alma esquiva se habia precipitado dentro de la materia de la Tierra en condensacion, y ahora trataba de abrirse paso en la profundidad del planeta, y parecia una mariposa de oro y de plata cada vez que pasaba por una zona todavia ilununada y diafana, o bien desaparecia en la esfera de sombra que se dilataba y dilataba. -?G d (w)n! JG'd (w)n! -gritabamos, y nos echabamos al suelo tratando de abrirnos camino tambien nosotros, para alcanzarla. Pero la superficie terrestre se iba cuajando en una corteza porosa, y mi hermano Rwzfs, que habia conseguido hundir la cabeza en una grieta, por poco queda destrozado.
Despues no se la vio mas: la zona solida ocupaba ahora toda la parte central del planeta. Mi hermana habia quedado del otro lado y no supe nada mas de ella, si habia permanecido sepulta en la profundidad o se habia puesto a salvo del otro lado, hasta que la encontre mucho despues, en Canberra, en 1912, casada con un tal Sullivan, jubilado de ferrocarriles, tan cambiada que casi no la reconoci.
Nos incorporamos. El senor Hnw y la abuela estaban adelante, llorando, envueltos en llamas azules y oro.
– ?Rwzfs! ?Por que has prendido fuego a la abuela? -habia empezado ya a gritar nuestro padre, pero al volverse hacia mi hermano vio que tambien el estaba envuelto en llamas. Y ademas, mi padre, y mi madre, y yo, todos nos quemabamos en el fuego. Es decir, no nos quemabamos, estabamos inmersos en el como en un bosque deslumbrante, las llamas se alzaban en toda la superficie del planeta, era un aire de fuego en el cual podiamos correr y cernirnos y volar, tanto que nos dio como una nueva alegria.
Las radiaciones del Sol iban quemando la envoltura de los planetas, hecha de helio y de hidrogeno; en el cielo, donde estaban nuestros tios, giraban globos inflamados que arrastraban largas barbas de oro y turquesa, como el cometa su propia cola.
Volvio la oscuridad. Creiamos ahora que todo lo que podia suceder habia sucedido, y: -Ahora si que es el fin - dijo la abuela-, haced caso a los viejos-. En cambio la Tierra apenas habia dado una de sus vueltas habituales. Era la noche. Todo acababa de empezar.
Un signo en el espacio
Exacto, es el tiempo que se tarda, nada menos -dijo Qfwfq-, yo una vez al pasar hice un signo en un punto del espacio, a proposito, para poder encontrarlo doscientos millones de anos despues, cuando pasaramos por alli en la proxima vuelta. ?Un signo como? Es dificil decirlo, porque si uno dice signo, ustedes piensan en seguida en algo que se distingue de algo, y alli no habia nada que se distinguiese de nada; ustedes piensan en seguida en un signo marcado con cualquier instrumento o con las manos, instrumento o manos que despues se quitan y en cambio el signo queda, pero en aquel tiempo no habia instrumentos todavia, ni siquiera manos, ni dientes, ni narices, cosas todas que hubo luego, pero mucho tiempo despues. Que forma dar al signo, ustedes dicen que no es un problema, cualquiera que sea su forma, un signo basta que sirva de signo, es decir que sea distinto o igual a otros signos; tambien esto es facil decirlo, pero yo en aquella epoca no tenia ejemplos a que remitirme para decir lo hago igual o diferente; cosas para copiar no habia, y ni siquiera se sabia que era una linea, recta o curva, o un punto, o una saliencia, o una entrada. Tenia intencion de hacer un signo, eso si, es decir, tenia intencion de considerar signo cualquier cosa que me diera por hacer; asi, habiendo hecho yo, en aquel punto del espacio y no en otro, algo con proposito de hacer un signo, resulto que habia hecho un signo de veras.
En fin, por ser el primer signo que se hacia en el universo, o por lo menos en el circuito de la Via Lactea, debo decir que salio muy bien. ?Visible? Si, muy bien, ?y quien tenia ojos para ver, en aquellos tiempos? Nada habia sido jamas visto por nada, ni siquiera se planteaba la cuestion. Que fuera reconocible con riesgo de equivocarse, eso si, debido a que todos los otros puntos del espacio eran iguales e indistinguibles, y en cambio este tenia el signo.
Asi, prosiguiendo los planetas su giro y el Sistema Solar el suyo, pronto deje el signo a mis espaldas, separados por campos interminables de espacio. Y yo no podia dejar de pensar cuando volveria a encontrarlo, y como lo reconoceria, y el placer que me daria, en aquella extension anonima, despues de cien mil anos-luz recorridos sin tropezar con nada que me fuese familiar, nada por cientos de siglos, por miles de milenios, volver y que alli estuviera, en su lugar, tal como lo habia dejado, mondo y lirondo, pero con aquel sello -digamos- inconfundible que yo le habia dado.
