– Necesito otro favor. Te invitare a comer. Te invitare a cenar. Te invitare a lo que quieras. Es importante y no tardaras mucho.

– Hirsch lo miro. Bosch se dio cuenta de que el joven estaba empezando a lamentar haberse implicado.

– ?Como es el dicho, Hirsch? Si juegas un penique, juegas una libra. ?Que dices?

– Nunca lo he oido.

– Bueno, yo si.

– Voy a cenar con mi novia esta noche y…

– Fantastico. No tardaras mucho. Llegaras a tiempo a cenar.

– Muy bien. ?Que necesita?

– Hirsch, eres mi heroe, ?sabes?

Bosch dudaba incluso de que el joven tuviera novia. Fueron de nuevo al laboratorio. Estaba desierto, porque eran casi las cinco de un dia tranquilo. Bosch dejo el maletin en uno de los escritorios abandonados y lo abrio. Encontro la tarjeta de Navidad y la saco agarrandola por la esquina con dos unas. La levanto para que Hirsch la viera.

– Llego en el correo hace cinco anos. ?Crees que podrias extraer una huella? ?Una huella de la remitente? Estoy seguro de que las mias estaran por todas partes.

Hirsch fruncio el entrecejo y examino la tarjeta. Su labio inferior sobresalio mientras contemplaba el desafio.

– Puedo intentarlo. Las huellas en papel suelen ser bastante estables. Los aceites duran mucho y a veces dejan marcas en el papel incluso cuando se evaporan. ?Ha estado en este sobre?

– Si, durante cinco anos. Hasta la semana pasada.

– Eso ayuda.

Hirsch cogio cuidadosamente la tarjeta y se acerco a la mesa de trabajo, donde abrio la felicitacion y la adhirio a un tablero.

– Voy a probar con el interior. Siempre es mejor. Hay menos posibilidades de que usted haya tocado la parte interior. Y quien escribe siempre toca el interior. ?Le importa si se estropea?

– Haz lo que tengas que hacer.

Hirsch examino la tarjeta con una lupa, despues soplo suavemente sobre la superficie. Se estiro hacia un estante de aerosoles que habia sobre la mesa de trabajo y cogio uno que ponia ninhidrina. Disperso una ligera niebla sobre la superficie de la tarjeta y en unos minutos esta empezo a ponerse de color purpura por los costados. A continuacion las formas iluminadas empezaron a florecer como rosas en la tarjeta. Huellas

– Tengo que hacerlas salir -dijo Hirsch, mas para si mismo que para Bosch.

Hirsch levanto la mirada hacia el estante y sus ojos siguieron la fila de reactivos quimicos hasta que encontro lo que estaba buscando. Cloruro de zinc. Lo rocio sobre la tarjeta.

– Esto deberia traer las nubes de tormenta.

Las huellas se volvieron del color violeta oscuro de una nube de lluvia. Entonces Hirsch bajo una botella con la etiqueta RF, que Bosch sabia que significaba Revelador Fisico. Despues de que la tarjeta fue vaporizada con RF, las huellas se volvieron de color negro grisaceo y aparecieron mas definidas. Hirsch las miro con su lampara lupa.

– Creo que estas son lo bastante buenas. No necesitaremos el laser. Mire aqui, detective.

Hirsch senalo una huella que parecia haber sido dejada por un pulgar en la parte izquierda de la firma de Meredith Roman y dos marcas de dedos mas pequenas encima de esta.

– Parecen las marcas que deja alguien que quiere mantener quieta la tarjeta mientras esta escribiendo. ?Hay alguna posibilidad de que usted la tocara asi?

Hirsch mantuvo los dedos colocados sobre la tarjeta dos centimetros por encima, pero en la misma posicion en que habia estado la mano que habia dejado las huellas. Bosch nego con la cabeza.

– Lo unico que hice fue abrir el sobre y leerla. Creo que son las huellas que queremos.

– Vale, ?ahora que?

Bosch se acerco al maletin y saco la tarjeta con las huellas del cinturon que Hirsch le habia devuelto ese mismo dia.

– Aqui estan -dijo-. Comparelas con las que salen en la tarjeta de Navidad.

