decepcion que probablemente habia sentido al descubrir que el coche estaba limpio.
– Jodete, cabron -dijo en voz alta.
Justo cuando estaba a punto de poner en marcha el coche vio que sacaban el colchon del apartamento. Dos hombres que supuso que eran especialistas en escenas del crimen cargaban cuidadosamente con la voluminosa pieza, llevandola en posicion vertical a traves de la puerta y escaleras abajo hasta una furgoneta de la Division de Investigaciones Cientificas del Departamento de Policia de Los Angeles.
Habian envuelto el colchon en un plastico grueso, como una cortina de ducha, pero el amplio y oscuro manchon del centro todavia se traslucia con claridad. La vision del colchon sostenido ante la cruda luz deprimio de inmediato a Pierce. Era como si estuvieran sosteniendo un tablon de anuncios que avisara que era demasiado tarde para hacer algo por Lilly Quinlan. '
El colchon era excesivamente grande y ancho para entrar en la furgoneta. Los hombres de la Division de Investigaciones Cientificas lo alzaron hasta la baca del vehiculo y lo aseguraron con pulpos. Pierce supuso que el envoltorio de plastico garantizaria la integridad de las pruebas que de alli pudieran surgir.
Cuando aparto la mirada de la furgoneta se fijo en que Renner estaba de pie en el umbral del apartamento, observandolo. Pierce le sostuvo la mirada un buen rato y luego arranco. Habia tantos coches oficiales en el callejon que se vio obligado a dar marcha atras hasta Speedway antes de poder dar la vuelta y poner rumbo a su casa.
En su apartamento, diez minutos despues, levanto el telefono e inmediatamente oyo el tono que indicaba que tenia mensajes. Antes de escucharlos pulso el boton de rellamada porque sabia que la ultima persona a la que habia telefoneado era Robin. La llamada fue a un buzon de voz sin que sonara un solo timbrazo, lo cual indicaba que ella habia apagado el telefono o estaba atendiendo otra llamada.
– Escucha, Robin, soy yo, Henry Pierce. Se que estabas enfadada conmigo, pero escucha lo que tengo que decirte ahora. Despues de que te fuiste encontre la puerta del apartamento de Lilly abierta. El casero estaba alli vaciando el apartamento. Encontramos lo que parecia sangre en la cama y tuvimos que llamar a la poli. Trate de mantenerte…
Sono el bip y la llamada se corto. Pierce pulso de nuevo el boton de rellamada, preguntandose por que tenia establecido un tiempo tan corto para los mensajes. Le dio senal de ocupado.
– ?Mierda!
Empezo de nuevo y otra vez comunicaba. Frustrado, salio al balcon. La brisa marina era intensa y cortante. Las luces de la noria seguian encendidas, pero el parque de atracciones habia cerrado a medianoche. Pulso de nuevo el boton de rellamada y sostuvo el telefono pegado a la oreja. Esta vez sono y Robin contesto al primer timbrazo. Tenia voz sonolienta.
– ?Robin?
– Si, ?Henry?
– Si, no cuelgues. Estaba dejandote un mensaje. Yo…
– Lo se. Lo estaba escuchando. ?Has oido el mio?
– ?Que? ?Un mensaje? No, acabo de llegar a casa. He estado toda la noche con la policia. Escucha, se que estas furiosa conmigo, pero como trataba de decirte en el mensaje, la poli va a llamarte. Te mantuve al margen. No les dije que me habias llevado alli. Pero entonces me preguntaron que como sabia que Lilly era de Tampa y que su madre vivia alli y les dije que tu me lo habias dicho. Era mi unica salida. Para mi, lo admito, pero no creo que suponga un problema para ti. Me refiero a que vuestras paginas estan vinculadas. De todos modos iban a ir a hablar contigo.
– No pasa nada.
Pierce se quedo un momento en silencio, sorprendido por la reaccion de Robin.
– Les dije que te habia convencido de que queria encontrar a Lilly para asegurarme de que estaba bien y que tu me creiste y asi fue como me contaste cosas de ella.
