— Hay una posibilidad distinta, y es que pensaran que es muy sencillo salir de la trampa y no supusieran que estariamos mucho tiempo atrapados. En tal caso habria aun guardas merodeando posiblemente nos los hubieramos encontrado al salir.

— Tal vez hubiera un unico guardia, que no pensara que el ruido le conduciria a ninguna parte; podian pensar que el chorro era inagotable; estoy seguro que yo lo hubiera creido asi. En tal caso podia haber ido a por refuerzos. Estoy armado y quiza pensara tambien que no es su deber capturarnos solo.

— Una posibilidad que no puede ser comprobada mas que esperando aqui a ver si aparecen los soldados. ?Les esperamos?

— Bueno… supongo que no — Dar no estaba aun muy dispuesto.

— Es posible que tengas razon. Hemos estado perdiendo el tiempo y no me quedan mas que dieciseis anos. Sera mejor que partamos de nuevo para las Murallas de Hielo y confiemos poder volver con la suficiente ayuda para conseguir los libros.

— Eso me agrada. Siempre me agrado. Este bano de vapor se hace mas desagradable con el tiempo; de hecho juraria que se calienta un poco mas cada ano. Vamos, y rapido — a la palabra unieron la accion y dejaron la montana y la ciudad atras sin pensarlo mas.

Viajar era un poco mas facil a lo largo de la costa. La playa solia ser de arena compacta, aunque bastante estrecha; Abyormen no tiene una Luna con la suficiente masa para producir mareas advertibles, y tan cerca del polo ni las producidas por Theer se podian medir. Kruger sentia recelo ante el hecho de viajar sobre una superficie donde se pudieran advertir con tanta claridad sus huellas, pero Dar senalo que desde que fueron capturados habian dicho lo suficiente a sus potenciales perseguidores para que estos supieran la direccion que habian tomado. La velocidad, y solo la velocidad, era lo que podia favorecerles en aquel momento.

Habia muchos animales en la selva que salian a la playa, ninguno de los cuales demostraba un temor particular por los viajeros. Una y otra vez la ballesta de Dar les proporcionaba el almuerzo, que era diseccionado en el sitio y comido mientras viajaban o durante las paradas ocasionales que eran necesarias para dormir.

Una o dos veces pudieron ver las partes superiores de los conos volcanicos muy tierra adentro, pero solo una vez les molesto uno de ellos. Tuvieron que pasar algun tiempo abriendose paso a traves de un pequeno campo de lava que habia fluido al mar en algun momento del pasado.

Normalmente, podian ver bastantes millas de costa a sus espaldas, con tanta frecuencia que ni siquiera uno de los ojos de Dar giraba en dicha direccion, pero los unicos objetos con movimiento que se podian ver eran animales salvajes poco afectados por la presencia de los viajeros.

El viaje se convirtio en un monotono caminar bajo un calor vaporoso o una molesta lluvia tropical. De vez en cuando, Kruger paraba el viaje para banarse en el mar; aunque el agua estuviera caliente, el frescor que le proporcionaba nadar un poco hacia que mereciese la pena afrontar el riesgo. Solo hacia esto cuando Dar paraba para descansar, ya que el abyormita no tenia la costumbre del bano y parecia no pensar en nada mas que en la cantidad de tiempo que estaban empleando en el viaje.

No tenian ningun medio preciso de medir la distancia que recorrian, de forma que ni Dar podia suponerse cuando aparecian las islas que buscaban; sin embargo, aparecieron. Dar emitio un grunido de alivio cuando la primera pequena joroba aparecio a lo lejos en el horizonte.

— Tenemos quince anos de tiempo; aun lo conseguiremos — su confianza podia parecer un poco fuera de lugar, pero la ignorancia de Kruger sobre la escala en que habian sido trazados los mapas impidio que se diese cuenta del hecho de que la cadena de islas que Dar queria utilizar se extendia a traves de ochocientas millas de oceano y que habia casi una distancia igual entre su final y el punto del casquete polar al que se dirigian. Le parecio que el juicio del nativo era razonable y casi se relajo.

— ?Como vamos a cruzar el mar? — se limito a preguntar.

— Flotando — y Dar Lang Ahn queria decir eso mismo.

Esto preocupo a Kruger, y su preocupacion no disminuia conforme pasaba el tiempo.

