La rara sensacion de estar cayendo regreso, como si su corazon se hubiera ido de viaje en una gondola hacia el estomago. O tal vez hacia sus muslos.

La arropo y luego se dirigio hacia el termostato. De cara al dial, mirando los numeros y palabras que no podia entender, no tenia idea de hacia donde girarlo. Movio el pequeno indicador desde donde se hallaba, bien a la izquierda, hacia un lugar entre el medio y el extremo derecho, pero no estaba muy seguro de que es lo que habia hecho.

Miro hacia el escritorio. Las dos jeringas y el frasco con morfina estaban alli donde Havers los habia dejado. Z fue hacia alli, recogio una jeringa, la droga y las instrucciones de dosificacion, luego hizo una pausa antes de salir de la habitacion. Bella estaba tan quieta en la cama, tan pequena contra las almohadas.

La imagino dentro de ese tubo enterrado en la tierra. Asustada. Sintiendo dolor. Frio. Luego imagino al lesser haciendole lo que le habia hecho, reteniendola a la fuerza mientras luchaba y gritaba.

Esta vez Z sabia lo que sentia.

Ansias de venganza. Fria, helada venganza. Tanta, que la mierda se iba a extender hasta el infinito.

CAPITULO 10

John se desperto en el suelo con Tohr a su lado y Wrath mirandolo desde arriba.

?Donde estaba la mujer de cabello oscuro? Trato de sentarse precipitadamente, pero unas fuertes manos lo mantuvieron en su lugar.

– Solo quedate echado un poco mas, companero -dijo Tohr.

John estiro el cuello mirando alrededor y alli estaba ella, cerca de la puerta, pareciendo ansiosa. En el momento en que la vio, cada neurona de su cerebro se disparo, y volvio la luz blanca. Empezo a temblar, el cuerpo golpeando contra el suelo.

– Mierda, ahi va de nuevo -murmuro Tohr, inclinandose hacia adelante para tratar de controlar el ataque.

Cuando John sintio que estaba siendo absorbido hacia abajo, extendio una mano en direccion a la mujer de cabellos oscuros, tratando de alcanzarla, estirandose.

– ?Que necesitas, hijo? -La voz de Tohr, por encima de el, estaba decayendo como una estacion de radio con estatica-. Te lo conseguiremos…

La mujer…

– Ve a el, leelan -dijo Wrath-. Toma su mano.

La mujer de cabello oscuro se adelanto, y en el instante que sus palmas lo tocaron todo se volvio negro.

Cuando recobro la conciencia nuevamente, Tohr estaba hablando.

– …de cualquier forma, lo voy a llevar a ver a Havers. Hey, hijo. Has regresado.

John se sento, sintiendo vertigo. Se llevo las manos a la cara, como si esto pudiera ayudarlo a permanecer consciente, y miro hacia la puerta. ?Donde estaba ella? Tenia que… No sabia que tenia que hacer. Pero era algo. Algo que la involucraba a ella…

Hizo senas freneticamente.

– Se ha ido, hijo -dijo Wrath-. Os mantendremos separados hasta que tengamos una idea de lo que te pasa.

John miro a Tohr e hizo senas despacio. Tohr tradujo.

– Dice que necesita cuidarla.

Wrath se echo a reir suavemente.

– Creo que tengo cubierto ese puesto, hijo. Es mi companera, mi shellan, tu Reina.

Por alguna razon John se relajo ante esas noticias, y gradualmente volvio a la normalidad. Quince minutos despues pudo ponerse en pie.

Wrath le lanzo una dura mirada a Tohr.

– Quiero hablar contigo de estrategia, asi que te necesito aqui. Y como Phury va a ir a la clinica esta noche. ?Por que no lleva el al muchacho?

Tohr dudo y miro a John.

– ?Estas de acuerdo, hijo? Mi hermano es un buen tio. En todos los sentidos.

John asintio. Ya habia causado suficientes problemas desparramandose por el suelo como si sufriera un ataque de histeria. Despues de eso, estaba mas que dispuesto a mostrarse amigable.

Dios, ?que habria pensado esa mujer? Ahora que se habia ido, no podia recordar porque tanto alboroto. Ni siquiera podia recordar su rostro. Era como si sufriera un caso de amnesia.

– Dejame llevarte a la habitacion de mi hermano.

John puso la mano en el brazo de Tohr. Cuando termino de hacer senas, miro a Wrath.

Tohr sonrio.

– John dice que fue un honor conocerte.

– Fue un placer conocerte a ti tambien, hijo -el Rey volvio al escritorio y se sento-. Y Tohr, cuando vuelvas, trae a Vishous contigo.

– No hay problema.

O pateo el costado del Taurus de U con fuerza, la bota abollo el guardabarros.

La maldita caja de mierda estaba atascada a un lado de la carretera. En algun sitio elegido al azar de la Ruta 14, a veinticinco millas del centro de la ciudad.

Le habia llevado un buena hora enfrente del ordenador de U encontrar el coche, porque la senal LoJack* fue bloqueada a causa de Dios sabia que. Cuando la maldita senal aparecio en la pantalla, el Taurus se movia velozmente. Si O hubiera llevado refuerzos, habria dejado a alguien pegado al ordenador mientras pegaba el camion e iba tras el sedan. Pero U estaba cazando en el centro, y sacarlo a el o a cualquier otro de la patrulla habria llamado mucho la atencion.

Y O ya tenia suficientes problemas… problemas que estaban haciendo sonar su movil otra vez siendo esta la llamada numero ochocientos. La cosa habia empezado a sonar hacia veinte minutos, y desde entonces las llamadas no habian parado de llegar. Saco el Nokia de la chaqueta de cuero. El identificador de llamadas mostraba el numero como desconocido. Probablemente U, o aun peor, el senor X.

Habia corrido la voz de que el Centro habia sido incinerado.

Cuando el movil dejo de sonar, O marco el numero de U. Tan pronto contesto, O dijo -?Me estabas buscando?

– Cristo, ?Que paso ahi afuera? ?El senor X dijo que el lugar estaba destruido!

– No se lo que paso.

– Pero estabas alli, ?verdad? Dijiste que ibas a ir.

– ?Le dijiste eso al senor X?

– Si. Y escucha, sera mejor que te cuides. El Fore-lesser esta furioso y buscandote.

O se apoyo contra la fria carroceria del Taurus. Infierno sagrado. No tenia tiempo para esto. Su esposa estaba de algun lugar, apartada de el, viva o muerta, y sin importar en que estado se encontrara, necesitaba tenerla de regreso. Luego tenia que ir detras de ese Hermano con la cicatriz que la habia secuestrado y poner a ese feo bastardo bajo tierra. Duramente.

– ?O? ?Estas ahi?

Maldita sea… Tal vez deberia haberlo dispuesto para que pareciera como si hubiera muerto en la explosion. Podria haber dejado el camion en el lugar para desaparecer caminando a traves del bosque. Si, pero ?y despues, que? No tenia dinero, ni transporte, ni refuerzos contra la Hermandad mientras iba detras del de la cicatriz. Seria un ASHI [9] lesser, lo que significaba que si alguien se daba cuenta de su acto de desaparicion, toda la Sociedad lo cazaria como a un perro.

– ?O?

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