– ?Sabes?, me convenciste. Por eso te llame y deje un mensaje. Es una suerte que tenga identificador de llamadas y tuviera tu numero. Queria decirte que lo sentia por lo que te dije en el callejon. Estuvo muy mal.
– No te preocupes por eso.
– Gracias.
Ambos se quedaron un momento en silencio.
– Oye -dijo Pierce-. El colchon del apartamento… Habia mucha sangre. No se lo que le paso a Lilly, pero si estaba tratando de dejar el oficio para ir a la universidad… Se que tienes miedo de Billy Wentz, pero deberias tener mas que eso, Robin. Hagas lo que hagas, ten cuidado.
Ella no dijo nada.
– Tienes que escapar de el y de este oficio. Pero, escuchame: cuando lo hagas, no se lo digas a nadie. Simplemente desaparece sin que ellos sepan que te vas. Creo que ese pudo ser el error que cometio Lilly. Debio de decirselo a el o se lo conto a otra persona y el acabo enterandose.
– ?Y crees que fue el quien lo hizo? Ella le hacia ganar dinero. ?Por que iba a…?
– No lo se. No se que pensar. Pudo ser la persona que estuvo con ella antes de la cita que tenia contigo. Hay muchas posibilidades. He visto cosas en ese apartamento, fustas y mascaras y demas. ?Quien sabe que le paso? Pero pudo ser Wentz enviando el mensaje de que nadie puede irse. Lo unico que estoy diciendo es que este mundo en el que vives es peligroso, Robin. Deberias dejarlo y deberias tener mucho cuidado cuando lo hagas.
Robin se quedo un momento en silencio y Pierce se dio cuenta de que no le habia dicho nada que ella no supiera ya. Entonces penso que la estaba oyendo llorar, aunque no estaba seguro.
– ?Estas bien?
– Si-dijo ella-. Es solo que no es facil, ?sabes? Dejarlo. Salir y volver a la vida normal. O sea, ?que otra cosa voy a hacer? Gano mucho dinero con esto. Mas del que ganaria nunca en otro sitio. ?Que podria hacer, trabajar en McDonald's? Probablemente ni siquiera conseguiria trabajo alli. ?Que pondria en el formulario, que he estado haciendo de puta en los ultimos dos anos?
No era la conversacion que Pierce pensaba que iba a tener con Robin. Entro de nuevo desde el balcon y volvio a meterse en la sala de estar. Tenia dos sillas nuevas, pero ocupo su sitio habitual en el viejo sofa.
– ?Robin? Ni siquiera conozco tu apellido.
– LaPorte. Y tampoco me llamo Robin.
– ?Como te llamas?
– Lucy.
– Bueno, me gusta mas. Lucy LaPorte. Si, me gusta. Suena bien.
– Tuve que darles todo lo demas a esos tipos, asi que decidi guardarme el nombre.
Parecia que habia parado de llorar.
– Bueno… Lucy, si me dejas que te llame asi. Guardate mi numero. Cuando estes preparada para dejar esta vida, me llamas y hare todo lo posible para ayudarte. Dinero, un trabajo, un apartamento, lo que necesites, llamame y lo tendras. Hare lo que pueda.
– Lo haces por tu hermana, ?verdad?
Pierce se lo penso antes de contestar.
– No lo se, probablemente.
– No me importa. Gracias, Henry.
– Muy bien, Lucy. Creo que voy a derrumbarme. Ha sido un dia muy largo y estoy agotado. Lamento haberte despertado.
– No te preocupes por eso. Y no te preocupes por los polis. Me arreglare.
– Gracias, buenas noches.
Pierce corto la llamada y busco los mensajes del buzon de voz. Tenia cinco. O mejor dicho, Lilly tenia tres y el dos. Borro los de Lilly en cuanto determino que no eran para el. Su primer mensaje era de Charlie.
Solo queria ver como te habia ido hoy en el laboratorio y preguntarte si has tenido ocasion de revisar las solicitudes de patentes. Si ves algun problema, deberiamos comentarlo el lunes a primera hora para que tengamos tiempo de arreglarlo…
Borro el mensaje. Pensaba revisar las solicitudes de patentes por la manana. Despues de eso llamaria a Charlie. Escucho el mensaje completo de Lucy LaPorte.