– ?Que tiene que ver con esto?

– No puedo explicarselo, Dan, pero forma parte de la investigacion y tiene relacion con el caso. ?Le importa responder?

– No.

Bosch espero, pero Kotchof no dijo nada mas.

– ?Es esa su respuesta? -pregunto finalmente Bosch-. ?Ustedes dos nunca tuvieron relaciones?

– Nunca lo hicimos. Ella decia que no estaba preparada y yo no force la situacion. Mire, he de irme.

– De acuerdo, Dan, solo un par de cosas mas. Estoy convencido de que quiere que detengamos al tipo que hizo esto, ?verdad?

– Si, por supuesto, pero estoy trabajando.

– Si, ya me lo ha dicho. Deje que le pregunte cuando fue la ultima vez que vio a Rebecca.

– No, recuerdo la fecha exacta, pero fue el dia que me fui. Cuando nos despedimos. Esa manana.

– ?Entonces nunca regreso de Hawai despues de que su familia se trasladara?

– No, al principio no. O sea, he vuelto desde entonces. Vivi un par de anos en Venice despues de terminar los estudios, pero luego volvi aqui.

– Pero no entre la vez en que su familia se traslado y el momento del asesinato de Rebecca. ?Es lo que esta diciendo?

– Si, exacto.

– Entonces si otra testigo con la que he hablado dice que lo vio en la ciudad el fin de semana del Cuatro de Julio, justo antes de la desaparicion de Rebecca, ?se equivoca?

– Si, se equivoca. Oiga, ?que es esto? Le he dicho que no volvi nunca. Tenia otra novia. O sea, ni siquiera fui al funeral. ?Quien le dijo que me vio? ?Fue Grace? Ella nunca me trago, esa tortillera. Siempre estaba tratando de buscarme problemas con Beck.

– No puedo decirle quien es, Dan. Igual que si usted quiere decirme algo confidencial yo lo respetare.

– Quien sea, es una puta mentirosa -dijo Kotchof, con voz estridente-. ?Es una puta mentira! Compruebe sus registros, tio. Tengo coartada. Estuve trabajando el dia que la raptaron y tambien al dia siguiente. ?Como podia haber ido y vuelto? ?Quien se lo haya dicho es una cuentista!

– Su coartada es lo que es falso, Dan. Su padre podria haberselo pedido a su supervisor. Eso era facil.

Paso un momento de silencio antes de que llegara la respuesta.

– No se de que esta hablando. Mi padre no le pidio nada a nadie y eso es un hecho. Tenemos tarjetas de fichar, joder, y mi jefe hablo con los polis y punto. ?Ahora me viene con esta mierda despues de diecisiete anos? ?Esta de broma, joder?

– Vale, Dan, tranquilo. A veces la gente comete errores. Especialmente cuando uno se remonta tantos anos.

– Lo que me faltaba, que me meta en esto. Tio, tengo una familia aqui.

– Le he dicho que se calme. No le estoy metiendo en nada. Es solo una llamada telefonica. Solo una conversacion, ?vale? Ahora, ?hay algo mas que pueda decirme o que quiera decirme para ayudar en esto?

– No. Le he dicho todo lo que sabia, que es nada. Y he de colgar. Esta vez lo digo en serio.

– O sea que estaba cabreado cuando Rebecca le dijo que estaba embarazada y era obvio que lo estaba de otro tipo.

Al principio no hubo respuesta, y Bosch trato de hurgar mas en la herida.

– Sobre todo porque ella nunca tuvo relaciones con usted cuando estuvieron juntos.

Bosch se dio cuenta de que habia ido demasiado lejos y habia ensenado las cartas. Kotchof comprendio que Bosch estaba jugando con el al poli bueno y al poli malo al mismo tiempo. Cuando respondio, su voz era calmada y modulada.

– Nunca me lo conto -dijo-. Nunca lo supe hasta que surgio despues.

– ?De verdad? ?Quien se lo dijo?

– No me acuerdo, alguno de mis amigos, supongo.

– ?En serio? Porque Rebecca tenia un diario. Y usted sale en todas las paginas. Y dice que se lo dijo y que no le hizo ninguna gracia.

