– Arrogante bastardo -dijo ella bruscamente.
Z alzo la cabeza de golpe. Bien, patada numero dos…
– ?Perdona?
– Haznos el favor de no tratar de pensar por mi, ?vale? Porque te estas equivocando en cada maldito momento. -Con eso se marcho hacia el bano y cerro con un portazo.
Zsadist parpadeo un par de veces.
Recorrio con la mirada la habitacion como si los muebles o quizas las cortinas pudieran echarle una mano. Luego su aguda audicion capto un leve sonido. Ella estaba… llorando.
Con una maldicion se dirigio al bano. No llamo, solo giro la manija y entro. Estaba de pie junto a la ducha, con los brazos cruzados, las lagrimas reunidas en sus ojos color zafiro.
– Lo siento -mascullo-. Si yo… uh, heri tus sentimientos.
Ella lo miro furiosa.
– No estoy dolida. Estoy muy enojada y sexualmente frustrada.
La cabeza chasqueo bruscamente en su columna.
Amigo, necesitaria un collarin despues de esta conversacion.
– Te lo digo otra vez, Zsadist. Si no quieres acostarte conmigo, esta bien, pero no trates de decirme que no se lo quiero.
Z planto sus palmas en los huesos de las caderas y descendio la mirada hacia el azulejo de marmol.
– No es eso -solto de golpe. Mientras las palabras flotaban en el aire, se maldijo a si mismo. Hablar era malo. Hablar era realmente una ridicula idea…
– ?No es que? ?Quieres decir que me deseas?
Penso que
– Sabes que si.
– Entonces si estoy dispuesta a tenerte… duro… -hizo una pausa, y tuvo la sensacion de que ella se sonrojaba-. ?Entonces podemos estar juntos?
Su respiracion se redujo hasta que le ardieron los pulmones y el corazon latia fuertemente. Se sintio como si estuviera mirando por encima del borde de un precipicio. ?Dios mio, realmente no podia contarselo? ?No?
El estomago se le volteo cuando las palabras salieron.
– Ella siempre estaba encima. El Ama. Cuando ella… venia a mi, siempre estaba encima. Tu, uh, rodaste sobre mi pecho y…, eso no me va.
Se restrego la cara, mientras trataba de esconderle que trataba de mitigar un subito dolor de cabeza.
Oyo como jadeo. Percatandose que era ella.
– Zsadist, lo siento. No lo sabia…
– Si… joder… quizas podrias olvidar lo que te he dicho. -Dios, necesitaba salir de alli antes que su boca empezara a balbucear otra vez. -Mira, voy a…
– ?Que te hizo?-La voz de Bella era fina como un pelo.
Le echo una dura mirada.
Se acerco hacia el.
– Zsadist, ?ella… te tomo contra tu voluntad?
Se dio la vuelta.
– Voy al gimnasio. Te vere mas tarde.
– Espera…
Mientras se marchaba agarro sus Nikes y su MP3.
Una buena y larga carrera era justo lo que necesitaba ahora. Una larga… carrera. Aunque no lo condujera a ningun sitio. Al menos podria tener la sudorosa ilusion que se escapaba de si mismo.
CAPITULO 21
Phury miro con disgusto a traves de la mesa de billar de la mansion, mientras Butch calculaba su tiro. Habia algo diferente con el humano, pero como el poli hundio tres bolas con un solo movimiento, seguro como el infierno que este no era su juego.
– Jesus, Butch. Cuatro triunfos seguidos. Recuerdame, ?por que me molesto en jugar contigo?
– Porque la esperanza es eterna. – Butch bebio de un solo trago lo ultimo de su escoces. -?Quieres otra partida?
– ?Por que no? No me puede ir peor.
– Agobiate, mientras voy por mas bebida.
Cuando Phury recogio las bolas de las troneras, se dio cuenta de cual era el problema. Cada vez que se daba la vuelta, Butch lo miraba fijamente.
?Tienes algo en la cabeza, poli?
El hombre vertio un par de dedos de Lagavulin, despues tomo un largo trago.
– no particularmente.
– mentiroso. Me has estado mirando extrano desde que volvimos del Zero-Sum. ?Por que no lo admites y lo sueltas?
Los ojos pardos de Butch encontraron su mirada firmemente.
– ?Eres gay, Amigo?
A Phury se le cayo la bola ocho y debilmente la oyo golpear en el piso de marmol.
– ?Que? ?Por que tu…?
– Oi que estabas muy cerca del Reverendo. -Mientras Phury maldecia, Butch cogio la bola negra y la envio rodando de vuelta sobre el fieltro verde-. Mira, no tengo problema si lo eres. De verdad, me importa una mierda hacia que lado vayas. Pero me gustaria saberlo.
Aquella hembra que lo habia interrumpido a el y al Reverendo, claramente tenia una boca grande y…
– ?Phury?
– no, no soy gay.
– no te sientas como si tuvieras que ocultarlo o algo.
– No lo hago. Simplemente no lo soy.
– ?Eres bi, entonces?
– Butch, dejalo. Si alguno de los hermanos anda con cosas raras, es tu companero de cuarto. -Ante la mirada sorprendida del poli, murmuro-, Oh vamos, a estas alturas ya tendrias que saber sobre V. Vives con el.
– obviamente no… Oh, hola, Bella.
Phury se dio la vuelta. Bella estaba parada en el umbral del cuarto, vestida con un traje negro de saten. El no podia dejar de mirarla. Su encantadora cara volvia a tener un brillo saludable, las contusiones se habian ido, su belleza era reveladora. Ella era… asombrosa.
– Hola -dijo ella-. Phury, ?crees que podria hablar un momento contigo? ?Despues de que acabeis?
– Butch, ?te importa si nos tomamos un respiro?
– Sin problema. Te veo despues, Bella.
Cuando el poli se fue, Phury aparto su taco de billar con innecesaria precision, deslizando la madera pulida y clara en el estante de la pared-. Tienes buen aspecto. ?Como te sientes?
– mejor. Mucho mejor.