– Hecho.

Hirsch puso la lupa con luz delante de el y de nuevo empezo el movimiento ocular de partido de tenis mientras comparaba las huellas.

Bosch trato de imaginar lo que habia ocurrido. Marjorie Lowe se iba a Las Vegas a casarse con Arno Conklin. La mera idea debio de parecerle absurdamente maravillosa. Tenia que ir a casa y hacer las maletas. El plan era conducir de noche. Si Arno pensaba llevar un padrino, tal vez Marjorie iba a llevar una dama de honor. Quiza subio las escaleras y le pidio a Meredith que la acompanara. O quiza fue a pedirle que le devolviera el cinturon que le habia regalado su hijo. Quiza habia ido a decirle adios.

Pero algo ocurrio cuando llego alli. Y en la noche mas feliz de Marjorie, Meredith la mato.

Bosch penso en los informes de las entrevistas que habian formado parte del expediente del caso. Meredith les dijo a Eno y McKittrick que Johnny Fox habia concertado la cita de Marjorie la noche que esta habia muerto. Pero Meredith no fue a la fiesta porque dijo que Fox le habia pegado la noche anterior y no estaba presentable. Los detectives anotaron en el informe que ella tenia un moreton en la cara y un labio partido.

Bosch se pregunto por que no lo habia visto entonces. Las heridas de Meredith eran el resultado de su pelea con Marjorie. La gota de sangre en la blusa de Marjorie era de Meredith.

Pero Bosch sabia por que no lo habia visto. Sabia que los investigadores habian despreciado cualquier idea en ese sentido, si es que alguna vez la tuvieron, porque Meredith Roman era una mujer. Y porque Fox respaldo su historia. Admitio que le habia pegado.

Bosch veia ahora lo que creia que era la verdad. Meredith mato a Marjorie y despues, al cabo de unas horas, llamo a Fox a su partida de cartas para darle la noticia. Le pidio que la ayudara a deshacerse del cadaver y a ocultar su explicacion.

Fox debio haber aceptado de buen grado, incluso hasta el punto de acceder a decir que le habia pegado, porque veia un panorama mas amplio. Habia perdido una fuente de ingresos cuando Marjorie fue asesinada, pero eso quedaria compensado por la mayor influencia que el asesinato le daria sobre Conklin y Mittel. Si quedaba sin resolver seria todavia mejor. El siempre supondria una amenaza para ellos. Podia presentarse en cualquier momento en comisaria y decir lo que sabia y cargarselo a Conklin.

De lo que Fox no se dio cuenta fue de que Mittel podia ser tan astuto y despiadado como el. Lo aprendio un ano despues en La Brea Boulevard.

La motivacion de Fox estaba clara. Bosch todavia no estaba seguro del movil de Meredith. ?Podia haberlo hecho por las razones que Bosch habia desplegado en su mente? ?El abandono de una amiga habia conducido a la rabia del asesinato? Empezo a creer que todavia faltaba algo. Todavia no lo sabia todo. El ultimo secreto estaba con Meredith Roman y tendria que ir a buscarlo.

Una idea extrana se abrio paso entre estas preguntas en Bosch. La hora de la muerte de Marjorie fue alrededor de medianoche. Fox no recibio la llamada y no dejo la partida de cartas hasta alrededor de cuatro horas mas tarde. Bosch supuso que la escena del crimen era el apartamento de Meredith. Y se pregunto, ?que hizo durante cuatro horas con el cadaver de su mejor amiga?

– ?Detective?

Bosch se desperto de sus pensamientos y miro a Hirsch, quien estaba sentado ante el escritorio, asintiendo con la cabeza.

– ?Has conseguido algo?

– Bingo.

Bosch se limito a asentir.

Era una confirmacion de algo mas que la coincidencia de unas huellas dactilares. Sabia que era la confirmacion de que todas las cosas que habia aceptado como las verdades de su vida podian ser tan falsas como Meredith Roman.

El cielo era del color de una flor de ninhidrina sobre papel blanco. No habia nubes y la tonalidad violeta se iba intensificando con el envejecimiento del ocaso. Bosch penso en las puestas de sol de las que le habia hablado a

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