Nadie contesto. -?Dios mio, se han perdido! -grito nuestra madre. Mis hermanitos todavia no estaban en edad de saber transmitir un mensaje; por eso se perdian facilmente y los vigilabamos continuamente. -?Voy a buscarlos! -dije.
– ?Si, ve, valiente Qfwfq! -dijeron papa y mama, y luego, subitamente arrepentidos-: ?Pero si te alejas te pierdes tu tambien! ?Quedate aqui! Bueno, anda, pero avisa donde estas: ?silba!
Eche a andar en la oscuridad, en el pantano de aquella condensacion de nebula, emitiendo un silbido continuo. Digo andar, esto es, un modo de moverse en la superficie, inimaginable pocos minutos antes, y que entonces apenas si se podia hablar de el porque la materia oponia tan poca resistencia que si no se prestaba atencion, en vez de continuar sobre la superficie uno se hundia al sesgo o directamente en perpendicular y terminaba sepultado. Pero en cualquier direccion que se anduviera y en cualquier nivel, las probabilidades de encontrar a mis hermanitos eran iguales: quien sabe donde se habian metido aquellos dos.
De pronto rode; como si me hubieran hecho -se diria hoy- una zancadilla. Era la primera vez que me caia, no sabia siquiera que era ese 'caerse', pero todavia estabamos sobre lo mullido y no me hice nada.
– No pisar aqui -dijo una voz-, Qfwfq, no quiero -era la voz de mi hermana G'd (w)n.
– ?Por que? ?Que hay ahi?
– Hice algo con algo… -dijo. Me llevo un poco de tiempo darme cuenta, a tientas, de que mi hermana, frangollando con aquella especie de barro, habia levantado una montanita toda pinaculos, almenas y agujas.
– ?Pero que te has puesto a hacer?
G'd (w)n daba siempre respuestas sin pies ni cabeza: -Un afuera con un adentro dentro. Tzlll, tzlll, tzlll…
Segui mi camino a tumbos. Tropece bambien con el consabido senor Hnw, que habia terminado nuevamente de cabeza dentro de la materia en condensacion. -?Arriba, senor Hnw, senor Hnw! ?Es posible que no consiga estar de pie! -y tuve que ayudarlo de nuevo a salir, esta vez con un empujon de abajo arriba, porque yo tambien estaba completamente inmerso.
El senor Hnw, tosiendo, soplando y estornudando (hacia un frio nunca visto), desemboco en la superficie justo en el punto donde estaba sentada la abuela Bb'b. La abuela volo por el aire y de pronto grito:
– ?Mis nietitos! ?Han vuelto mis nietitos!
– ?Pero no, mama, es el senor Hnw!
No se entendia nada.
– ?Y mis nietitos?
– ?Aqui estan! -grite-, ?y aqui esta tambien el almohadon!
Los mellizos debian de haberse fabricado tiempo atras un escondite secreto en el espesor de la nebula, y ellos eran los que habian ocultado alli el almohadon para jugar. Mientras la materia era fluida ellos suspendidos en el medio podian dar saltos mortales a traves del almohadon en forma de rosca, pero ahora estaban aprisionados en una especie de requeson espumoso: el agujero del almohadon estaba cerrado y se sentian comprimidos por todas partes.
– ?Agarraos al almohadon -trate de hacerles comprender-, que os saco afuera, pavos! -Tire, tire, en un momento, antes de que se dieran cuenta, ya estaban haciendo cabriolas en la superficie, ahora cubierta de una costra fina como clara de huevo. El almohadon, en cambio apenas afuera se habia disuelto. Vaya uno a saber que clase de fenomenos ocurrian en aquellos tiempos, y quien se los explicaba a la abuela Bb'b.
Justo entonces, como si no pudieran elegir un momento mejor, los tios se levantaron lentamente y dijeron: - Bueno, se ha hecho tarde, quien sabe que andaran haciendo los chicos, estamos un poco inquietos, ha sido un gusto vernos, pero es mejor que nos vayamos.
No se puede decir que se equivocaran; incluso hubiera sido logico que se alarmaran y se fuesen antes, pero estos tios, quiza por el lugar a trasmano en que vivian habitualmente, eran gentes un poco cohibidas. Tal vez habian estado en vilo hasta entonces y no se habian atrevido a decirlo.
Mi padre dice: -Si quereis iros yo no os retengo, pero pensad bien si no os conviene esperar a que se aclare un poco la situacion, porque por el momento no se sabe con que peligro puede uno toparse-. En una palabra, frases llenas de buen sentido.
Pero ellos: -No, no, gracias por preocuparte, la charla ha sido agradable pero no os molestamos mas -y otras tonterias por el estilo. En fin, no es que nosotros entendieramos mucho, pero ellos realmente no se daban cuenta de nada.
