de las montanas que lo atravesaban desde abajo, pero cerca del borde los glaciares afloraban lentamente buscando su salida al oceano. El hielo tenia con seguridad mil pies o mas de espesor al borde del casquete; Kruger se pregunto que seria mas tierra adentro.
Pero la vision del casquete de hielo significaba que no podian estar muy lejos de su objetivo; Dar no se hubiera acercado tanto a una rica fuente de corrientes para abajo a menos que se hubiera visto obligado. El piloto admitio esto cuando Kruger le pregunto.
— Tenemos que llegar, de acuerdo. Dos ascensiones mas, si encuentro las corrientes adecuadas y podemos planear el resto del camino — el chico se abstuvo de interrumpirle mas y miro fascinado el paisaje, viendo como la selva dejaba paso a manchas de hielo y nieve y la tierra a rocas negras y grises con partes blancas.
De pronto, el piloto senalo un punto y el chico vio lo que solo podia ser su lugar de aterrizaje. Era una plataforma plana, aparentemente una terraza natural, en la cima de una de las montanas. El valle, que se extendia bajo el, estaba lleno de hielo, parte de un glaciar que se mantenia solido durante mas de una docena de millas despues de fluir bajo este punto. La terraza no era mas que una entrada; las bocas de varios tuneles gigantescos que parecian adentrarse profundamente en la montana salian de ella. Varios artefactos con alas que se encontraban bastante cerca de las bocas del tunel no dejaban lugar a dudas sobre la naturaleza del lugar.
A Kruger le parecia que podian planear hasta alli desde su presente situacion, pero Dar Lang Ahn conocia demasiado bien las furiosas corrientes de bajada que habia en el borde de la terraza cuando el sol no estaba brillando sobre la ladera de la montana, y aprovecho su ultima oportunidad para subir. Durante dos o tres minutos, mientras daba giros el planeador, recibio los ultimos rayos de Alcyone y debio haber sido visible para los observadores de la terraza de abajo.
Entonces la estrella desaparecio detras de un pico y la terraza se esfumo bajo el morro del aparato. Dar puso la maquina a nivel con la plataforma con unos quinientos pies de margen, hizo dos ajustados giros en sus alrededores para librarse del exceso de altura y se poso como una pluma delante de uno de los tuneles. Kruger, medio congelado por la ultima subida, salto dando gracias fuera de la maquina y acepto, sumamente agradecido, la jarra de agua que uno de los nativos que estaban esperandoles le ofrecio inmediatamente.
Al parecer se les esperaba, lo cual era bastante logico ya que los otros planeadores debian haber llegado hacia tiempo.
— ?Necesitas descansar antes de hablar con los Profesores? — pregunto uno de los que les habian recibido. Dar Lang Ahn miro a Kruger, pues sabia que habia estado despierto mucho mas tiempo del que solia, pero para su sorpresa el chico contesto: — No, vamos. Puedo descansar despues; me gustaria ver a vuestros Profesores, y se que Dar Lang Ahn tiene prisa por volver al poblado. ?Esta su oficina lejos de aqui?
— No muy distante — el que les preguntaba les dirigio de vuelta al tunel, en el cual de pronto aparecia una rampa espiral que bajaba. Caminaron por ella durante media hora del chico, quien empezo a preguntarse por lo que el guia entendia por «muy distante»; pero por fin la cuesta se convirtio en el piso llano de una gran caverna, que estaba casi desierta, aunque tuviera varias puertas, a una de las cuales se dirigio el guia.
La habitacion que habia detras resulto ser una oficina y estaba ocupada por dos seres que eran obviamente, segun la descripcion de Dar Lang Ahn, Profesores. Como este habia dicho, eran identicos a el en apariencia, con la unica excepcion de su tamano.
Estas criaturas median mas de ocho pies de altura.
Cada uno de ellos dio un paso hacia los recien llegados. Esperaron en silencio a que fueran visibles sus facciones. Sus movimientos eran torpes, advirtio Kruger, y esa sospecha que habia albergado durante tiempo se convirtio de repente en certeza.
IX. TACTICA
La Tierra se encuentra a unos quinientos anos luz de Alcyone y del sistema estelar donde esta situada. Esto no es demasiado, teniendo en cuenta como son las distancias en la galaxia, con lo que debio ser antes de que Nils Kruger se encontrara por primera vez con Dar Lang Ahn cuando los datos reunidos por el Alphard fueron enviados al planeta base. Dado que el navio de investigacion habia obtenido espectros y lecturas fotometricas y estereometricas, y muestras fisicas de unos quinientos puntos del espacio ocupado por las Pleyades, a la vez que datos biologicos y meteorologicos de alrededor de una docena de planetas del sistema, habia una buena cantidad de informacion observada para ser sistematizada.
