la oscuridad, cuando el necesitaba hacerse entender por senas o escribir. Y no parecia que Tohr tuviera ganas de conversar.
– Aqui estamos -dijo Tohr.
Con un rapido giro a la derecha los lanzo sobre una ruta de tierra apisonada, y John se dio cuenta que ya no podia ver nada a traves de las ventanas. Habia una extrana niebla en los helados bosques que los rodeaban, una barrera que le hacia sentir un poco mareado.
Como salida de ninguna parte una gran verja se materializo en el brumoso paisaje, y patinaron hasta detenerse. Habia otro juego de verjas justo despues de la primera, y cuando entraron al espacio que habia entre las dos, quedaron enjaulados como un toro en una rampa para ganado. Tohr bajo la ventanilla, introdujo una especie de codigo en un panel de telefono, y quedaron libres de pasar al otro lado hacia…
Un tunel subterraneo. Y mientras se dirigian hacia abajo dentro de la tierra con tranquila compostura, aparecieron varias puertas mas, y las defensas se hacian cada vez mas y mas fortificadas hasta la ultima. Esta era la mayor de todas, un brillante monstruo de metal que tenia un letrero de alto voltaje pintado en el medio. Tohr miro hacia la camara de seguridad, y luego hubo un sonido de click. Las puertas se abrieron.
Antes de que avanzaran, John palmeo el antebrazo de Tohr para que le prestara atencion.
?
– Mas o menos. Primero te llevo al centro de entrenamiento y luego iremos a la mansion -Tohr apreto el acelerador-. Cuando empiecen las clases deberas venir aqui de lunes a viernes. El autobus te recogera en frente de nuestra casa a las cuatro en punto. Mi hermano Phury esta en este lugar, asi que el cubrira las primeras clases - ante la mirada que le dirigio John, Tohr explico-. El Complejo esta interconectado subterraneamente. Te mostrare como acceder al sistema de tuneles que vincula todos los edificios, pero guardate el dato para ti mismo. Cualquiera que aparezca en cualquier lugar sin invitacion, se va a enfrentar a serios problemas. Tus companeros de clase no son bienvenidos, ?me entiendes?
John asintio mientras arribaban al area de estacionamientos recordo una lejana noche. Dios, se sentia como si hubieran pasado cien anos desde que habia venido aqui con Mary y Bella.
El y Tohr se apearon del Rand Rover.
– ?
– Con otra docena de machos de aproximadamente tu misma edad. Todos tienen algo de sangre guerrera en las venas, que es por lo que los escogimos. El entrenamiento perdurara a lo largo de sus transiciones y luego seguira por otro largo periodo, hasta que pensemos que estan listos para salir al campo.
Caminaron hacia un par de puertas de metal y Tohr las abrio completamente. Al otro lado habia un corredor que parecia no terminar nunca. Mientras lo transitaban Tohr le mostraba un salon de clases, el gimnasio, una habitacion para pesarse y un vestuario. El macho se detuvo cuando llego a una puerta hecha de vidrio escarchado.
– Aqui es a donde vengo cuando no estoy en casa o en el campo.
John entro. La habitacion estaba casi vacia y era muy poco notoria. El escritorio era de metal y estaba cubierto con equipo informatico, telefonos y papeles. Habia archivadores alineados en la pared del fondo. Solo habia dos lugares donde sentarse, asumiendo que dar vuelta a la papelera para sentarse sobre ella no era una opcion. Sobre una esquina, habia una silla de las que comunmente se utilizaban para equipamiento de oficina. La otra estaba detras del escritorio y era bien fea: una monstruosidad con el tapizado roto, de cuero color verde aguacate con bordes orejeros, el asiento flojo y un par de patas que le daban un nuevo significado a la palabra firme.
Tohr puso la mano sobre el alto respaldo de la cosa.
– ?Puedes creer que Wellsie me obligo a deshacerme de esto?
John asintio haciendo senas,
–
Tohr sonrio y camino hacia un gabinete alto hasta el techo. Cuando abrio la puerta y digito una serie de numeros en el tablero, la parte trasera se abrio a una especie de oscuro pasadizo.