Cada vez estaba mas claro que Dar pretendia hacer su viaje en una balsa, que era la unica embarcacion posible de hacer con las herramientas de que disponian; e incluso su ignorancia de la distancia que tenian que recorrer no hizo al chico mucho mas feliz al respecto. No poseian ningun tipo de vela, y cuando el chico por fin logro explicar al piloto lo que eran, este explico que, de cualquier forma, el viento siempre soplaba en su contra.

Tendrian que remar.

— ?Nunca cambia la direccion del viento? — pregunto Kruger consternado mientras empezaba a considerar la tarea de utilizar la energia muscular como un supuesto inimaginable que empezaba a tomar forma en la playa.

— No lo suficiente para ser tenido en cuenta.

— Pero ?como lo sabes?

— He estado volando por esta ruta durante toda mi vida, y para llevar un planeador hace falta saber lo que hacen las corrientes.

— ?No has dicho antes que esta cadena de islas senalaba la ruta aerea que vuestros planeadores siguen siempre para llegar a las Murallas de Hielo? — pregunto Kruger de repente.

— Para los que vienen de Kwarr, si.

— Entonces, ?por que no hemos visto ninguno? — No has estado mirando hacia arriba.

Yo he visto tres desde que llegamos a este lugar. Si tuvieras los ojos mas lateralmente situados y abarcaras hasta mas arriba…

— No te preocupes por mis deficiencias opticas! ?Por que no hiciste senales?

— ?Como?

— Ibas a reflejar la luz del sol con las hebillas de tus arreos cuando te encontre; o podiamos encender fuego.

— Tu encendedor esta en poder de los amigos que hemos dejado atras, e incluso si pudieramos encender alguno debias ya saber que ninguno de los mios se aproximaria a un fuego. Si el piloto viera el humo lo evitaria y lo reportaria con toda probabilidad como un nuevo centro de actividad volcanica.

— Pero ?que pasa con los reflejos? ?Tus hebillas brillan aun!

— ?Como se dirige un rayo de luz desde un espejo? Utilizaba ese metodo cuando me encontraste porque era el unico posible; me encontraria tan muerto si tu no hubieras aparecido como lo estare en menos de quince anos.

— ?No puedes ver el rayo de luz reflejado por las hebillas?

— No. Una vez vi un espejo tan plano que se podia ver el rayo de luz solar que reflejaba con tal de que hubiera un poco de bruma en el aire, pero mis hebillas no son de ese tipo.

— Entonces si esparcen el rayo debe de ser mas sencillo que puedan ser vistas por alguien. ?Por que no lo intentas al menos?

— Creo que seria una perdida de tiempo; pero si eres capaz de sugerir alguna forma de dirigir el rayo lo suficientemente cerca puedes intentarlo la proxima vez que aparezca un planeador a la vista.

— Dejame ver las hebillas, por favor.

Dar accedio con el aire de alguien que estaba dando gusto a un nino un poco tonto.

Kruger examino las chapas de metal con detenimiento. Eran mas planas de lo que las palabras de Dar habian hecho suponer, de forma rectangular, de unas dos pulgadas de anchura y cuatro de longitud. Habia dos agujeros de una pulgada cuadrada en cada una, y en medio otro menor que cuando estaba siendo utilizado sostenia una clavija para asegurar las correas de cuero que se ataban en los dos primeros. Kruger sonrio al acabar su examen, pero se las paso a su companero, con el siguiente comentario: — Acepto la oferta. Avisame en seguida cuando aparezca el proximo planeador, si es que no lo veo yo mismo.

Dar volvio al trabajo, poco interesado en la idea de Kruger, pero mantuvo obedientemente un ojo vagando por el horizonte. Estaba un poco molesto de que Kruger estuviera constantemente levantando su cabeza para hacer lo propio, pero era lo suficientemente abierto para admitir que la pobre criatura no lo pudiera evitar. Se molesto aun mas cuando fue Kruger quien diviso primero una nave aerea que se aproximaba, pero miro con interes como el chico se preparaba para usar las hebillas para senalar su posicion.

Todo lo que vio, sin embargo, fue que una hebilla estaba siendo sostenida delante de uno de los pequenos ojos, que al parecer se dirigia a traves del agujero central al planeador que se aproximaba. Dar no vio la razon de que esto pudiera ayudar a dirigir el rayo reflejado. Veia el haz de luz brillando en el mismo orificio central en la cara de Kruger, pero no podia decir por que el reflejo de sus facciones en su parte posterior hubiera tomado una posicion en concreto, una tal que llevaba la luz reflejada en su cara directamente al agujero por el cual estaba mirando al

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