A pesar de esto, el planeta donde se suponia que Nils Kruger habia muerto llamo muy pronto la atencion. No existian datos suficientes para especificar su orbita alrededor de la «enana roja» a la que estaba presumiblemente sujeto o la relacion de esta ultima con el cercano Alcyone, pero un planeta, un sol pequeno y uno gigante juntos los tres dentro de una masa de gas nebular constituyen una situacion bastante peculiar para la mayoria de las teorias cosmicas. El astrofisico que por primera vez se ocupo del material volvio a mirarlo y llamo despues a un colega; se dio el aviso, y un ardiente deseo de saber mas acerca de aquello empezo a ser sentido en las filas de los astronomos. Nils Kruger no estaba tan muerto como el suponia.
Pero Kruger no era un astronomo, y aunque tuviera en aquel momento una idea bastante aproximada del tipo de orbita que Abyormen seguia alrededor de su sol, no veia ninguna razon para que el sistema fuera de especial interes para alguien distinto de el mismo. Casi habia dejado de pensar en la Tierra, ya que tenia algo mas que considerar.
Esperaba vivir el resto de su vida en Abyormen; habia encontrado alli un solo ser al que podia considerar su amigo personal. Ahora habia sido informado por su mismo amigo que su amistad solo iba a poder durar unos pocos meses mas de los de Kruger, ya que el otro moriria de muerte natural al final de aquel tiempo.
Kruger no estaba convencido de ello, o al menos no creia que fuera necesario. La descripcion que Dar Lang Ahn habia hecho de los Profesores hizo surgir una sospecha en su mente. La vision de una de aquellas grandes criaturas no hizo sino confirmarsela, y se dispuso para su primera conversacion con el decidido proposito de hacer todo lo que estuviera en su mano para posponer el fin que Dar Lang Ahn contemplaba como inevitable. No se le ocurrio preguntar si estaba con ello haciendo o no un favor a Dar Lang Ahn.
No hay forma de decir si los Profesores que interrogaron a Nils Kruger advirtieron su oculta hostilidad hacia ellos; nadie se lo pregunto durante el corto periodo de tiempo que les quedaba de vida y ellos no se preocupaban de registrar meras sospechas.
Ciertamente, no demostraron tener ninguna durante la conversacion y estuvieron corteses, para sus costumbres, y respondieron casi tantas preguntas como habian formulado. No mostraron sorpresa alguna de los hechos astronomicos que Kruger tuvo que mencionar para describir su lugar de origen; preguntaron muchas de las mismas cosas que los Profesores de los habitantes del poblado. Apunto el hecho, al desviarse la conversacion en ese sentido, de que los Profesores del poblado se habian quedado con su encendedor; estaba preparado para defender la asociacion de Dar Lang Ahn con el fuego, pero aquel tema parecio no preocupar a ninguno de los dos Profesores. El alivio de Dar resulto esta vez evidente para Kruger.
Los Profesores le ensenaron con todo detalle las Murallas de Hielo, mejor incluso de lo que Dar Lang Ahn las hubiera visto nunca. Las cavernas en la montana eran solo un puesto avanzado; el asentamiento principal estaba mucho mas adentro, a millas de distancia. Varios tuneles lo conectaban con plataformas de aterrizaje similares a donde habian aterrizado. Era aqui donde estaban situadas las librerias; vieron cargas y cargas de libros, que habian venido de las ciudades dispersas por Abyormen, ser apilados para su posterior distribucion. Preguntado sobre cuando sucederia esto, el Profesor no se anduvo con rodeos al responder.
— Pasaran unos cuatrocientos anos desde el final de esta vida hasta que empiece la siguiente. Diez anos despues de esto las ciudades estaran pobladas de nuevo y comenzara el proceso de educar a sus habitantes.
— Asi que habeis empezado ya a abandonar vuestras ciudades. ?Viene aqui todo el mundo para morir?
— No, no abandonamos nuestras ciudades; la gente vive en ellas hasta el fin.
— ?Pero la que Dar Lang Ahn y yo encontramos estaba abandonada!
— Aquella no era una de nuestras ciudades. La gente que vivia en sus alrededores no era nuestra gente y sus Profesores no eran de nuestra clase.
— ?Sabiais algo sobre esa ciudad?
— No con exactitud, aunque aquellos Profesores no nos resultaban extranos del todo.
Todavia no sabemos que hacer en ese sentido — Dar interrumpio aqui la conversacion.