; esa mierda era como el aire para el. Decia que esas pulsaciones del bajo le ayudaban a mantener las intrusiones de los pensamientos de otras personas en un nivel manejable.
Butch camino hacia la puerta y tecleo el codigo. Un cerrojo se abrio de pronto con un pequeno sonido y entro en un vestibulo, donde hizo otro registro. Los vampiros eran grandes especialistas en sistemas de dobles puertas. Asi nunca se preocupaban por si alguien inundaba su casa con luz solar, porque una de las puertas estaba siempre cerrada.
La casa, tambien llamada el Pit, no era demasiado fantastica, solo un salon de estar, una cocina, y dos habitaciones con dormitorio y bano. Pero le gustaba, y le gustaba el vampiro con el que vivia. Su companero de habitacion y el estaban unidos como… bueno, hermanos.
Cuando entro en el cuarto principal, los sofas de cuero negro estaban vacios, pero el SportsCenter estaba en la TV de plasma, y el perfume achocolatado del humo rojo estaba por todas partes. Asi que Phury estaba en casa, o acababa de salir.
– Hola, Lucy -grito Butch.
Los dos Hermanos llegaron por su espalda. Ambos estaban todavia vestidos con sus ropas de lucha, el cuero y las botas de cowboy haciendoles parecerse exactamente a los asesinos que eran.
– Pareces cansado, poli -dijo Vishous.
– Realmente, me siento hecho polvo.
Butch observo el porro en la boca de Phury. Si bien habia dejado sus dias de drogas hacia mucho tiempo, esta noche casi recayo y pidio una calada de ese humo rojo. La cosa era, que, ya tenia dos adicciones asi que estaba bastante ocupado.
Si, beber escoces y sentirse nostalgico despues de que un vampiro hembra no le quisiera era todo para lo que tenia tiempo. Ademas, no habia razon para joder un sistema que funcionaba. El rechazo alimentaba la bebida, y cuando estaba borracho, echaba de menos a Marissa aun mas, asi que queria echar otro trago… Y alli lo tienes. Un