El resto de las palabras del
– Oh… Dios mio. Perdoneme, amo. No regresare a por sus cosas hasta que, ah… luego.
La lengua de Zsadist hacia circulos alrededor mientras las manos sujetaban sus muslos. La llevo duramente, todo el tiempo susurrando cosas calientes, cosas hambrientas contra su carne secreta. Ella se empujo contra su boca, arqueandose. Fue tan rudo, tan voraz… quedo destrozada. La provocaba alargando el orgasmo, manteniendola en ese estado como si estuviera desesperado para que no se terminara.
El silencio de despues la dejo tan fria como la liberacion de su centro en la boca de el. Se alzo entre sus piernas, pasando la mano por sus labios. Cuando la miro, se chupo la palma de la mano, atrapando cada bocado de lo que habia retirado su cara.
– Vas a parar ahora, ?no? -dijo rudamente.
– Te lo dije. No vine aqui por sexo. Solo queria esto. Solo queria tenerte contra mi boca una ultima vez.
– Bastardo egoista. -Y cuan ironico era llamarle esto por no follarla.
Mientras ella alcanzaba los vaqueros, el hizo un suave sonido en el fondo de su garganta.
– ?Crees que no mataria por estar dentro de ti en este instante?
– Vete al infierno, Zsadist. Vete directamente alli…
Se movio tan rapido como un relampago, bajandola duramente contra la cama, aplastandola con su peso.
– Estoy en el infierno -siseo, poniendo las caderas entre las suyas. Las balanceo contra su centro, esa maciza ereccion empujaba contra el suave lugar que habia tenido en su boca. Con una maldicion retrocedio, abrio la cremallera de sus pantalones… y empujo en ella, estirandola tanto que casi dolia. Ella grito con la invasion, pero alzo las caderas para que pudiera penetrarla aun mas.
Zsadist le agarro las rodillas y le estiro las piernas hacia arriba, haciendola una pelota bajo el, luego bombeo contra ella, su cuerpo guerrero no le escatimo nada. Ella se agarro a su cuello, la sangre fluyendo, perdida en un ritmo demoledor. Esto era lo que siempre habia pensado que seria con el. Fuerte, duro, salvaje… rudo. Mientras tenia otro orgasmo, el rugio, explotando en ella. Chorros calientes la llenaron, entonces se desparramaron en sus muslos como si no dejara de bombear.
Cuando finalmente se colapso sobre ella, le solto las piernas respirando contra su cuello.
– Oh, Dios… No puedo creer que esto haya pasado -dijo finalmente.
– Estoy bastante segura sobre eso. -Lo aparto a un lado y se sento, mas cansada de lo que habia estado en su vida-. Tengo que reunirme pronto con mi hermano. Quiero que te vayas.
El maldijo, un sonido vacio y doloroso. Entonces le tendio los pantalones, aunque no los solto. La miro un largo instante, y como una tonta esperaba que el le dijera lo que queria oir:
Tras un momento dejo caer su mano y se levanto, arreglandose, abrochandose los pantalones. Fue hacia la puerta, moviendose con esa gracia letal con la que siempre caminaba. Al mirar sobre su hombro, ella se dio cuenta que habia hecho el amor estando completamente armado y vestido.
Oh, pero solo habia sido sexo, ?no?
Con voz baja dijo.
– Lo siento.
– No me digas eso para hacerme sentir mejor.
– Entonces… gracias, Bella… por… todo. Sip, de verdad. Yo… te lo agradezco.
Y entonces se marcho.
John se retraso en el gimnasio mientras el resto de la clase desfilaba hacia el vestuario. Eran las siete de la tarde, pero podria haber jurado que eran las tres de la manana. Que dia. El entrenamiento habia empezado pronto, porque los Hermanos querian salir temprano, y habian tenido horas de clase de tacticas y tecnologia de ordenadores ensenada por dos Hermanos llamados Vishous y Rhage. Luego Tohr llego a la caida del sol y empezaron las patadas en el culo. Las tres horas de entrenamiento habian sido brutales. Correr unas vueltas. Jujitsu. Entrenamiento de armas mano a mano, incluyendo una introduccion a los nunchakus o nunchucks.
