quedar nada que hacer a Dar y Kruger sino empezar a explorar los edificios.

— No veo que lo que se supone vayamos a encontrar sea de mucho interes — recalco el chico —. Hemos estado ya en la mayor parte de los sitios por aqui; debiamos al menos haber elegido un lugar que no hayamos explorado tan minuciosamente.

— Entonces no podia haber estado seguro de que se prestaran para nuestra emboscada — senalo Dar —. Solo me puedo guiar por la memoria, ya sabes.

— Supongo que es asi. Bueno, entremos aqui y veamos que se puede ver — Kruger entro primero en una estructura cercana y la rutina que habian desarrollado antes fue repetida.

Como los dos habian pensado, nada nuevo pudieron ver acerca del lugar, y los dos tenian un sano desagrado al todo el grupo e ir directamente al poblado. Esto, sin embargo, parecio preocupar seriamente a sus companeros: no estaban de acuerdo con sus instrucciones.

— Debemos esperar un poco por lo menos — insistio Ten Lee Bar, el jefe del grupo.

— Pero ?cuanto tiempo teneis? — replico Kruger —. No me importa mucho a mi, supongo, aunque preferiria estar en el otro lado del oceano antes de que el ultimo de los planeadores no pudiera despegar por falta de pilotos, pero si no conseguis esos libros pronto no lo hareis nunca y el aparato electrico que vuestros Profesores quieren tardara mucho, mucho tiempo, en llegar a ellos.

El nativo parecia incomodo.

— En cierto modo, no hay duda que tiene razon. Pero si fallamos por no haber seguido el plan… — su voz se apago por un momento; luego dijo — : Recuerdo que hablaste de un equipo electrico aqui en la ciudad. ?No puedes utilizar algo del tiempo en obtener muestras? Te ayudaria con gusto — Kruger apreciaba una buena idea cuando la veia, incluso en un ser no humano. Se encogio de hombros.

— Es tu funeral. Ven y veamos que se puede encontrar — se volvio hacia el edificio mas cercano con Dar Lang Ahn y Ten Lee Bar siguiendole, y marcho delante a traves del abierto vestibulo de entrada a una de las habitaciones interiores. Como todas las habitaciones de la ciudad, tenia clavijas electricas y, con los nativos mirandole, Kruger quito las chapas protectoras y dejo al descubierto los cables.

Dar Lang Ahn habia oido su explicacion antes y no le presto mucha atencion, pero al terminar incluso el se sintio atraido. Esto fue en el punto donde Kruger estaba explicando la necesidad de dos conductores y los resultados que aparecerian si algun orificio de salida para la corriente se abriera entre ellos. Esto debia haber sido solo una explicacion, ya que no habia presumiblemente alrededor ningun material para una demostracion; por desgracia, cuando Ten Lee Bar puso unos cables juntos para ver lo que el chico queria decir, los filamentos de plata se pusieron de repente al rojo vivo haciendole retirar su mano con un aullido de sorpresa y dolor.

No estaba mas sorprendido que Nils Kruger. Durante varios segundos, el chico miro asombrado los ardientes cables; despues los separo amparandose en el mango aislante de su cuchillo.

— ?Sentiste solo calor, o algo mas? — pregunto Kruger rapidamente.

— No se si eso era calor. Ya veo por que los libros nos prevenian contra el — el arquero tenia la mano en la boca en una divertida forma humanoide.

Dandose cuenta de que no podria obtener ninguna informacion de un ser que ni sabia lo que se sentia al quemarse, Kruger experimento. Despues de sacar unas chispas con la hoja de su cuchillo, llego a la conclusion de que el voltaje tenia que ser muy bajo.

Asegurandose de que estaba en suelo de piedra seca, tan seca como podia estarlo con esta atmosfera, lo empalmo con dos dedos. No pudo sentir ningun impacto, aunque una averiguacion final con la hoja del cuchillo le demostro que el circuito no habia elegido aquel momento para cerrarse.

Una cuestion le asalto rudamente: ?Tenia la ciudad normalmente un voltaje muy bajo y sus generadores estaban aun en marcha? ?O era este el ultimo latido de un sistema de reserva de emergencia? Y tambien, ?sabian esto los Profesores del poblado cercano? ?Y era esta la causa por la que habian formulado una prohibicion general sobre la ciudad?

Kruger habia llegado a sentirse unido con la gente de Dar Lang Ahn, a pesar de la hostilidad que sentia hacia sus Profesores. Si no se movian por iniciativa propia para obtener la informacion que necesitaban, ?Nils Kruger haria que lo hicieran! Se volvio abruptamente a Ten Lee Bar.

