— Simplemente tenemos que volver con la suficiente gente para llevarnos los libros, y estoy seguro de que usted quiere tambien el mechero de Nils, aunque nosotros no utilicemos el fuego. Es sabiduria y debe ser llevada a las librerias.

El Profesor hizo un movimiento afirmativo con su mano.

— Llevas bastante razon, pero no toda. Es mas que improbable que podamos forzar el retorno del material. ?No dijiste que los libros habian sido colocados en un cobertizo en medio de las pozas de agua caliente?

— Si; pero… ?no pueden haberlo guardado alli!

— Estoy menos seguro que tu. Sin embargo, si hacemos un intento como el que has sugerido tendrian el tiempo y las ganas suficientes para esconder las cosas en cualquier otro lugar.

— Pero ?no podriamos obligarles a que nos dijeran donde? — pregunto Kruger —. Una vez que nos hayamos apoderado del lugar seria un simple intercambio: sus vidas por nuestras posesiones.

El Profesor miro fijamente al chico por un momento usando sus dos ojos.

— No creo poder aprobar el quitarles la vida — dijo por fin. Kruger se sintio un poco incomodo ante esa dura afirmacion.

— Bueno…, ellos no tienen por que saber que, dado el caso, nosotros no lo hariamos — senalo bastante dolorido.

— Pero supon que son sus Profesores quienes todavia tienen las cosas. ?Que beneficio acarrearia amenazar a su gente?

— ?No cogeriamos tambien a los Profesores?

— Lo dudo — a Kruger se le escapo totalmente la sequedad de la respuesta.

— Bueno, pero incluso si no lo logramos, ?no les preocupa su gente lo suficiente como para entregar las cosas para salvarlos?

— Eso podria suceder — el Profesor paro —. Eso podria, pero que muy bien, suceder. Me estoy inquietando un poco con alguna de tus ideas, pero he de confesar que esta tiene germenes de razon. No tenemos ni siquiera que amenazar con matar, y ya que solo sera suficiente llevarnos a la gente o amenazarles con hacerlo. Tengo que discutir esto con los otros. Puedes quedarte y examinar la libreria si quieres, pero me imagino que querras estar de vuelta en la salida cuando se tome una decision.

Kruger habia visto ya cuanto queria sobre el proceso de almacenaje de libros y sobre los libreros, que eran gente de la estatura de Dar mas que de la de los Profesores, asi que dio a entender su intencion de regresar a la superficie. Dar Lang Ahn fue con el y empezaron el largo camino de regreso a la superficie. Resultaba suficiente para mantener a Kruger caliente, aunque la temperatura era de unos cuarenta y cinco grados Fahrenheit.

Conforme iban subiendo se preguntaba sobre la necesidad de un refugio asi, ya que habia, de acuerdo con el Profesor, media milla de roca y mas de tres de hielo sobre sus cabezas. Incluso mas extrano era el hecho de que una gente cuyas herramientas parecian ser de lo mas simple hubieran construido un lugar asi. Pero era indudable que habian tenido herramientas cuando vinieron por primera vez; Kruger creia ahora que el accidente que dejo a la gente de Dar abandonados en Abyormen debia haber ocurrido hacia varias generaciones. Por alguna razon, habia obviamente venido mas de una nave al planeta.

La discusion de los proyectos de Kruger y de las modificaciones introducidas por los Profesores llevo algun tiempo, que el chico paso viendo lo que podia hacer dentro y fuera de la estacion.

La temperatura fuera era tan baja que podia hacer mucho hielo en los alrededores.

Kruger no podia permanecer fuera demasiado tiempo, ya que sus abrigos habian sido ideados con la idea de mantenerlo fresco. Afortunadamente, el tejido sintetico de que estaban hechos era a prueba de viento, y apretandose las munecas, tobillos y cuello podia tener alguna proteccion. Dar Lang Ahn, quien le acompanaba en la mayoria de sus paseos por el exterior, parecia tan indiferente al frio como lo habia sido al calor.

En una ocasion se quedo Kruger mucho tiempo afuera, pero fue involuntariamente.

Habia salido solo y despues de soportar ventiscas y caminar sobre traicioneros terrenos durante una media hora se encontro la puerta cerrada al volver. No la habia inspeccionado al salir para ver que tipo de picaporte tenia y al parecer era un candado de muelle. Por muy fuerte que aporreo la puerta no llamo la atencion de nadie, ya que esta se hallaba a un cuarto de milla de la caverna principal de aquel nivel, y por fin Kruger tuvo que rodear la montana hasta la plataforma de aterrizaje. Llego mas muerto que vivo, y desde entonces tuvo mas cuidado con las puertas. Tambien dentro cometia errores. Una vez casi se asfixia en un bidon para almacenar alimentos que estaba examinando y en otra le falto muy poco para caerse en lo que luego resulto ser un dispositivo para deshacerse de las basuras. Luego se entero que el aparato disponia de un estrecho canon lleno de agua hirviente que se solia llevar la basura. Desde entonces no fue solo a ninguna parte. Le agrado bastante que terminaran las deliberaciones y se decidiera el plan de ataque.