Esta vez Kotchof se rio, y Bosch comprendio que habia metido la pata.

– Detective, no cuela. Es usted quien esta mintiendo. Esto es muy debil, tio. Oiga, veo La ley y el orden, ?sabe?

– ?Ve CSI?

– Si, ?y?

– Tenemos el ADN del asesino. Si lo relacionamos con alguien, van a caer en picado. El ADN es definitivo.

– Bien. Compruebe el mio y quizas esto termine para mi.

Bosch sabia que ahora era el quien estaba retrocediendo. Tenia que terminar la llamada.

– Vale, Dan, se lo haremos saber. Entretanto, gracias por su ayuda. Una ultima pregunta. ?Que es un director de hospitalidad?

– ?Se refiere a aqui en el hotel? Me ocupo de los grupos grandes y de bodas, conferencias y cosas asi. Me aseguro de que todo funciona a la perfeccion cuando llegan aqui estos grupos grandes.

– Vale, bien, dejare que vuelva a ocuparse de eso. Que pase un buen dia.

Bosch colgo y se quedo sentado ante su escritorio, pensando en la llamada. Estaba avergonzado por la forma en que habia dejado que la mejor mano se escurriera por la linea hasta Kotchof. Sabia que sus habilidades interrogatorias se habian adormecido a lo largo de los ultimos tres anos, pero eso no le ahorraba el escozor. Necesitaba mejorar, y tenia que hacerlo pronto.

Aparte de eso, habia mucho contenido de la llamada que considerar. No interpreto gran cosa en la reaccion airada de Kotchof al hecho de haber sido supuestamente visto en Los Angeles justo antes del asesinato. Al fin y al cabo, Bosch se habia inventado la testigo y el enfado de Kotchof estaba ciertamente justificado. Lo que era notable era como la rabia de Kotchof se habia concentrado en Grace Tanaka. Merecia la pena seguir explorando esa relacion, quizas a traves de Kiz Rider.

Tambien considero la afirmacion de Kotchof de que no sabia nada del embarazo de Rebecca Verloren. Bosch instintivamente le creia. En resumen, la conversacion no eliminaba a Kotchof de la lista de sospechosos, pero al menos lo aparco. Discutiria todas las respuestas de Kotchof con Rider para ver si coincidian en la apreciacion.

La informacion mas interesante cosechada de la llamada estaba en los conflictos entre los recuerdos de Kotchof y aquellos de Muriel Verloren, la madre de la victima. Muriel Verloren habia dicho que Kotchof habia llamado a su hija religiosamente, justo hasta el momento de su muerte. Kotchof aseguraba que no habia hecho nada parecido. Bosch no veia ninguna razon para que Kotchof le mintiera al respecto. Si no lo habia hecho, entonces el recuerdo de Muriel Verloren era equivocado. O fue su hija la que le habia mentido acerca de quien la llamaba cada noche antes de irse a acostar. Puesto que la chica estaba ocultando una relacion y el embarazo resultante, parecia probable que ella recibiera todas las noches llamadas de telefono, solo que no eran de Kotchof. Eran de otra persona, alguien a quien Bosch empezo a llamar «el senor X».

Despues de buscar el numero de telefono en el expediente, Bosch llamo a la casa de Muriel Verloren. Se disculpo por entrometerse y dijo que tenia unas pocas preguntas de seguimiento. Muriel dijo que no le molestaba la llamada.

– ?Cuales son sus preguntas?

– Vi el telefono en la mesilla de al lado de la cama de su hija. ?Era una extension del numero de la casa o tenia su propio numero?

– Tenia su propio numero. Era una linea privada.

– Asi que cuando Daniel Kotchof la llamaba por la noche era ella la que respondia al telefono, ?no?

– Si, en su habitacion. Era la unica extension.

– Entonces la unica forma que usted tenia de saber que estaba llamando Danny era porque ella se lo decia.

– No, a veces oia sonar el telefono. El llamaba.

– Lo que quiero decir, senora Verloren, es que usted nunca contesto esas llamadas y nunca hablo con Danny Kotchof, ?verdad?

– Exacto. Era su linea privada.

– Asi que cuando ese telefono sonaba y ella hablaba con alguien, la unica forma que tenia de saber quien

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