a interceptar su mirada, pero Ursula H'x mientras caia estaba siempre ocupada en limarse y lustrarse las unas o en pasarse el peine por el pelo largo y lacio, y no volvia jamas los ojos hacia mi. Hacia el Teniente Fenimore tampoco, debo decirlo, aunque hiciera de todo para atraer su atencion.
Una vez lo sorprendi -creia que yo no lo veia- haciendo senas a Ursula H'x: primero golpeaba los dos indices extendidos uno contra el otro, despues hacia un gesto de rotacion con una mano, despues senalaba hacia abajo. En una palabra, parecia aludir a un entendimiento con ella, a una cita para mas tarde, en una localidad cualquiera de abajo donde se encontrarian. Todas patranas, yo lo sabia perfectamente: no habia encuentros posibles entre nosotros, porque nuestras caidas eran paralelas y entre nosotros se mantenia siempre la misma distancia. Pero que al Teniente Fenimore se le metiese en la cabeza una idea de este tipo -y tratara de metersela en la cabeza a Ursula H'x- bastaba para atacarme los nervios, a pesar de que ella no le hiciera caso, e incluso emitiera con los labios un leve trompeteo dirigiendose -creo que no cabian dudas- justamente a el. (Ursula H'x caia rodando sobre si misma con movimientos perezosos como si se arrebujara en su cama y era dificil saber si un gesto se dirigia a uno y no a otro, o si estaba jugueteando por su cuenta, como de costumbre.)
Tambien yo, naturalmente, no sonaba mas que con encontrar a Ursula H'x, pero como en mi caida seguia una recta absolutamente paralela a la de ella, me parecia fuera de lugar manifestar un deseo irrealizable. Desde luego, si se queria ser optimista, quedaba siempre la posibilidad de que, siguiendo nuestras dos paralelas hasta el infinito, llegara el momento en que se tocasen. Esta eventualidad bastaba para darme algunas esperanzas, mas aun, para mantenerme en una continua excitacion. Les dire que un encuentro de nuestras paralelas yo lo habia sonado tanto, en todos sus detalles, que formaba parte ya de mi experiencia como si lo hubiera vivido. Todo sucederia de un momento a otro, con sencillez y naturalidad: despues de tanto andar separados sin poder acercarnos un palmo, despues de haberla sentido extrana, prisionera de su trayecto paralelo, la consistencia del espacio, que siempre habia sido impalpable, se volveria mas tensa y al mismo tiempo mas blanda, un espesarse del vacio que pareceria venir no de afuera sino de dentro de nosotros, y nos apretaria a Ursula H'x y a mi (me bastaba cerrar los ojos para verla adelantarse, en una actitud que sabia suya aunque fuera distinta de todas las actitudes que le eran habituales: los brazos extendidos hacia abajo, pegados a las caderas, torciendo las munecas como si se estirara y al mismo tiempo intentara un forcejeo que era tambien una manera casi serpentina de echarse hacia adelante), y entonces la linea invisible que recorria yo y la que ella recorria se convertirian en una sola linea, ocupada por una mezcolanza de ella y de mi donde todo lo que en ella era suave y secreto era penetrado, mas aun, envolvia y casi diria sorbia todo lo que en mi con mas tension habia llegado hasta alli, padeciendo por estar solo y separado y seco.
Sucede con los suenos mas hermosos que se transforman de pronto en pesadillas, y asi se me ocurria entonces que el punto de encuentro de nuestras dos paralelas podia ser aquel en el que se encuentran todas las paralelas existentes en el espacio, y entonces no hubiera marcado el encuentro mio y de Ursula H'x solamente, sino tambien -?perspectiva execrable!- del Teniente Fenimore. En el mismo momento en que Ursula H'x dejara de serme extrana, un extrano con sus finos bigotitos negros compartiria nuestra intimidad de modo inextricable; este pensamiento bastaba para lanzarme en las mas desgarradoras alucinaciones de los celos: oia el grito que nuestro encuentro -de ella y mio- nos arrancaba, fundirse en un unisono espasmodicamente gozoso, y entonces -?me petrificaba el presentimiento!- de el se desprendia lancinante el grito de Ursula H'x violada -asi lo imaginaba en mi rencorosa parcialidad- por la espalda, y al mismo tiempo el grito de vulgar triunfo del Teniente, pero quiza -y aqui mis celos llegaban al delirio- esos gritos -de ella y de el- podian tambien no ser tan distintos y disonantes, podian alcanzar tambien un unisono, sumarse en un unico grito de verdadero placer, distinguiendose del grito incontenible que irrumpiria de mis labios.
En este alternarse de esperanzas y aprensiones continuaba mi caida, pero sin dejar de escrutar en la profundidad del espacio algo que anunciase un cambio actual o futuro de nuestra condicion. Un par de veces logre divisar un universo, pero estaba lejos y se veia pequeno pequeno, muy hacia la derecha o hacia la izquierda; apenas me daba tiempo de distinguir algunas galaxias como puntitos lucientes reagrupados en montones superpuestos que giraban con un debil zumbido, y todo se disipaba ya como habia aparecido, hacia arriba o al costado, como para dudar de que hubiera sido un deslumbramiento de la vista.
