– Si, ?que ha ocurrido?

Pierce se encogio de hombros en un gesto de impotencia.

– Lo que ha pasado es que se ha ido. Ella ha dejado su trabajo y, eh…, bueno, me ha dejado a mi. Creo que podria decirse que primero me dejo a mi.

– ?Cuando ocurrio eso?

– Es dificil de decir, Clyde. Llevaba un tiempo pasando. Como en camara lenta, pero la cosa exploto hace un par de semanas. Ella acepto quedarse hasta hoy. Hoy era su ultimo dia. Ya se que cuando entro aqui me advirtio sobre el problema de mezclar el trabajo y la vida privada. Supongo que tenia razon.

Vernon dio un paso mas hacia Pierce.

– ?Por que no se me informo? -protesto-. Deberian habermelo dicho.

Pierce vio que a Vernon se le subian los colores. Estaba furioso e intentando controlarse. No se trataba tanto de Nicole como de su necesidad de consolidar su posicion en la empresa. Al fin y al cabo, no habia dejado el FBI despues de tantos anos solo para que un jefe cientifico modernoso que probablemente fumaba hierba los fines de semana le hiciera luz de gas.

– Mire, se que deberia haber sido informado, pero puesto que habia algunas cuestiones personales yo…, en realidad no queria hablar de eso. Y a decir verdad, probablemente no lo habria llamado esta noche, porque sigo sin querer hablar de eso.

– Bueno, hemos de hablar de eso. Ella era la agente de inteligencia de esta empresa. No se le deberia haber permitido marcharse tan campante al final del dia.

– Todos los archivos siguen aqui. Lo he comprobado, aunque no me hacia falta. Nicki nunca haria nada de lo que esta usted insinuando.

– No estoy insinuando ninguna impropiedad. Solo trato de ser cauto y cuidadoso en esto. Nada mas. ?Ha aceptado algun otro trabajo que usted sepa?

– La ultima vez que hablamos no, pero ella firmo un contrato de no competencia con nosotros. No hemos de preocuparnos por eso, Clyde.

– Es su opinion. ?Cuales han sido los pactos economicos de la separacion?

– ?Que tiene eso que ver con usted?

– Una persona con problemas economicos es vulnerable. Es asunto mio saber si un empleado o ex empleado con conocimiento intimo del proyecto es vulnerable.

Pierce estaba empezando a molestarse por el cuestionario rapido de Vernon y su pose condescendiente, aunque era la misma pose con la que el le trataba a diario.

– Para empezar, su conocimiento del proyecto era limitado. Ella recopilaba informacion de los competidores, no nuestra. Para hacerlo, necesitaba tener una idea de lo que hacemos aqui. El caso es que no creo que ella estuviera en posicion de saber exactamente que estamos haciendo ni en que punto estamos en ninguno de los proyectos. Igual que no lo sabe usted, Clyde. De este modo es mas seguro.

»Y en segundo lugar, voy a contestar a su pregunta antes de que la plantee. No, a titulo personal nunca le explique los detalles de lo que estamos haciendo. Nunca surgio el tema. De hecho, no creo que le importara. Ella trataba el trabajo como un trabajo, y probablemente ese era el principal problema entre nosotros. Yo no lo trato como un trabajo. Yo lo trataba como si fuera mi vida. Bueno, ?algo mas Clyde? Tengo cosas que hacer.

Esperaba que camuflar su unica mentira en verborrea e indignacion colara con Vernon.

– ?Cuando lo supo Charlie Condon? -pregunto Vernon.

Condon era el director financiero de la empresa y, algo mas importante, era el hombre que habia contratado a Vernon.

– Se lo dijimos ayer -contesto Pierce-. Juntos. Oi que habia quedado para hablar con el a ultima hora, justo antes de irse. Si Charlie no se lo dijo, yo no puedo hacer nada. Supongo que el tampoco lo considero necesario.

Recordarle a Vernon que habia sido dejado de lado por su propio valedor era un golpe bajo, pero el ex agente del FBI lo dejo pasar con un arqueo de cejas y siguio adelante.

– No me ha contestado antes. ?Recibio una indemnizacion por cese?

