pasado.
– Ella dijo que era peor si yo estaba alli. -Z se inclino hacia su gemelo y cogio uno de los liados a mano. Tuvo problemas para encenderlo porque le temblaban horriblemente las manos.
– ?Como es posible?
– ?Tengo pinta de tener alguna experiencia con esa mierda?
– Pero se supone que es mejor si tiene un hombre con ella. -V se restrego la cara, entonces lo miro con incredulidad-. Espera un minuto… no has follado con ella, ?verdad? ?Z…? Z, contesta a la jodida pregunta.
– No, no lo he hecho -dijo bruscamente, consciente de que Phury estaba muy, muy callado.
– ?Como puedes dejar a esa pobre mujer sin servirla en su condicion?
– Ella dijo que estaba bien.
– Si, bueno, solo esta empezando. Ella no va a estar bien. La unica forma de aliviar el dolor es si un hombre termina dentro de ella, ?me entiendes?
Z se dirigio a una de las ventanas. Las persianas todavia estaban cerradas porque era de dia, y el penso en el sol, aquel enorme, brillante carcelero. Dios, deseaba salir de la casa. Sentia como si una trampa se estuviera cerrando sobre el, y la urgencia por salir corriendo era casi tan mala como la lujuria que desarbolaba su cuerpo.
Penso en Phury, que estaba manteniendo la mirada baja y no decia ni una palabra.
La voz de Vishous corto su auto-tortura, el tono era irritantemente razonable.
– Zsadist, esta mal y tu lo sabes, ?verdad? No puedes hacerle esto, ella esta…
– Que tal si dejas de joder, mi hermano.
Hubo un corto silencio.
– Okay, Yo cuidare de ella.
Z levanto la cabeza rapidamente mientras Vishous apagaba el cigarro y se ponia de pie. Mientras se colocaba los pantalones de cuero, su despertar erotico fue obvio.
Zsadist se lanzo a traves del cuarto tan rapido que ni siquiera sintio los pies. Tiro a Vishous al suelo y con las manos rodeo el grueso cuello del hermano. Cuando los colmillos se le dispararon del labio superior como cuchillos, los descubrio con un silbido.
Hubo una loca carrera tras el, sin duda Phury corriendo a separarlos, pero V mando al garete cualquier intento de rescate.
– ?Phury! ?No! -V hizo entrar a la fuerza algo de aire-. Entre el… y yo.
Los ojos como diamantes de Vishous eran agudos mientras miraba hacia arriba, y aunque luchaba por tener aliento, su voz fue tan fuerte como siempre.
– Relajate, Zsadist… jodido loco… -Respiro profundamente-. No voy a ir a ningun sitio… Solo necesitaba tener tu atencion. Ahora suelta… tu agarre.
Z aflojo la presa, pero no solto al hermano.
Vishous inhalo fuertemente. Un par de veces.
– ?Sientes tu corriente en estos momentos, Z? ?Sientes esta urgencia territorial? Estas unido a ella.
Z quiso negarlo, pero era dificil hacerlo, considerando la rutina de defensa que acababa de tirar. Y el hecho de que todavia tenia las manos alrededor del cuello del hombre.
La voz de V bajo hasta que se convirtio en un susurro.
– Tu camino hacia el infierno te espera. Ella esta bajando por ese vestibulo. No seas tonto. Vete con ella. Yo os cuidare a los dos.
Z balanceo la pierna y se dejo caer, permitiendose rodar por el suelo. Para evitar pensar en caminos y sexo, quiso saber tontamente que habria pasado con el cigarro que estaba fumando. Mirando hacia la ventana, noto que habia tenido la decencia de apoyarlo en el alfeizar antes de lanzarse hacia Vishous como un cohete.
Bien, ?no era el un caballero?.
– Ella puede curarte -dijo V.
– Yo no estoy buscando ser curado. Ademas, no quiero dejarla embarazada, ?entiendes? Menudo jodido lio que seria eso.
– ?Es su primera vez?
– No lo se.
– Si lo es, las posibilidades son practicamente nulas.
– 'Practicamente' no es lo suficiente bueno. ?Que mas puede ayudarla?
Phury hablo desde la cama.
– Todavia tienes la morfina, ?no? ?Ya sabes, aquella jeringuilla que prepare con lo que Havers habia dejado? Usala. He oido que es lo que hacen las mujeres que no estan unidas.
V se sento, balanceando los gruesos brazos hacia las rodillas. Cuando se echo el pelo hacia atras, el tatuaje que se extendia por su sien derecha brillo.
– No solucionara completamente el problema, pero seguro como la mierda que es mejor que nada.
Otra ola de calor se rizo a traves del aire. Los tres gimieron y quedaron momentaneamente incapacitados, sus cuerpos golpeando, tensandose, queriendo ir donde sabian que eran necesitados, donde podian ser usados para aliviar el dolor de una mujer.
Tan pronto como fue capaz Z se puso en pie. Mientras se marchaba, Vishous estaba trepando a la cama de Phury y encendiendo un cigarro
Cuando Z regreso al otro extremo de la casa, se reforzo antes de volver a entrar en el cuarto. Abriendo la puerta no se atrevio a mirar en la direccion de ella mientras forzaba a su cuerpo a dirigirse al escritorio.
Encontro las jeringas y recogio la que Phury habia llenado. Tomando una profunda respiracion se giro, solo para descubrir que la cama estaba vacia.
– ?Bella? -Camino hacia ella-. Bella, donde…
Se la encontro encogida en el suelo, con una almohada entre las piernas, el cuerpo temblandole.
Ella empezo a sollozar mientras el se arrodillaba a su lado.
– Duele…
– Oh, Dios… Lo se,
– Por favor… me duele mucho. -Ella se dio la vuelta, los pechos tensos y las puntas de un rojo brillante… Hermosa. Irresistible-. Duele. Duele tanto. Zsadist, no va a parar. Se esta poniendo peor. Du…
En una oleada masiva, ella ondulo desenfrenadamente, una explosion de energia surgiendo de su cuerpo. La fuerza de las hormonas que ella emitia lo cego, y quedo tan capturado por la respuesta bestial de su cuerpo que no pudo sentir nada… a pesar de que ella se agarraba a su brazo con la suficiente fuerza como para doblarle los huesos.
Cuando el pico cayo, el se pregunto si le habria roto la muneca. No es que le preocupara el dolor; tomaria todo el que ella necesitara causarle. Pero si ella estaba asiendose a el tan desesperadamente, solo podia imaginarse lo que estaba sintiendo por dentro.
Con un respingo, se dio cuenta de que ella se estaba mordiendo el labio inferior con la suficiente fuerza como para hacerlo sangrar. Le limpio la sangre de la boca con el pulgar. Entonces tuvo que restregarselo en la pernera del pantalon para no lamerlo y querer mas.
–
– Bella, necesito saber algo.
– ?Que?- gimio ella.
– ?Es tu primera vez?
Ella asintio.
– No sabia que podia ser tan malo… Oh,