transparente o un bikini, ya te darias cuenta. Cuando este libre, veras lo que soy capaz de darte.

– Carino, eres demasiado.

– Para ti no -murmuro ella.

El Vendedor le estaba rozando el pecho con la boca y ella suspiraba de placer. Levanto la cabeza e intento mordisquearle los lobulos de las orejas. Despues le hablo en tono sensual.

– Sigue, carino, me gusta mucho. Los hombres olvidan que eso a las mujeres les gusta mucho.

Mmmmmm, Dime, carino, ?que es lo que mas te gusta cuando amas? ?Te gusta lo mismo que a mi?

– ?A ti que te gusta? -le pregunto el con un grunido.

– Pues, todo. Todo, todo.

– Basta, basta, me estas excitando demasiado, espera tengo que…

Se le subio encima sin mas preambulos y le introdujo el hinchado miembro. Mantenia los ojos cerrados y jadeaba sin cesar.

– Anda, damelo, damelo -le decia ella gimiendo.

Enloquecio de excitacion y, al experimentar el orgasmo, se le aplano encima como la pared lateral de un edificio.

Ella jadeaba contra su oido.

Mas tarde, sentado en la cama procurando recuperar el resuello, la miro con renovado respeto.

– Eres extraordinaria -le dijo.

– Lo acepto como un cumplido. Tu tambien lo eres. -Se detuvo-. Me has excitado mucho, ?sabes?

Se le vio tan orgulloso como si acabara de ganar el premio Nobel.

– ?De veras? ?De veras te he excitado? Me lo habia parecido pero no estaba seguro.

– Puedes estar seguro -le dijo ella sonriendo-. Ha sido una preciosidad. Lo hemos logrado juntos.

El la miro complacido y parecio que fuera a decirle algo.

– Lo que antes me estabas diciendo, ?lo decias en serio? -le pregunto con recelo.

– ?Te refieres a lo que podria hacer si me dieras ocasion?

– Si. Si me encargara de soltarte, si te trajera cosas que te gustaran, ya sabes…

– Cosas sexualmente excitantes, solo para ti.

Prendas interiores muy ligeras. Perfumes. Carmin de labios. Te asombrarias de comprobar lo util que resulta.

– Si yo hiciera… tu has dicho que te gustaria hacer cosas distintas.

– Pruebame y veras -le dijo ella sonriendole seductoramente.

El agito la cabeza lentamente sin dejar de mirarla.

– Eres estupenda. Una mujer de cuerpo entero como jamas ha habido otra. Precisamente lo que he andado buscando toda la vida. -Asintio-. Muy bien. A partir de ahora vamos a ayudarnos el uno al otro.

Resena de ultima edicion: La senorita Sharon Fields, en el papel de protagonista, ha hecho gala de la asombrosa versatilidad que siempre cabe esperar de una verdadera estrella. Jamas habia estado mas convincente.

Cuarta actuacion.

En escena con el Sonador.

La muchacha encantadora reducida a la quintaesencia de la feminidad en contra de sus deseos.

El amor del hombre la ha conmovido, ha conseguido llegar hasta su corazon y ella no puede evitar corresponderle. La barbara y brutal empresa se esta convirtiendo para ella en una romantica aventura. Se ha transformado, a los ojos de su amante, en la criatura sonada que este se habia inventado.

Su ardiente pasion (sabiamente guiada por ciertos recuerdos de Ellis, Van de Velde, Kinsey y, sobre todo, Masters-Johnson) se esforzara por devolverle la virilidad.

De lograr esto ultimo, la actuacion se convertiria en un triunfo.

El Sonador habia entrado en la estancia con cierto recelo. No se molesto en desnudarse. Se sento en la cama, completamente vestido, y sin moverse.

Parecia que meditara, Sharon ya sabia acerca de que. Tendria que manejarlo con cuidado.

– Hola, hombre. No te veo muy contento.

– Es que no lo estoy.