Esos dos palos unidos por una cadena eran la pesadilla de John, exponiendo todas sus debilidades, especialmente su horrible coordinacion entre ojo y mano. Pero el no se dio por vencido. Mientras los otros chicos iban a las duchas, regreso a la sala del equipo y cogio uno de los sets. Se imagino que practicaria mientras venia el bus y ya se ducharia en casa.
Empezo a voltear los nunchucks lentamente a su lado, el sonido de dar vueltas curiosamente relajaba. Gradualmente incrementaba la velocidad, los sujeto al vuelo y entonces los balanceo a su izquierda. Tomandolos de regreso. Una y otra vez, hasta que el sudor afloro otra vez en su piel. Una y otra vez…
Y se golpeo con esa mierda. Directamente en la cabeza.
El golpe le debilito las rodillas, y tras luchar durante un momento, se dejo caer. Apoyandose con el brazo, poniendo una mano en su sien izquierda. Estrellas. Definitivamente veia estrellas.
En medio de todo ese parpadeo, una suave risa provino detras de el. La satisfaccion del sonido le dijo quien era, pero tenia que verlo de todas formas. Mirando por debajo del brazo, observo a Lash de pie a unos seis pasos atras. El tipo del pelo claro estaba mojado, las ropas de calle pulcras, la sonrisa fria.
– Eres un perdedor.
John se concentro en la colchoneta, sin realmente importarle que Lash lo hubiera pillado golpeandose el cerebro. El tipo ya habia visto esto en clase, asi es que no era una nueva humillacion.
– No le gustas a nadie, John. ?Por que no te marchas? Oh, espera. Eso querria decir que no podrias ir tras los Hermanos. ?Entonces que harias todo el dia?
La risa del tipo se corto de golpe cuando una profunda voz gruno.
– No te muevas, rubito, excepto para respirar.
Una mano enorme aparecio frente a la cara de John que alzo la vista. Zsadist estaba de pie ante el. Vestido completamente para la guerra.
John fue agarrado por lo que estaba frente a el sin reflejos y lo levanto facilmente del suelo.
Los negros ojos de Zsadist se estrecharon, reflejando colera.
– El bus esta preparado, recoge tu mierda. Nos reuniremos fuera en los vestidores.
John se abrio paso a traves de las colchonetas, pensando que cuando un macho como Zsadist le dijera algo, lo haria rapido. Cuando llego a la puerta, sin embargo, tuvo que mirar hacia atras.
Zsadist tenia a Lash cogido por el cuello y levanto al tipo de la colchoneta con los pies colgando. La voz del guerrero era mortalmente fria.
– Te vi tirarlo al suelo, y te mataria por esto, excepto que no estoy interesado en tratar con tus padres. Escucha bien, chico. Haces otra vez algo asi, y te saco los ojos con los dedos y me alimento de ellos. ?Esta claro?
En respuesta, la boca de Lash funciono como una valvula de una sola via.
El aire entraba. Nada salia. Y entonces se orino en los pantalones.
– Tomare esto como un si. -Zsadist lo dejo ir.
John ya no estaba por alli. Corrio hacia el vestidor, agarro su petate y salio al vestibulo un momento despues.
Zsadist le estaba esperando.
– Ven.
John siguio al Hermano hasta el parking de la furgoneta, preguntandose todo el tiempo como podia agradecerselo. Pero entonces Zsadist se detuvo ante el bus y lo empujo dentro. Entonces el tambien se embarco.
Cada uno de los aprendices se encogio en sus asientos. Especialmente cuando Zsadist desenvaino una de sus dagas.
– Nos sentaremos aqui -le dijo a John, senalando con el arma de negra hoja el primer asiento.
John se apretujo contra la ventana cuando Zsadist saco una manzana del bolsillo y lentamente se sento.