Le parecio razonablemente ingenioso. El y Dar tenian que volver a la ciudad en planeador, girando sobre ella para estar seguros de ser vistos. Mientras tanto, gran cantidad de arqueros aterrizarian en el otro lado, lo suficientemente lejos de la ciudad para mantener el secreto, y entrarian en ella. Los dos grupos se tenian que encontrar en un punto seleccionado por Dar, lo que hizo dibujando un mapa con ayuda de su memoria fotografica y senalando en el la posicion.

El supuesto era que los habitantes del poblado mandarian una vez mas una partida para capturar a los intrusos. Este grupo seria llevado a una plaza, por Dar y Kruger, rodeada de edificios donde estarian apostados los arqueros del casquete polar. Cabia la posibilidad de que fueran retenidos como rehenes o incluso muertos en principio, pero Dar no parecia preocuparse por ello y Kruger, por tanto, preferia no demostrar sus propios sentimientos.

Kruger se aseguro de que esta vez llevaran comida y agua en el planeador, aunque Dar no parecia creerlos necesarios para un viaje asi.

La vuelta a los tropicos, por supuesto, agrado a Kruger solo durante breve tiempo.

Despues de pasar un rato en el vaporoso aire del lado malo del oceano, se puso a pensar con anoranza en los vientos del casquete polar, ignorando bastante humanamente el hecho de que aquellos vientos casi le matan en una ocasion. Es dificil imaginar como Dar Lang Ahn habria reaccionado si llega a adivinar los pensamientos de su companero; como Kruger se los reservaba cuidadosamente, el piloto podia concentrarse en sus asuntos.

Los conos volcanicos fueron encontrados sin dificultad. La mayoria de los demas planeadores estaban ya en una playa a pocas millas de las montanas; como antes, la nave mas ligera habia hecho el mejor tiempo. Dar y Kruger podian ver debajo de ellos las tripulaciones reunirse para el viaje a la ciudad y decidieron permanecer en el aire un rato mas para asegurarse de que los arqueros tuvieran tiempo de llegar a sus puestos.

Siguieron la costa detras de los conos y volvieron en un intento de encontrar desde el aire el poblado de sus captores.

Las cabanas estaban muy bien escondidas bajo los arboles para ser encontradas, pero el area de los geiseres resulto facil de localizar. El calor de esta region provoco una esplendida corriente ascendente y Dar giro en ella durante varios minutos mientras ambos examinaban el area minuciosamente; pero no habia ahora ninguna senal de vida. Por fin Dar llevo su planeador de vuelta a los volcanes y aterrizo en la playa todo lo cerca que pudo de la ciudad.

Entraron en el lugar a pie, plenamente conscientes de que dejaban un buen rastro en la arena de la playa, pero no se preocuparon por ello; por lo menos, Dar Lang Ahn no se preocupo; Kruger empezaba a preguntarse si eran o no demasiado arriesgados en todo aquel asunto. Se lo sugirio a su companero, para el cual la idea era completamente nueva.

— No pienso que debamos preocuparnos demasiado — dijo Dar por fin —. Veran que tuvimos que aterrizar en la playa; no podiamos ciertamente llevar el planeador a la selva y no hay forma de andar por la arena sin dejar rastro. Estaremos menos visibles dentro de la ciudad.

— De acuerdo — Kruger empezaba a sospechar que la gente de Dar Lang Ahn tenia poca practica en asuntos militares. Sin embargo, con suerte, los habitantes del poblado que trataban de sorprender podian resultar igualmente ignorantes; pero no le era posible hacer mucho al respecto en aquel momento.

La ciudad estaba en silencio, como antes. Habia habido una reciente tormenta de lluvia y en el pavimento habia aun charcos de agua. Ocasionalmente, resultaba dificil evitar meterse en ellos, y las pisadas mojadas marcaron parte de su ruta hacia la plaza donde debian estarles esperando los arqueros. La duracion de estas huellas fue cuestion que preocupo ligeramente a Kruger, aunque Dar no parecio pensar siquiera en ellas.

Llegaron al punto designado antes que los demas, a pesar del mayor tiempo que habian pasado en el aire. Cuando las fuerzas llegaron por fin, no perdieron mas tiempo en preparar la emboscada. Hecho esto, no parecio

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