– Yo si debiera estar triste y no tu. ?Es que no has venido a hacerme el amor?

– Yo bien quisiera. Creeme, lo quisiera. Pero estoy muy desalentado. Y, cuanto mas lo intento, peor, Creo que ya se lo que ocurre.

– ?Quieres decirmelo?

– ?Acaso quieres saberlo? -le pregunto el asombrado-. Pensaba que estabas muy molesta con nosotros.

– Lo estaba y sigo estandolo con los demas. Pero me he percatado de las diferencias que os separan. Ya no te considero igual a los demas.

– Me alegro -dijo el animandose un poco-, porque no soy igual. Te aprecio de veras. Creo que eso es lo mas importante. Te aprecio lo suficiente como para saber que no esta bien forzarte estando tu indefensa. Eso es lo que me perjudica. El sentimiento de culpabilidad.

– Te lo agradezco muy de veras -le dijo ella con voz gutural-. Al principio habia creido que erais todos iguales Todos igualmente crueles e insensibles.

Pero ayer comprendi que no era logico. Y desde que llegue a la conclusion de que era una necedad seguir resistiendo y que me convenia sacar el mejor partido, he podido iros viendo individualmente. Tu no tienes nada que ver con los demas.

– ?Te has dado cuenta? -le pregunto el ansiosamente.

– Al final, si. Eres el unico que ha pronunciado la palabra 'amor'.

– Porque yo te amo, te amo de veras.

– Y eres el unico que me ha demostrado simpatia, comprension y ternura, el unico que me ha defendido. He estado pensando en ti y he llegado a una conclusion que no me importa confesarte un secreto.

Estaba pendiente de todas y cada una de sus palabras y se le veia como rejuvenecido. Sharon decidio adentrarse en la escena mas crucial.

– Tenias razon en lo que pensabas, aunque yo me obstinara en negarlo. Para mi, la caracteristica mas estimulante de un hombre que me atraiga es el hecho de que crea que no hay nada imposible de alcanzar. Me atrae el hombre que no se desalienta. Si, estabas en lo cierto al hablar de la personalidad que podia adivinarse a traves de aquellas entrevistas falsas.

Me atrae el hombre capaz de afrontar cualquier riesgo con tal de poseerme. No me gustan los hombres computadorizados que calculan todos los pros y los contras de las acciones. Me gustan los sonadores lo suficientemente arrojados como para convertir en realidad sus suenos.

La reaccion del sujeto fue precisamente la que ella se habia imaginado.

Parecia un afligido peregrino que hubiera acudido a un sagrado santuario a la espera de un milagro, consciente de que probablemente este no iba a producirse, y que acabara de verlo realizado.

– Eres todo lo que siempre he querido, Sharon -dijo ardorosamente-. No se expresarte con palabras lo mucho que te quiero.

– Si me quieres, demuestramelo. Hazmelo comprender. Despues de los demas, necesito de alguien que me aprecie. Quitate la ropa y tiendete aqui a mi lado.

– ?De veras lo quieres? -le pregunto el sin poder dar credito a sus oidos.

– Me conoces lo bastante como para saber que siempre digo y hago lo que pienso, cuando me dan la oportunidad, claro.

Se desnudo sin quitarle los ojos de encima. Se encontraba desnudo a su lado sin atreverse todavia a tocarla.

– ?Es que no vas a besarme? -le pregunto ella.

Se levanto timidamente por encima de ella y la beso en los labios. Mientras la besaba, Sharon fue abriendo gradualmente los labios y le rozo la lengua con la suya. Se percato de la rapida aceleracion de los latidos de su corazon. Entonces empezo a besarle las mejillas, las orejas y la barbilla y le murmuro:

– Ahora acariciame los pechos y besalos. Me gusta.

Mientras su cabeza descendia hacia su pecho, Sharon procuro recordar algunos de los consejos de Masters y Johnson. Los habia leido con mucha atencion. Paso mentalmente las paginas.

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