– ?Alla! ?Mira! ?Alla hay un universo! ?Mira alla! ?Alla hay algo! -gritaba yo a Ursula H'x senalandole en aquella direccion, pero ella, con la lengua apretada entre los dientes, estaba muy ocupada en acariciarse la piel lisa y tersa de las piernas en busca de rarisimos y casi invisibles pelos superfluos para arrancarlos con un tiron seco de las unas como pinzas, y la unica senal de que hubiera entendido mi llamada podia ser la forma en que extendia una pierna hacia arriba, como para aprovechar -se hubiera dicho- para su metodica inspeccion la poca luz que reverberase en aquel lejano firmamento.
Inutil decir cuanto desden demostraba el Teniente Fenimore por lo que yo podia haber descubierto: se encogia de hombros -haciendo saltar las charreteras, la bandolera y las condecoraciones con las que inutilmente se enjaezaba- y se volvia en direccion opuesta con una risita burlona. Salvo que fuera el (cuando estaba seguro de que yo miraba en otra direccion) quien para despertar la curiosidad de Ursula (y entonces me tocaba el turno de reir al ver que ella, por toda respuesta, giraba sobre si misma en una especie de cabriola dandole el trasero, movimiento indudablemente poco respetuoso pero bello de ver, tanto que despues de haberme alegrado como si fuera una humillacion para mi rival, me sorprendia envidiandolo como si fuera un privilegio) senalaba un debil punto que huia en el espacio voceando: -?Alla! ?Alla! ?Un universo! ?Asi de grande! ?Lo vi! ?Es un universo!
No digo que mintiera: afirmaciones de esa indole, por lo que se, podian ser tanto verdaderas como falsas. Que cada tanto pasaramos a la vera de un universo, estaba probado (o bien que un universo pasara a la vera de nosotros), pero no se sabia si habia muchos universos diseminados en el espacio o si siempre seguiamos cruzandonos con el mismo universo girando en una misteriosa trayectoria, o si en cambio no habia ningun universo y aquel que creiamos ver era el espejismo de un universo que quiza hubiera existido alguna vez y cuya imagen continuaba rebotando en las paredes del espacio como el retumbo de un eco. Pero podia ser tambien que los universos siempre hubieran estado alli, tupidos a nuestro alrededor, y que ni sonaran en moverse, y nosotros tampoco nos movieramos, y todo estuviera quieto para siempre, sin tiempo, en una oscuridad punteada de rapidos centelleos cuando algo o alguien lograba por un momento despegarse de aquella torpida ausencia de tiempo e insinuar la apariencia de un movimiento.
Todas hipotesis igualmente dignas de ser tenidas en cuenta y de las que me interesaba solamente lo que se relacionaba con nuestra caida y con lograr o no tocar a Ursula H'x. En una palabra, nadie sabia nada. Y entonces, ?por que el presuntuoso de Fenimore adoptaba a veces un aire de superioridad, como quien esta seguro de si mismo? Se habia dado cuenta de que cuando queria hacerme rabiar el sistema mas seguro era fingir que tenia con Ursula H'x una familiaridad de larga data. En ciertos momentos Ursula bajaba balanceandose, las rodillas juntas, desplazando el peso del cuerpo hacia aqui o hacia alla, como ondulando en un zig-zag cada vez mas amplio: todo para enganar el aburrimiento de aquella interminable caida. Y entonces el Teniente tambien se ponia a ondular, tratando de conseguir el mismo ritmo que ella, como si siguiera la misma pista invisible, mas, como si bailara al son de la misma musica audible unicamente para ellos dos, que el fingia directamente silbotear, y poniendo, solo el, una especie de segunda intencion, como si yo no lo supiera, pero bastaba para meterme en la cabeza la idea de que un encuentro entre Ursula H'x y el Teniente Fenimore podia haber ocurrido ya, quien sabe cuanto tiempo antes, en el origen de sus trayectorias, y esta idea me producia una comezon dolorosa, como una injusticia cometida a mis expensas. Pero pensandolo bien, si Ursula y el Teniente habian ocupado en un tiempo el mismo punto del espacio, era senal de que las respectivas lineas de caida se habian ido alejando y probablemente seguian alejandose. Ahora bien, en este lento pero continuo alejamiento del Teniente, nada mas facil que Ursula se acercase a mi; por lo tanto, el Teniente no tenia mayormente por que enorgullecerse de sus pasadas intimidades: el futuro me sonreia a mi.
El razonamiento que me llevaba a esta conclusion no bastaba para tranquilizarme intimamente: la eventualidad de que Ursula H'x hubiera encontrado ya al Teniente era de por si un dano que de haberme sido hecho no podia ser rescatado. Debo anadir que pasado y futuro eran para mi terminos vagos, entre los cuales no conseguia establecer una distincion: mi memoria no iba mas alla del interminable presente de nuestra caida paralela, y lo que hubiera podido ser antes, como no era posible recordarlo, pertenecia al mismo mundo imaginario del futuro y con el futuro se confundia. Asi yo podia incluso suponer que si alguna vez habian partido de un mismo punto dos paralelas, estas fueran las lineas que seguiamos Ursula H'x y yo (en este caso la nostalgia de una identidad perdida era la que alimentaba mi ansioso deseo de encontrarla); pero a esta hipotesis me resistia a dar credito, porque podia implicar un alejamiento progresivo de nosotros y quiza un arribo de ella a los brazos galonados del Teniente Fenimore, pero sobre todo porque no sabia salir del presente sino para imaginarme un presente distinto, y todo el resto no
