estaba en la linea era que ella se lo dijera. ?Correcto?

– Eh, si, creo que es correcto. ?Esta diciendo que no era Danny quien llamo todas esas veces?

– Todavia no estoy seguro. Pero he hablado con Danny en Hawai y dijo que dejo de llamar a su hija mucho antes de su desaparicion. Tenia otra novia, ?sabe? En Hawai.

La informacion fue recibida con una larga pausa. Finalmente, Bosch hablo en el vacio.

– ?Tiene alguna idea de con quien podria haber estado hablando Becky, senora Verloren?

Despues de otra pausa, Muriel Verloren ofrecio debilmente una respuesta.

– Quiza con una de sus amigas.

– Es posible -dijo Bosch-. ?Se le ocurre alguien mas?

– No me gusta esto -respondio rapidamente-. Me da la sensacion de que continuamente me estoy enterando de cosas.

– Lo siento, senora Verloren. Tratare de no sacudida con estas cosas a no ser que sea necesario. Pero me temo que es necesario. ?Su marido llego alguna vez a alguna conclusion acerca del embarazo?

– ?A que se refiere? No lo supimos hasta despues.

– Eso lo entiendo. Lo que quiero decir es si creen que fue resultado de una relacion oculta o fue simplemente un error que ella cometio un dia, bueno, con alguien con quien en realidad no tenia una relacion.

– ?Se refiere a una aventura de una noche? ?Es eso lo que esta diciendo de mi hija?

– No, senora, no estoy diciendo eso de su hija. Simplemente estoy haciendo preguntas. No quiero alterarla, lo unico que quiero es encontrar a la persona que mato a Rebecca. Y necesito saber todo lo que haya que saber.

– Nunca pudimos explicarlo, detective -respondio ella con frialdad-. Ella se habia ido y decidimos no hurgar en la herida. Se lo dejamos todo a la policia y tratamos de recordar a la hija que conociamos y amabamos. Me dijo que tiene una hija. Espero que lo entienda.

– Creo que lo hago. Gracias por sus respuestas. Una ultima pregunta, y no hay presion en esto, pero ?estaria dispuesta a hablar con un periodista acerca de su hija y el caso?

– ?Por que iba a hacer eso? No lo hice antes. No creo en ventilar mi dolor delante del publico.

– Admiro eso. Pero esta vez quiero que lo haga porque podria ayudarnos a levantar la liebre.

– ?Quiere decir que podria hacer que la persona que hizo esto saliera al descubierto?

– Exactamente.

– Entonces lo hare sin dudado.

– Gracias, senora Verloren, ya la avisare.

16

Abel Pratt salio de su despacho con la chaqueta del traje puesta. Se fijo en Bosch, que estaba sentado ante su escritorio, escribiendo con dos dedos un informe sobre su conversacion telefonica con Muriel Verloren. Los informes finalizados de las entrevistas telefonicas con Grace Tanaka y Daniel Kotchof estaban sobre la mesa.

– ?Donde esta Kiz? -pregunto Pratt.

– Esta en casa preparando la solicitud de la orden. Alli puede pensar mejor.

– Yo no puedo pensar cuando llego a casa. Solo puedo reaccionar. Tengo gemelos.

– Buena suerte.

– Si, la necesito. Ahora iba hacia alli. Hasta manana, Harry.

– Vale.

Pero Pratt no se alejo. Bosch levanto la cabeza de la maquina de escribir. Penso que tal vez habia hecho algo mal. Quiza se trataba de la maquina de escribir.

– La encontre en una mesa, al otro lado -dijo Bosch-. No parecia que la estuviera usando nadie.

– No la usa nadie. Ahora la mayoria de la gente usa ordenador. Definitivamente eres un tipo de la vieja escuela, Harry.

– Supongo. Normalmente los informes los hace Kiz, pero me sobraba un rato.

– ?Trabajas hasta tarde?

– Quiero ir al Nickel.

– ?A la calle Cinco? ?Que vas a hacer alli?

– Buscar al padre de la victima.

Pratt sacudio la cabeza de manera sombria.

– Otro de esos. Lo hemos visto antes. Bosch asintio.

– Onda expansiva -dijo.

– Si, onda expansiva -coincidio Pratt.

Bosch estaba pensando en ofrecerle a Pratt acompanarle, quiza conversar con el y empezar a conocerlo mejor, pero su telefono movil empezo a sonar. Lo saco del cinturon y vio el nombre de Sam Weiss en la pantalla de identificacion.

– Sera mejor que conteste.

– De acuerdo, Harry. Ten cuidado alli.

– Gracias, jefe.

Harry abrio el telefono.

– Detective Bosch -se identifico.

– ?Detective?

Bosch recordo que no habia dejado esa informacion en su mensaje a Weiss.

– Senor Weiss, mi nombre es Harry Bosch. Soy detective del Departamento de Policia de Los Angeles. Me gustaria hacerle unas preguntas acerca de una investigacion que estoy llevando a cabo.

– Tengo todo el tiempo que necesite, detective. ?Es sobre mi pistola? La pregunta pillo a Bosch con la guardia baja.

– ?Por que me pregunta eso, senor?

– Bueno, porque se que se utilizo en un asesinato que no llego a resolverse nunca, y es la unica cosa que se me ocurre por la que el departamento de policia pueda querer hablar conmigo.

– Bueno, si, senor, se trata de la pistola. ?Puedo hablar con usted de eso?

– Si significa que esta tratando de encontrar a la persona que mato a esa chica, entonces puede preguntarme todo lo que quiera.

– Gracias. Creo que lo primero que me gustaria es que me contara como y cuando supo o le dijeron que la pistola que le robaron fue utilizada en un homicidio.

– Estaba en los periodicos (el asesinato) y yo sume dos y dos. Llame al detective asignado a mi robo y se lo pregunte, y el me dio la respuesta que ojala no me hubiera dado nunca.

– ?Por que, senor Weiss?

– Porque he tenido que vivir con eso.

– Pero usted no hizo nada mal, senor.

– Lo se, pero eso no hace que una persona se sienta mejor. Me compre la pistola porque estaba teniendo problemas con una banda de gamberros. Queria proteccion. Luego la pistola que compre termino siendo el instrumento de la muerte de esa chica. No crea que no he pensado en cambiar la historia. O sea, ?y si no hubiera sido tan testarudo? ?Y si hubiera recogido mis cosas y me hubiera mudado en lugar de ir a comprar esa maldita arma? ?Entiende lo que quiero decir?

– Si, ya veo.

– Bueno, dicho esto, ?que mas puedo decirle, detective?

– Tengo unas pocas preguntas. Llamarle ha sido una especie de palo de ciego.

Pense que podria ser mas facil que tratar de remontar diecisiete anos de papeleo e historia departamental. Tengo el informe inicial del robo y el investigador consta como John McClellan. ?Lo recuerda?

– Por supuesto que lo recuerdo.

– ?Logro resolver el caso?

– No que yo sepa. Al principio John penso que podria estar relacionado con los gamberros que me habian amenazado.

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