Michael Connelly

El ultimo coyote

Titulo original: The Last Coyote

Traduccion: Javier Guerrero

Harry Bosch Series, #4

A Marcus Grupa

– ?Se le ocurre algo con lo que quiera empezar?

– ?Sobre que?

– Bueno, sobre lo que sea. Sobre el incidente.

– ?Sobre el incidente? Si, se me ocurre algo.

Ella espero, pero el no continuo. Antes de llegar a Chinatown ya habia decidido que iba a proceder de este modo. Ella tendria que arrancarle cada palabra.

– ?Puede compartido conmigo, detective Bosch? -pregunto la mujer al fin-. Ese es el proposito de…

– Se me ocurre que esto es una estupidez. Una estupidez absoluta. Ese es el proposito. Nada mas.

– No, espere. ?Que quiere decir con que es una estupidez?

– Quiero decir que vale, que lo empuje. Supongo que le di. No recuerdo exactamente lo que ocurrio, pero no voy a negarlo. Asi que, esta bien, suspendanme, trasladenme, lleven el caso al Comite de Derechos, lo que sea. Pero este modo de proceder es una estupidez. Una baja involuntaria por estres es una estupidez. A ver, ?por que tengo que venir a hablar con usted tres veces a la semana como si fuera un…? Ni siquiera me conoce, ni siquiera sabe nada de mi. ?Por que tengo que hablar con usted? ?Por que es precisa su firma en esto?

– Bueno, la respuesta tecnica la tiene delante, en su declaracion. El departamento ha decidido tratado, en lugar de sancionado. Le han dado una baja involuntaria por estres, lo que significa…

– Se lo que significa y eso es lo que es una estupidez. Alguien decide de manera arbitraria que sufro estres y eso le da al departamento el poder para mantenerme apartado del servicio indefinidamente, o al menos hasta que usted me vea pasar por el aro unas cuantas veces.

– No es una resolucion arbitraria, sino basada en sus actos, que en mi opinion muestran con claridad que…

– Lo que ocurrio no tiene nada que ver con el estres. Fue… No importa. Como le he dicho es una estupidez. Asi que por que no va al grano. ?Que tengo que hacer para recuperar mi trabajo?

Bosch vio un destello de ira en los ojos de la psiquiatra. La negacion completa de su ciencia y de su capacidad le habia herido el orgullo. No obstante, la irritacion desaparecio con rapidez. Tratando con polis permanentemente tenia que estar acostumbrada.

– ?No se da cuenta de que todo esto es por su propio bienestar? Debo suponer que los maximos dirigentes de este departamento lo consideran sin lugar a dudas un activo valioso, de lo contrario, usted no estaria ahora aqui. Le habrian aplicado la via disciplinaria y estaria en proceso de expulsion del cuerpo. En cambio, estan haciendo lo posible para salvar su carrera y el correspondiente valor que tiene para el departamento.

– ?Un activo valioso? Yo soy un policia, no un activo. Y cuando estas en la calle nadie piensa en lo que es un activo valioso para el departamento. Por cierto, ?que significa eso? ?Voy a tener que escuchar esas palabrejas aqui?

La psiquiatra se aclaro la garganta antes de hablar con voz severa.

– Tiene usted un problema, detective Bosch. Y va mucho mas alla del incidente que ha ocasionado su baja. De eso van a tratar estas sesiones. ?Lo entiende? Este incidente no es unico. Ha tenido usted problemas antes. Lo que trato de hacer, lo que debo hacer antes de aprobar su retorno al servicio activo en cualquier condicion, es que se examine a usted mismo. ?Que esta haciendo? ?Que pretende? ?Por que se mete en estos problemas? Quiero que estas sesiones sean un dialogo abierto donde yo formulo unas pocas preguntas y usted habla libremente, pero con un proposito. No para hostigarme a mi y a mi profesion, ni para cuestionar la direccion del departamento, sino para hablar de usted. Aqui se trata de usted, y de nadie mas.

Harry Bosch se limito a mirarla en silencio. Le apetecia un cigarrillo, pero no pensaba preguntarle si podia fumar. No iba a reconocer ante ella que tenia ese habito. Si lo hacia, ella seguramente empezaria a hablar de fijaciones orales o diria que se apoyaba en la nicotina. Inspiro hondo y miro a la psiquiatra que estaba al otro lado de la mesa. Carmen Hinojos era una mujer menuda, de rostro y expresion amistosos. Bosch sabia que no era mala persona. De hecho, habia oido hablar bien de ella a otros policias que habian sido enviados a Chinatown. Carmen Hinojos simplemente estaba haciendo su trabajo y la ira de Bosch en realidad no estaba dirigida contra ella. El detective sabia que probablemente la psiquiatra era lo bastante lista para darse cuenta.

– Oiga, lo siento -dijo Hinojos-. No deberia haber empezado con ese tipo de pregunta abierta. Se que para usted se trata de una cuestion emocional. Tratemos de empezar de nuevo. Por cierto, puede fumar si lo desea.

– ?Eso tambien esta en el expediente?

– No esta en el expediente. No hace falta. No deja de llevarse la mano a la boca. ?Ha intentado dejarlo?

– No, pero estamos en una dependencia municipal. Ya conoce las normas.

Era una excusa debil. Todos los dias violaba esa ordenanza en la comisaria de Hollywood.

– Aqui no es la norma. No quiero que piense que este lugar forma parte del Parker Center o del ayuntamiento. Ese es el principal motivo de que estos consultorios esten lejos del centro. Aqui no rigen esa clase de normas.

– No importa donde estemos. Usted sigue trabajando para el Departamento de Policia de Los Angeles.

– Intente convencerse de que esta lejos del departamento de policia. Cuando este aqui, trate de pensar que simplemente ha venido a ver a una amiga. A hablar. Aqui puede decir lo que quiera.

Sin embargo, Bosch sabia que no podia considerarla una amiga. Nunca. Habia demasiado en juego. De todos modos, asintio con la cabeza para complacerla.

– Eso no es muy convincente.

Bosch se encogio de hombros como para manifestar que era lo mejor que podia hacer, y lo era.

– Por cierto, si lo desea puedo hipnotizarle y librarle de su dependencia de la nicotina.

– Si quisiera dejarlo, lo haria. Hay gente que es fumadora y gente que no lo es. Yo lo soy.

– Si, probablemente es el sintoma mas obvio de una naturaleza autodestructiva.

– Disculpe, ?estoy de baja porque fumo? ?Es de eso de lo que se trata?

– Creo que usted ya sabe de que se trata.

Bosch no replico. Se recordo su decision de hablar lo menos posible y no dijo nada mas.

– Bien, vamos a continuar -intervino Hinojos-. Lleva de baja desde…, a ver, el martes hara una semana.

– Exacto.

– ?Que ha estado haciendo durante este tiempo?

– Basicamente rellenando formularios FEMA.

– ?FEMA?

– Mi casa tiene etiqueta roja.

– El terremoto fue hace tres meses, ?por que ha esperado?

– He estado ocupado, he estado trabajando.

– Ya veo. ?Tiene seguro?

– No diga «ya veo», porque no lo ve. Posiblemente no ve las cosas como las veo yo. La respuesta es que no, no tengo seguro. Como la mayoria de la gente, vivia en negacion. ?No es asi como lo llaman? Apuesto a que usted tiene seguro.

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