– Por supuesto. Si. Seis meses de paga y dos anos de seguro medico y de vida. Tambien va a vender la casa y se quedara con lo recaudado. ?Satisfecho? No creo que sea vulnerable. Solo de la casa sacara mas de cien mil dolares limpios.

Vernon parecio calmarse un poco. Saber que Charlie Condon estaba enterado lo tranquilizaba. Pierce sabia que Vernon veia a Charlie como la parte practica del negocio, mientras que el era mas el talento efimero. Y, de algun modo, que Pierce estuviera en el lado del talento rebajaba el respeto que Vernon sentia por el. Charlie era diferente, vivia para el negocio. Si habia dado el visto bueno a la marcha de Nicole James, entonces no habria problemas.

Aunque claro, por mas que Vernon estuviera satisfecho no iba a reconocerlo.

– Lo siento si no le gustan las preguntas -dijo-, pero es mi trabajo y mi deber mantener la seguridad de esta empresa y de sus proyectos. Hay mucha gente y muchas companias cuyas inversiones deben salvaguardarse.

Estaba aludiendo a la razon por la que estaba alli. Charlie Condon lo habia contratado de cara a la galeria. Vernon estaba en Amedeo para aplacar a potenciales inversores que necesitaban saber que los proyectos de la compania estaban a salvo y, por tanto, que sus inversiones serian seguras. El curriculum de Vernon era impresionante y tenia una importancia mas vital para la compania que el trabajo real de seguridad que llevaba a cabo.

Cuando Maurice Goddard habia hecho su primer viaje desde Nueva York para que le ensenaran las instalaciones y asistir a la primera presentacion, tambien le habian presentado a Vernon y habian pasado veinte minutos hablando con el de la seguridad de la planta y del personal.

Pierce miro a Clyde Vernon y sintio ganas de gritarle, de hacerle saber lo cerca que estaban de quedarse sin financiacion significativa y que inconsecuente era en su esquema de cosas.

Pero se mordio la lengua.

– Entiendo perfectamente sus preocupaciones, Clyde. Pero no creo que tenga que preocuparse por Nicole. Todo va bien.

Vernon asintio y finalmente dio el brazo a torcer, quiza sintiendo la creciente tension que mostraban los ojos de Pierce.

– Creo que probablemente tiene razon.

– Gracias.

– Bueno, ha dicho que iban a vender la casa.

– He dicho que ella iba a venderla.

– Si. ?Ya se ha mudado? ?Tiene un numero de telefono donde pueda encontrarle?

Pierce dudo. Vernon no habia estado en la lista A de personas a las que habia comunicado su nuevo numero y direccion. El respeto iba en dos sentidos. Aunque Pierce veia a Vernon como alguien capacitado, tambien sabia que lo que le habia valido el puesto al hombre era su curriculum en el FBI. De sus veinticinco anos en la agencia, Vernon habia pasado la mitad en la oficina de campo de Los Angeles en investigaciones de delitos de cuello blanco y espionaje industrial.

No obstante, Pierce veia a Vernon en gran medida como pura pose. Siempre estaba en activo, corriendo por los pasillos y dando portazos como un hombre en una mision. Pero lo cierto era que no habia demasiada mision en proporcionar seguridad a una empresa que empleaba a treinta y tres personas, solo diez de las cuales podian pasar la trampa y acceder al laboratorio, donde se guardaban todos los secretos.

– Tengo un numero nuevo, pero no lo recuerdo -dijo Pierce-. Se lo dare en cuanto pueda.

– ?Y la direccion?

– Esta encima del Sands, en la playa. Apartamento doce cero uno.

Vernon saco una libretita y anoto la informacion. Parecia salido de una peli antigua, con sus manazas tapando toda la libreta mientras escribia. «?Por que llevan siempre libretitas tan pequenas?» era una pregunta que habia hecho Cody Zeller despues de que vieran juntos una de polis.

– Ahora voy a volver al trabajo, Clyde. Al fin y al cabo, todos esos inversores confian en nosotros, ?no?

Vernon levanto la mirada de la libreta, con una ceja arqueada como si tratara de calibrar si Pierce estaba siendo sarcastico.

– Si -dijo-. Dejare que vuelva al trabajo.

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