Aclaro su garganta.
– Hey Marissa, ?Como estas? Te ves bien.
– Gracias. -Estaba fantastica pero se cuidaria muy bien de decir algo asi.
– ?Como has estado? -pregunto ella.
?Que como habia estado? Como un lunatico idiota durante los cinco meses pasados.
– Bien, realmente bien.
– Butch, yo…
El le sonrio y se enderezo.
– ?Me harias un favor?, voy a esperar en el coche, ?le dirias eso a Phury cuando salga? Gracias. -Se aliso la corbata, abotono la chaqueta de su traje y recogio su abrigo-. Cuidate Marissa.
Fue directo al elevador.
– Butch, espera…
Dios lo ayudara, sus pies se detuvieron
– ?Como has estado? -dijo.
Considero darse la vuelta, pero se negaba a verse envuelto.
– Como dijo Jimmy Dandy, gracias por preguntar, y cuidate Marissa.
– Me gustaria… -dejo de hablar- ?Me llamaras? ?Alguna vez?
La cabeza le dio vueltas,
– ?Butch? ?Quizas podrias llamarme?
– ?Por que lo haria?
Ella se ruborizo incomoda.
– Esperaba que…
– ?Que esperabas?
– Que quizas…
– ?Que?
– Que podrias llamarme, si hubieras tenido tiempo habrias venido… llamado.
Con ese pensamiento, una parte diabolica y muy masculina de el se preguntaba si seguia siendo la virgen intacta que era cuando la conocio al comenzar el verano. Probablemente no. Y aun cuando siguiera siendo timida, durante el tiempo que estuvo lejos de Wrath debia haber tomado un amante. Demonios, sabia de primera mano la clase de besos que esa mujer podria dar. Lo habia dejado llorando sobre una silla, tan quebrado. Tan, si… definitivamente habia encontrado a un hombre. Tal vez una pareja y solo queria ensenarle el camino al infierno.
Cuando ella abrio el capullo perfecto, rosado de sus labios otra vez, el la corto.
– No voy a llamarte, pero realmente creo lo que dije, espero que… te cuides.
De acuerdo, habia usado tres veces la misma frase, necesitaba ponerse en camino antes de que lo hiciera un cuarta.
Butch dio un gran paso al elevador, por algun milagro la cosa se abrio en cuanto el apreto el boton, entro en el y mantuvo los ojos lejos de ella.
Cuando las puertas se cerraron penso que quizas ella hubiera dicho su nombre por ultima vez, pero conociendose sabia que solo lo habia imaginado. Realmente deseaba que ella…
Cuando atraveso de una zancada la puerta de la clinica, caminaba tan rapido que practicamente corria.
CAPITULO 43
Zsadist rastreo al solitario
Detras de el Z era ligero sobre el terreno, quedandose cerca, pero no demasiado. El alba llegaba rapido y con fuerza, y aunque despuntada el borde del alba ahora mismo, queria matarlo. Todo lo que necesitaba era alejar al asesino de los entrometidos ojos humanos…
El momento llego cuando el
Zsadist golpeo rapido, materializandose directamente detras del asesino, poniendo el brazo alrededor del cuello del bastardo, y tirando de el hacia la oscuridad. El
Cuando Z se levanto, no habia ninguna satisfaccion. Estaba en un estado violento de piloto automatico. Listo, complaciente, y capaz de matar, pero moviendose como en un sueno.
Bella era todo lo que estaba en su mente. Realmente, era mas profundo. La ausencia de ella era un peso tangible en su cuerpo: La echaba de menos con un tipo de desesperacion.
Su celular sono y contesto automaticamente, porque era lo que hacia desde que ella se marcho. No tenia ningun interes por saber quien era el que estaba del otro lado de la linea.
– Z, mi amigo -dijo Vishous-. Recibi un mensaje realmente extrano en el correo de voz. Un tipo que quiere hablar contigo.
– ?Hablar conmigo, dijo mi nombre?
– Realmente, era un poco dificil de seguir porque fue tan parco, pero menciono tu cicatriz.
?El hermano de Bella? Se pregunto Z. ?Aunque ahora que ella se habia ido por el mundo, sobre que tendria que hablar aquel macho?
Bien… ademas del hecho que su hermana habia sido atendida en su necesidad y no habia ninguna ceremonia de acoplamiento en el calendario. Si, el hermano se habia enojado.
– ?Cual es el numero?
Vishous recito los digitos.
– Y dijo que su nombre era Ormond.
Recordando, el nombre del hermano mayor de Bella no era ese.
– ?Ormond? es un nombre humano.
– No puedo decirte. Tendras que tener cuidado.
Z colgo, marco despacio, esperando haber logrado marcar bien los numeros.
Cuando la llamada fue contestada, no hubo un hola al otro lado de la linea. Solo una voz grave que dijo,
– Fuera de mi red e indetectable. Entonces tu debes ser, el Hermano.
– ?Y tu eres?
– Quiero conocerte en persona.