Lentamente la Via Lactea se volvia sobre si misma con sus flecos de constelaciones y de planetas y de nubes, y el Sol, junto con el resto, hacia el borde. En todo aquel carrusel solo el signo estaba quieto, en un punto cualquiera, al reparo de cualquier orbita (para hacerlo me habia asomado un poco a los margenes de la Galaxia, de manera que quedase fuera y el girar de todos aquellos mundos no se le fuese encima), en un punto cualquiera que ya no era cualquiera desde el momento que era el unico punto que seguramente estaba alli, y en relacion con el cual podian definirse los otros puntos.
Pensaba en el dia y noche; es mas, no podia pensar en otra cosa; es decir, era la primera ocasion que tenia de pensar en algo; o mejor, pensar en algo nunca habia sido posible, primero porque faltaban cosas en que pensar, y segundo porque faltaban los signos para pensarlas, pero desde el momento que habia aquel signo, aparecia la posibilidad de que el que pensase, pensara en un signo, y por lo tanto en aquel, en el sentido de que el signo era la cosa que se podia pensar y el signo de la cosa pensada, o sea de si mismo.
Por lo tanto la situacion era esta: el signo servia para senalar un punto, pero al mismo tiempo senalaba que alli habia un signo, cosa todavia mas importante porque puntos habia muchos mientras que signos solo habia aquel, y al mismo tiempo el signo era mi signo, el signo de mi, porque era el unico signo que yo jamas hubiera hecho y yo era el unico que jamas hubiera hecho signos. Era como un nombre, el nombre de aquel punto, y tambien mi nombre que yo habia signado en aquel mundo, en fin, el unico nombre disponible para todo lo que reclamaba un nombre.
Transportado por los flancos de la Galaxia nuestro mundo navegaba mas alla de espacios lejanisimos, y el signo estaba donde lo habia dejado signando aquel punto, y al mismo tiempo me signaba, me lo llevaba conmigo, me habitaba enteramente, se entrometia entre yo y toda cosa con la que podia intentar una relacion. Mientras esperaba volver a encontrarlo, podia tratar de derivar de el otros signos y combinaciones de signos, series de signos iguales y contraposiciones de signos diversos. Pero habian pasado ya decenas y decenas de millares de milenios desde el momento en que lo trazara (mas todavia: desde los pocos segundos en que lo lanzaraa al continuo movimiento de la Via Lactea) y justo ahora que necesitaba tenerlo presente en todos sus detalles (la minima incertidumbre acerca de como era, volvia inciertas las posibles distinciones respecto a otros signos eventuales), me di cuenta de que, a pesar de tenerlo presente en su perfil sumario, en su apariencia general, algo se me escapaba, en fin, si trataba de descomponerlo en sus varios elementos no recordaba si entre uno y otro habia esto o aquello. Hubiera debido tenerlo alli delante, estudiarlo, consultarlo, y en cambio estaba lejos, todavia no sabia cuanto porque lo habia hecho justamente para saber el tiempo que tardaria en encontrarlo, y mientras no lo hubiese encontrado no lo sabria. Pero entonces lo que me importaba no era el motivo por el que lo habia hecho, sino como era, y me puse a elaborar hipotesis sobre ese como y teorias segun las cuales un signo determinado debia ser necesariamente de una manera determinada, o procediendo por exclusion trataba de eliminar todos los tipos de signos menos probables para llegar al justo, pero todos esos signos imaginarios se desvanecian con una labilidad incontenible porque no habia aquel primer signo que sirviera de termino de comparacion. En este cavilar (mientras la Galaxia seguia dando vueltas insomne en su lecho de mullido vacio, como movida por el prurito de todos los mundos y los atomos que se encendian e irradiaban) comprendi que habia perdido tambien aquella confusa nocion de mi signo, y solo conseguia concebir fragmentos de signos intercambiables entre si, esto es, signos internos del signo, y cada cambio de esos signos en el interior del signo cambiaba el signo en un signo completamente distinto, es decir, habia olvidado del todo como era mi signo y no habia manera de hacermelo recordar.
?Me desespere? No, el olvido era fastidioso pero no irremediable. Dondequiera que fuese, sabia que el signo estaba esperandome, quieto y callado. Llegaria, lo encontraria y podria reanudar el hilo de mis razonamientos. A ojo de buen cubero, habriamos llegado ya a la mitad del recorrido de nuestra revolucion galactica; era cosa de paciencia, la segunda mitad da siempre la impresion de pasar mas rapido. Ahora no debia pensar sino en que el signo estaba y en que yo volveria a pasar por alli.
Pasaron los dias, ahora debia de estar cerca. Temblaba de impaciencia porque podia toparme con el signo en