Estos uos eran tres, para ser exactos: una tia y dos tios, los tres largos largos y practicamente identicos; nunca se entendio bien quien de ellos era marido o hermano de quien, ni tampoco cual era exactamente su relacion de parentesco con nosotros: en aquellos tiempos muchas eran las cosas que se mantenian en la vaguedad.
Comenzaron a irse uno por uno, los tios, cada cual en una direccion diferente, hacia el cielo negro, de vez en cuando, como para mantener el contacto, decian: -?O! ?O! -Y todo lo hacian asi: no sabian proceder con un minimo de metodo.
Apenas se han ido los tres y sus ?O! ?O! ya se oyen desde puntos lejanisimos, cuando deberian estar todavia alli, a pocos pasos. Y se oyen tambien algunas exclamaciones que no sabiamos que querian decir: -?Pero aqui hay el vacio! -?Pero por aqui no se pasa! -?Y por que no vienes aqui? -?Donde estas? -?Salta, hombre! -?Y que es lo que salto, vamos! -?Desde aqui se vuelve atras! -En fin, no se entendia nada, salvo el hecho de que entre nosotros y aquellos tios se iban ensanchando enormes distancias.
La tia, que habia sido la ultima en irse, se desganitaba en un discurso mas razonado: -Y yo ahora me quedo sola encima de esta cosa que se ha separado…
Y las voces de los dos tios, debilitadas ahora por la distancia, que repetian: -Tonta… Tonta… Tonta…
Estabamos escrutando esa oscuridad atravesada de voces, cuando sucedio el cambio: el unico gran cambio verdadero al que me ha sido dado asistir, en comparacion con el cual el resto no es nada. En resumen: eso que empezo en el horizonte, esa vibracion que no se parecia a lo que entonces llamabamos sonidos, ni a las nombradas ahora con el 'se toca', ni a otras; una especie de ebullicion seguramente lejana y que al mismo tiempo acercaba lo que estaba lejos; en fin, de pronto toda la oscuridad fue oscuridad en contraste con otra cosa que no era oscuridad, es decir, la luz. Apenas se pudo hacer un examen mas detenido del estado de cosas, resulto que habia: primero, el cielo oscuro como siempre pero que empezaba a no serlo; segundo, la superficie en que nos encontrabamos, toda gibosa y encostrada, de un hielo sucio que daba asco y que iba derritiendose rapido porque la temperatura subia a toda maquina; y tercero, aquello que despues llamariamos una fuente de luz, es decir, una masa que se iba poniendo incandescente, separada de nosotros por un enorme espacio vacio, y que parecia probar uno por uno todos los colores en vibraciones tornasoladas. Y ademas, alli en medio del cielo, entre nosotros y la masa incandescente, un par de islotes iluminados y vagos que giraban en el vacio llevando encima a nuestros tios u otra gente, reducidos a sombras lejanas y que emitian una especie de ganido.
Lo mas, entonces, estaba hecho: el corazon de la nebula, al contraerse, habia desarrollado calor y luz, y ahora habia el Sol. Todo el resto seguia rodando alrededor dividido y agrumado en varios pedazos: Mercurio, Venus, la Tierra, otros mas alla, y lo que estaba, estaba. Y ademas, hacia un calor de reventar.
Nosotros, alli, con la boca abierta, de pie, menos el senor Hnw que aun seguia en cuatro patas, por prudencia. Y mi abuela, riendose. Ya lo dije: la abuela Bb'b era de la epoca de la luminosidad difusa, y durante todo aquel tiempo oscuro habia seguido hablando como si de un momento a otro las cosas tuvieran que volver a ser iguales que antes. Ahora le parecia que habia llegado su momento; por un instante habia querido hacerse la indiferente, la persona para la cual todo lo que sucede es perfectamente natural; despues, como no le haciamos caso, habia empezado a reirse y a apostrofarnos: -Ignorantes… Mas que ignorantes…
Pero no era de buena fe, a menos que la memoria ya no le funcionase tan bien. Mi padre, basandose en lo poco que entendia, le dijo, siempre con cautela:
– Mama, ya se en que esta pensando, pero este parece realmente un fenomeno distinto… -Y senalando el suelo-: ?Mirad abajo! -exclamo.
Bajamos los ojos. La Tierra que nos sostenia aun era un amasijo gelatinoso, diafano, que se iba poniendo cada vez mas solido y opaco, empezando por el centro, donde iba espesandose una especie de yema de huevo; pero nuestras miradas conseguian todavia atravesarla de lado a lado, iluminada por aquel Sol primero. Y en medio de esa especie de burbuja transparente veiamos una sombra que se movia como nadando y volando. Y nuestra madre dijo:
– ?Hija mia!
Todos reconocimos a G'd (w)n: espantada quiza por el incendio del Sol, en un arrebato de su