marmol negro, la centelleante arana en lo alto. Era como retroceder en el tiempo. Habia crecido en esta casa, el ultimo bebe que su madre habia dado a luz, la hermana mimada de un hermano que la queria, la hija de un padre que nunca conocio.

Espera un minuto. Estaba tranquilo. Demasiado tranquilo.

– ?Mahmen? ?Lahni? -silencio. Se enjugo las lagrimas-. ?Lahni?

?Donde estaba el doggen? ?Y su madre? Sabia que Rehv estaria fuera haciendo lo que fuera que hacia durante las noches, no esperaba verlo. Pero los otros siempre estaban en casa.

Bella camino hacia el hueco de la escalera y grito.

– ?Mahmen?

Subio arriba y corrio hacia la habitacion de su madre. Las sabanas de la cama estaban tiradas, todo revuelto… algo que el doggen normalmente no habria consentido. Con un sentimiento de temor bajo al vestibulo hacia el cuarto de Rehvenge. La cama tambien estaba desalinada, las sabanas de Frette y los montones y montones de edredones de piel que siempre utilizaba arrojados a un lado. El desorden era insolito.

La casa no era segura. Era por eso que Rehv habia insistido que se quedara con la Hermandad.

Bella corrio por el pasillo y bajo las escaleras. Necesitaba estar fuera para desmaterializarse, porque las paredes de la mansion estaban revestidas de acero.

Salio rapidamente por la puerta… sin saber donde ir. Tampoco conocia la direccion de la casa refugio de su hermano, y era alli donde estarian su mahmen y el doggen. No podia perder tiempo llamandole, ni en la casa.

No tenia eleccion. Tenia el corazon roto, estaba enojada, exhausta y la idea de regresar a la mansion de la Hermandad lo hacia peor. Pero no era estupida. Cerro los ojos y regreso a la mansion de los Hermanos.

Zsadist termino rapidamente con la puta, luego rastreo a Bella. Porque su sangre estaba en ella, podia sentir su materializacion en algun lugar hacia el sur este. Triangulo su destino en el area de Bellman Road y la Avenida Thorne: un barrio muy lujoso. Obviamente habia ido a su casa.

Sus instintos se encendieron, porque la llamada de su hermano habia sido demasiado extrana. Las posibilidades eran, que algo iba mal alli. ?Por que si no queria el varon que se quedara con la Hermandad despues de haber estado a punto de condenarla a la sehclusion?

Justo cuando Z iba a ir a por ella, la sintio viajar otra vez. Esta vez aterrizo fuera de la mansion de la Hermandad. Y se quedo alli.

Gracias a Dios. De momento no tenia que preocuparse por su seguridad.

De repente, la puerta lateral del club se abrio, y Phury salio viendose decididamente adusto.

– ?Te has alimentado?

– Sip.

– Entonces deberiamos ir a casa y esperar a que la fuerza nos golpee.

– Ya lo ha hecho -en cierto modo.

– Z.

Phury paro de hablar, y ambos giraron rapidamente las cabezas hacia la calle Trade. Hacia la entrada del callejon, tres hombres canosos vestidos de negro andaban en formacion de uno. Los lessers se quedaron mirando fijamente como si hubieran encontrado un blanco acercandose a el.

Sin decir una palabra, Z y Phury salieron en silenciosa carrera, moviendose ligeramente a traves de la nieve recien caida. Luego llegaron a la calle Trade y giraron, los lessers no habian encontrado a ninguna victima pero se reunieron con otro grupo… dos de los cuales tenian el pelo castano.

Z puso la palma en la empunadura de una daga y dirigio los ojos en el par con las cabezas oscuras. Querida Virgen del Fade, haz que uno de ellos sea el que estaba buscando.

– Controlate, Z -siseo Phury mientras sacaba el movil-. Permanece quieto voy a pedir refuerzos.

– Que te parece llamar… -desenfundo la daga-mientras mato.

Z salio, manteniendo el cuchillo en el muslo, porque era un area de alta-exposicion con humanos alrededor.

Los lesser lo vieron inmediatamente, y se dividieron en postura de ataque, con las rodillas dobladas, los brazos arriba. Para acorralar a los bastardos, corrio en un gran circulo alrededor, y ellos siguieron su movimiento, dando la vuelta, uniendose en triangulo frente a el. Cuando volvio a las sombras, lo siguieron como una unidad.

Despues que la oscuridad se los tragara a todos, Zsadist levanto en alto su daga negra, descubrio los colmillos, y ataco. Rogaba como el infierno que cuando el violento baile y cancion acabaran uno de los lessers con cabellos oscuros tuviera las raices blancas.

CAPITULO 39

El amanecer llego justo cuando U se acercaba a la cabana y abria la puerta. Freno mientras entraba, saboreando el momento. El cuartel general era suyo. Se habia convertido en el Fore- lesser. O ya no lo era.

U no podia creer que hubiera ido y lo hubiera hecho. No podia creer que hubiera tenido las pelotas para pedirle a Omega un cambio de lider. Y en realidad no podia creer que el maestro hubiera estado de acuerdo con el y llamara a O a casa.

El liderazgo no estaba en la naturaleza de U, pero no veia que tuviera otra opcion. Despues de todo lo que habia ocurrido ayer con los Betas granujas, los arrestos y las insurgencias, la anarquia total entre los asesinos se avecinaba rapida y dura. Entretanto, O estaba en la cima sin hacer nada. Incluso parecia molesto de tener que cumplir con su trabajo.

U estaba entre la espada y la pared. Habia pertenecido a la Sociedad durante casi dos siglos, y maldita sea si veia que la cosa se convertia en una confederacion desorganizada de chapuceros, desperdigados asesinos a sueldo que ocasionalmente iban tras los vampiros. Por el amor de Dios, habian olvidado cual se suponia era su blanco, y habian pasado tres jodidos dias desde que O habia dejado deslizar las cosas.

No, la Sociedad debia ser conducida a tener un objetivo, con mano dura durante un tiempo. Asi es que O tuvo que ser remplazado.

U se sento en la basta mesa y encendio el portatil. La primera cosa sobre la mesa era convocar una asamblea general y hacer alarde de fuerza. Eso era la unica cosa que O habia hecho bien. Los otros lessers le habian temido.

U confecciono una lista de Betas para encontrar a uno para sacrificar, como ejemplo, pero antes de ir tan lejos, fue inmediatamente informado de unas desagradables noticias de ultima hora. La noche anterior una sangrienta pelea habia tenido lugar en el centro. Dos miembros de la Hermandad contra siete asesinos. Afortunadamente, parecia que los dos Hermanos habian sido heridos. Pero solo uno de los lessers habia sobrevivido, por lo que habian perdido mas miembros de la Sociedad.

Amigo, el reclutamiento iba a ser importante. ?Pero como diantre iba a encontrar tiempo? Primero tenia que tomar las riendas.

U se froto los ojos, pensado en el trabajo que tenia por delante.

Bienvenido al trabajo de Fore-lesser, penso mientras empezaba a marcar en el movil.

Bella miro encolerizada a Rhage, sin importarle que ese macho tuviera ciento cincuenta libras y ocho pulgadas

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