Todavia tenia el mismo problema.

Dios, queria ir ahora con Zsadist, queria volver a su habitacion. Pero en medio de todo el caos, despues de que hubiera gritado, el no le habia impedido que se alejara ?verdad? Quizas preferia que estuviera en otra parte.

Bella forzo a sus pies a moverse de nuevo, se trazo un pequeno rumbo: alrededor de los pies de la gigantesca cama, en torno a la silla, una vuelta rapida por las ventanas, despues un gran cambio de escena hacia la comoda y la puerta del hall y el antiguo escritorio. La casa se alargaba hasta llegar a la chimenea y a la estanteria de los libros.

Un paso mas. Un paso mas. Un paso mas.

Finalmente fue al cuarto de bano. No se paro en frente del espejo, no queria saber que aspecto tenia. Lo que buscaba era agua caliente. Queria darse cientos de duchas, un millar de banos. Queria quitarse a tiras la primera capa de piel y afeitarse el pelo que aquel lesser tanto habia amado y cortarse las unas y restregarse las plantas de los pies.

Abrio el grifo de la ducha. Cuando el agua estuvo templada se quito la bata y se metio bajo el chorro. En el instante en que el torrente le golpeo la espalda, se cubrio por instinto, un brazo sobre los pechos, una mano protegiendo el vertice de los muslos… hasta que se dio cuenta de que no tenia que ocultarse. Estaba sola. Aqui tenia privacidad.

Se enderezo y se forzo a llevar las manos a los costados, sintiendo como si hubiera pasado una eternidad desde que se le habia permitido banarse a solas. El lesser habia estado siempre ahi, mirando, o peor, ayudando.

Gracias a Dios, nunca habia intentado tener relaciones sexuales con ella. Al principio, uno de sus mayores temores era la violacion. Habia estado aterrorizada, estaba segura de que la iba a forzar, pero entonces descubrio que era impotente. No importaba cuanto la mirara, su cuerpo siempre habia permanecido flacido.

Con un estremecimiento, alcanzo la pastilla de jabon que tenia a un lado, enjabonandose las manos y deslizandolas sobre los brazos. Extendio la espuma sobre el cuello y a traves de los hombros y siguio hacia abajo…

Bella fruncio el ceno y se inclino. Habia algo en su vientre… palidas cicatrices. Cicatrices que… ?Oh!, Dios. Era una D, ?verdad? Y la siguiente… era una A. Despues una V y una I y otra D.

Bella solto la pastilla de jabon y se cubrio el estomago con las manos, dejandose caer contra las baldosas. Tenia su nombre en el cuerpo. En su piel. Como una repugnante parodia del ritual matrimonial mas elevado de su especie. Realmente era su mujer…

Salio tambaleandose de la ducha, resbalando en el suelo de marmol, tiro de una toalla y se envolvio en ella. Agarro otra e hizo lo mismo. Hubiera cogido tres, cuatro… cinco si hubiera encontrado mas.

Tremula, con nauseas, se dirigio al empanado espejo. Inspirando profundamente, limpio el vaho con los brazos. Y se miro.

John se limpio la boca y de alguna forma se las arreglo para tirar la servilleta. Maldiciendose, se agacho para recogerla… y tambien lo hizo Sarelle, que la cogio primero. Vocalizo la palabra gracias cuando se la alcanzo.

– De nada -dijo ella.

Chico, amaba su voz. Y amaba la forma en que olia a locion corporal de lavanda. Y amaba sus largas y delgadas manos.

Pero odiaba comer. Wellsie y Tohr llevaban la conversacion por el, dandole a Sarelle una version resumida de su vida. Lo poco que el habia escrito en su cuaderno de notas parecia un relleno estupido.

Cuando volvio a levantar la cabeza, Wellsie estaba sonriendole. Pero entonces se aclaro la garganta, como si estuviera intentando jugar limpio.

– Asi que, como iba diciendo, un par de mujeres de la aristocracia solian organizar la ceremonia del solsticio de invierno en el Antiguo pais. La madre de Bella era una de ellas, por cierto. Quiero tratarlo con ellas. Asegurarme de que no olvido nada.

John dejo transcurrir la conversacion, sin prestarle mucha atencion hasta que Sarelle dijo:

– Bueno, mejor me voy. Faltan treinta y cinco minutos para que amanezca. Mis padres estaran preocupados.

Aparto la silla, y John se levanto como todos los demas. Mientras se despedian, se encontro perdiendose en el fondo. Al menos hasta que Sarelle lo miro directamente.

– ?Me acompanas? -pregunto.

Desplazo los ojos hacia la puerta. ?Acompanarla? ?A su coche?

En una acometida repentina, un crudo instinto masculino broto en su pecho, tan poderoso que lo sacudio un poco. Subitamente le empezaron a cosquillear las palmas de las manos, y las miro, sintiendo como si tuviera algo en ellas, como si estuviera sosteniendo algo… entonces podia protegerla.

Sarelle se aclaro la garganta.

– Okay… um…

John se dio cuenta de que le estaba esperando y rompio su pequeno trance. Adelantandose, le indico con la mano la puerta de la calle.

Y mientras salian le pregunto:

– Asi que estas ansioso por entrenar.

John asintio y encontro que sus ojos vagaban por los alrededores, buscando entre las sombras. Sintio como se tensaba y como las palmas empezaban a picar de nuevo. No estaba seguro que buscaba exactamente. Solo sabia que tenia que mantenerla a salvo a cualquier precio.

Ella saco las tintineantes llaves del bolso.

– Creo que mi amigo va a estar en tu clase. Se suponia que se matriculaba esta noche. -Abrio el coche-. De todas formas, sabes por que estoy aqui realmente ?no?

El nego con la cabeza.

– Creo que quieren que te alimentes de mi. Cuando se produzca tu transicion.

John carraspeo por el shock, estaba seguro de que los ojos se le habian salido de las cuencas y estaban rodando calle abajo.

– Lo siento -sonrio-. Deduzco que no te lo dijeron.

Yeah, el hubiera recordado esa conversacion.

– Me parece guay -dijo ella- ?y a ti?

Oh. Dios mio.

– ?John? -Ella se aclaro la garganta-. Dime que opinas. ?Tienes algo en lo que puedas escribir?

Torpemente, nego con la cabeza. Se le habia olvidado el bloc en la casa. Idiota.

– Dame la mano. -Cuando el la extendio, saco un boligrafo de algun sitio y lo deslizo sobre su palma. La punta se deslizaba suavemente por su piel-. Esta es mi direccion de correo electronico y mi nick para el messenger. Estare online en mas o menos una hora. Mandame un mensaje, ?vale? Hablaremos.

Miro lo que ella habia escrito. Solo miro.

Ella se encogio un poco.

– Quiero decir, no tienes por que hacerlo. Solo que… ya sabes. Pense que podriamos ir conociendonos de esa forma. -Se detuvo como esperando una respuesta-. Um… de cualquier forma. No hay prisa. Quiero decir…

La cogio de la mano, le quito la pluma y escribio en su mano.

– Quiero hablar contigo -escribio.

Entonces la miro directamente a los ojos e hizo la cosa mas asombrosa y jodida cosa.

Le sonrio.

CAPITULO 15

Mientras amanecia y las persianas se cerraban sobre las ventanas, Bella se ajusto la bata negra y salio de la

Вы читаете Amante Despierto
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату