Z se alejo de la cama. No queria pensar en la Mistress en presencia de Bella… como si todo aquel mal pudiese escapar de su mente y ponerla en peligro mientras dormia y se curaba.
Se acerco a la plataforma y comprendio que estaba curiosamente cansado. Agotado, en realidad.
Mientras se estiraba en el suelo, su pierna palpito como una maldita.
Dios, habia olvidado que le habian pegado un tiro. Se quito las botas de combate y los pantalones y encendio una vela al lado para alumbrar. Levantando y girando la pierna, inspecciono la herida sobre su pantorrilla. Habia agujero de entrada y de salida, asi que sabia que la bala le habia atravesado. Viviria.
Apago la vela con un soplo, se cubrio las caderas con los pantalones, y se recosto. Abriendose al dolor de su cuerpo, se convirtio en un recipiente para la agonia, recogiendo todos los matices de sus dolores y escozores.
Oyo un ruido extrano, como un pequeno grito. El sonido se repitio, y luego Bella comenzo a luchar sobre la cama, las sabanas crujiendo como si estuviera sacudiendose.
Se levanto del suelo y se acerco, justo cuando ella ladeo la cabeza hacia el y abrio los ojos.
Parpadeo, lo miro… y grito.
CAPITULO 12
– ?Quieres algo de comer, Amigo?
Dijo Phury a John mientras caminaban hacia la mansion. El nino parecia agotado, pero cualquiera lo estaria. Ser hurgado y pinchado era duro. El mismo se sentia como un trapo.
Cuando John sacudio la cabeza y la puerta del vestibulo se cerro, Tohr venia bajando la escalera al trote, con el aspecto de un padre nervioso. Y eso a pesar de que Phury habia llamado pasandole un informe de camino a casa.
La visita a Havers habia ido bien, principalmente. A pesar del ataque, John estaba sano, y los resultados de la prueba de linaje estarian disponibles pronto. Con suerte, encontrarian alguna coincidencia con sus ancestros, y esto ayudaria a John a encontrar a su familia. Asi que no habia ningun motivo de preocupacion.
De todos modos Tohr puso el brazo alrededor de los hombros del muchacho y el nino se aflojo. Una especie de comunicacion de mirada-a-mirada ocurrio, y el hermano dijo:
– Creo que te llevare a casa.
John asintio e hizo algunas senas. Tohr alzo la vista.
– Dice que olvido preguntarte como esta tu pierna.
Phury levanto la rodilla y se toco la pantorrilla.
– Mejor, gracias. Cuidate, John, ?vale?
Observo como los dos desaparecian por la puerta bajo la escalera.
Que buen chico, penso, y gracias a Dios que lo habian encontrado antes de su transicion.
Un grito femenino rasgo el vestibulo, como si el sonido estuviera vivo y hubiera caido en picado desde el balcon.
La columna vertebral de Phury se helo. Bella.
Se precipito al segundo piso y corrio por el pasillo de estatuas. Cuando abrio la puerta de Zsadist, la luz se derramo en el cuarto y la escena se grabo en su memoria al instante: Bella sobre la cama, encogida contra la cabecera, la sabana apretada a su garganta. Z agachado delante de ella, las manos levantadas, desnudo de la cintura para abajo.
Phury perdio el control y se lanzo hacia Zsadist, agarrando a su gemelo por la garganta y lanzandolo contra la pared.
– ?Que pasa contigo! -Grito mientras estrellaba a Z contra el muro-. ?Maldito animal! -Z no se defendio cuando lo golpeo otra vez.
– Llevatela. Llevatela a otra parte. -Fue todo lo que dijo.
Rhage y Wrath irrumpieron en el cuarto. Ambos comenzaron a hablar, pero Phury no podia oir nada excepto el rugido en sus oidos. Nunca habia odiado a Z antes. Habia sido tolerante por todo por lo que habia pasado. Pero ir tras Bella…
– Maldito enfermo -siseo Phury. Clavo aquel duro cuerpo a la pared una vez mas-. Maldito enfermo… Dios, me repugnas.
Z simplemente lo miraba, sus ojos negros como el asfalto, opacos y sin vida.
De repente los enormes brazos de Rhage los sujetaron como un cepo, uniendolos en un aplastante abrazo de oso. En un susurro, el hermano dijo:
– Bella no necesita esto ahora mismo, muchachos.
Phury disminuyo su agarre y se libero. Tironeando del abrigo a su sitio, dijo bruscamente:
– Sacadlo de aqui hasta que la movamos.
Dios, temblaba tan fuerte que casi hiperventilaba. Y la ira no le abandonaba, incluso mientras Z abandonada el cuarto voluntariamente, con Rhage pisandole los talones.
Phury se aclaro la garganta y echo un vistazo a Wrath.
– ?Mi senor, me permites atenderla en privado?
– Si, claro -La voz de Wrath era un desagradable grunido mientras cabeceaba hacia la puerta-. Y nos aseguraremos que Z no vuelva por un tiempo.
Phury miro a Bella. Temblaba mientras parpadeaba y limpiaba sus ojos. Cuando se acerco, ella se encogio contra las almohadas.