— Esto cambia el asunto. Dar Lang Ahn y yo vamos a ir a ese poblado; hay cosas que aprender. Puedes venir o no con tus hombres, como prefieras.

— Pero si os vais, ?para que sirve que esperemos aqui?

— No tengo la menor idea. Usa tu cabeza. Nosotros nos vamos — Kruger salio del edificio sin siquiera preguntar a Dar si le acompanaba. Ten les miro un momento; entonces el tambien salio y empezo a llamar a su grupo para que saliera de sus escondrijos. Solo una vez volvio Kruger la vista atras y vio como salian detras de el, sonriendo para sus adentros, pero sin hacer ningun comentario.

La pista era facil de seguir, pues la habian recorrido ya suficientes veces. Nada ocurrio durante el camino. No se podia detectar ninguna senal, ni de animales ni de habitantes, con la vista o el oido. Incluso el claro de los geiseres estaba en silencio cuando se aproximaron a el. En el sitio en que el sendero se dividia, con una rama dirigida al lugar donde habian siempre hablado con los Profesores, Kruger se volvio hacia la poza que casi les habia engullido en agua hirviendo. Unos instantes despues el grupo completo estaba situado delante del cobertizo de roca que se proyectaba desde uno de los lados del borde de la poza.

El silencio era solo roto por el ruido que producian las zarpas al aranar al roca. Tras esperar unos minutos, Kruger se dirigio osadamente al cobertizo y empezo a examinarlo minuciosamente intentando descubrir cualquier traza de una entrada. Empezo por el lado que daba al agua, asomandose sobre el borde para hacerlo, ya que estaba convencido desde hacia tiempo que la puerta debia estar escondida alli. Sin embargo, no encontro rastro alguno de grietas en la roca. El extender la busqueda a los otros lados y al frente no produjo mejores resultados.

La parte superior fue mas productiva. Habia alli un conjunto de grietas finas y casi invisibles que senalaban lo que podia haber sido una escotilla cuadrada, pero la abertura enmarcada por ellas hubiera dificilmente dejado sitio para Dar Lang Ahn. En ningun caso podia haber dejado pasar el gran cuerpo de un Profesor. No habia duda de que los libros y el encendedor habian pasado por aqui, pero era un misterio donde fueron los Profesores.

Kruger extendio la busqueda muchas yardas alrededor de la poza, con la ayuda del resto del grupo, una vez que entendieron lo que queria y habian superado los nervios que la vista del agua hirviendo les produjo. Encontraron numerosas grietas, pero todas parecian ser rupturas casuales producidas por la naturaleza. Un intento de mirar por los pequenos agujeros, a traves de los cuales los Profesores miraban presumiblemente hacia fuera, resulto ser igualmente en vano; ninguno de ellos tenia mas de unas pocas pulgadas de profundidad. Kruger empezo a preguntarse si todo aquel asunto no habia sido una gran farsa, algo para distraer deliberadamente su atencion. Tal vez los Profesores habian estado mirando todo el rato desde el borde de la selva, o desde algun punto igualmente ventajoso, mientras sus conversaciones tenian lugar.

En ese caso, ?donde estaban ahora? Y sin ningun signo todavia de los habitantes del poblado, y sin ningun sonido de voz del Profesor; Kruger se sintio de repente incomodo.

Los otros habian abandonado su busqueda y volvieron adonde el se encontraba para recibir mas ordenes; mientras, el estaba de pie pensando, pero no se paro a pensar en la satisfaccion de haber usurpado el mando de la expedicion.

— Sigamos al poblado — dijo duramente, y encabezo la marcha.

No habia ninguna senal de vida. Se acercaron al borde del claro con cuidado y pararon cuando vieron las primeras cabanas. A una orden de Kruger, se dispersaron para no ser blanco facil de posibles ocultas ballestas, y continuaron su avance hasta que estuvieron todos dentro del poblado. Aun no habia ningun ruido ni movimiento. Entraron casa por casa con cuidado y buscaron, pero siempre con el mismo resultado negativo. El lugar se hallaba realmente desierto.

— ?Y supongo que mis libros se fueron con ellos! — Dar Lang Ahn llego amargamente a esta conclusion.

— Parece lo mas probable, me temo, a menos que quieras volver a la poza y abrir aquella escotilla. Claro que aun no hemos estado en la pequena cabana donde informaban a sus Profesores. Aunque ahora que he visto uno de ellos, no comprendo como cabria alli.

— Ese no es el punto importante — Dar se dirigio hacia la mencionada cabana con la rapidez de una saeta de su propia ballesta. Desaparecio dentro y un instante despues llamo a Kruger.

— ?Que pasa? — pregunto el chico a la vez que echaba a correr hacia la cabana —. ?Te dejaron tus libros como gesto de buena voluntad?

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