– Aqui vamos.
John entro aunque no podia ver mucho.
Un tunel de metal. Lo suficientemente ancho como para que entraran tres personas caminando lado a lado, y tan alto que sobraba espacio incluso sobre la cabeza de Tohr. Las luces estaban embutidas en el techo cada diez pies o asi, pero no alumbraban mucho en la oscuridad reinante.
El sonido de las botas de cowboy de Tohr reboto en las paredes de acero, como tambien lo hizo su profunda voz.
– Mira, acerca de conocer a Wrath. No quiero que te preocupes. Es intenso, pero no hay nada que temer. Y no te asustes por sus gafas de sol. Esta casi ciego y es hipersensible a la luz, asi que debe usarlas. Pero aunque no pueda ver, aun asi, leera en ti como en un libro abierto. Tus emociones seran tan claras para el como la luz del dia.
Un poco mas tarde, a la izquierda aparecio una escalera baja, que llevaba hasta una puerta y a otro panel. Tohr se detuvo y apunto hacia el tunel, que hasta donde John podia ver, continuaba eternamente.
– Si sigues derecho por alli, llegaras a la casa del guarda a unas ciento cincuenta yardas. Tohr subio los pocos escalones, manipulo el panel, y abrio la puerta. Una brillante luz inundo el lugar como agua liberada de un dique.
John miro hacia arriba, con un extrano sentimiento resonando en su pecho. Tenia la rarisima sensacion de que estaba sonando.
– Todo esta bien, hijo -Tohr sonrio, su dura cara suavizandose un poco-. Nada va a lastimarte aqui arriba. Confia en mi.
– Ok, esta hecho -dijo Havers.
Zsadist abrio los ojos, pudiendo ver unicamente el grueso cabello negro de Wrath.
– ?Ha sido…?
– Ella esta bien. No hay senales de relaciones forzadas ni de ningun tipo de trauma. -Se oyo un chasquido, como si el medico se estuviera quitando los guantes.
Zsadist flaqueo y sus hermanos aguantaron el peso. Cuando finalmente levanto la cabeza, vio que Havers habia apartado el sangriento camison, y habia cubierto nuevamente a Bella con la toalla, y se estaba colocando un nuevo par de guantes. El macho se inclino sobre el maletin, saco un par de tenazas y unas pinzas, y luego miro hacia arriba.
– ?Me ocupare de sus ojos ahora, ?esta bien? -Cuando Z asintio, el medico sostuvo los instrumentos-. Tenga cuidado, senor. Si me asusta podria dejarla ciega con estas. ?Me entiende?
– Si. Solo no le hagas dano…
– No sentira nada. Lo prometo.
Z si observo esta parte, y fue eterna. Tenia una vaga idea de que hacia la mitad de la cura ya no se estaba sosteniendo a si mismo. Phury y Wrath estaban cargando con todo su peso para mantenerlo en pie, la cabeza le colgaba sobre el costado del macizo hombro de Wrath mientras miraba atentamente.
– La ultima -murmuro Havers-. Bien he sacado todas las suturas.
Todos los machos de la habitacion respiraron hondo, hasta el doctor, y luego Havers volvio a sus suministros y recogio un tubo. Puso un poco de unguento sobre los parpados de Bella; luego guardo todo en su maletin.
Cuando el medico se puso en pie, Zsadist se desasio de sus hermanos y camino un poco. Wrath y Phury extendieron los brazos.
– Las heridas son dolorosas, pero por ahora ninguna pone en riesgo su vida -dijo Havers-. Para manana o pasado manana estaran curadas, siempre que se la dejen sola. Esta desnutrida y necesita alimentarse. Si se va a quedar en esta habitacion, necesitara encender la calefaccion y trasladarla a la cama. Cuando se despierte debe ingerir comida y bebida. Y otra cosa mas. En el examen interno encontre… -sus ojos pasaron por Wrath y Phury, y luego se fijaron en Zsadist. -Algo de indole personal.
Zsadist fue hacia el doctor.
– ?Que?
Havers lo llevo hacia un rincon y hablo despacio.