El fracaso de los hombres se debia muy a menudo a la ansiedad, a una concentracion en los resultados, a la necesidad de conseguirlo en lugar de perderse espontaneamente y participar de una forma natural en el acto.
Recordo haber leido que el fallo sexual podia deberse a 'un desorden fruto de la ignorancia, de la privacion emocional, de las presiones culturales y del total aislamiento de la sexualidad arrancada de su contexto natural'.
Tales hombres 'suelen mostrarse tan recelosos acerca de su actuacion que, en el transcurso de la actividad sexual, se dedican a observarse mentalmente en lugar de dejarse arrastrar por sus naturales sentimientos sexuales'.
Para evitar la eyaculacion prematura, recordo, hay que comenzar por tocarse y acariciarse el uno al otro, iniciando el acto unicamente tras haber puesto en practica la tecnica de estrujamiento Masters-Johnson.
Con su cuerpo muy junto al suyo, Sharon se percato de que su deseo se estaba acrecentando. Para alcanzar la segunda fase a que hacia referencia la obra, tenia que asirle con fuerza.
– Espera, carino -le murmuro-, ?puedes soltarme la mano derecha, una sola mano? Ansioso de complacerla, dejo de besarla y acariciarla y, sin decir palabra, extendio la mano hacia el pilar y le solto la muneca derecha.
Sharon movio los dedos para que se le restableciera la circulacion sanguinea.
Despues le pidio que siguiera besandola y acariciandola. El la obedecio y su boca y sus manos regresaron a su cuerpo. A los pocos minutos se dispuso de nuevo a penetrarla pero ella le decepciono una vez mas.
– Espera -le repitio-, no lo intentes todavia. Acercate.
El se inclino hacia adelante muy perplejo. Ella extendio la mano libre, le asio la punta del miembro y le aplico la tecnica Masters-Johnson. Lo consiguio a los cinco segundos y desaparecio la ereccion.
– Muy bien, carino -le dijo ella dulcemente-. Ahora descansemos juntos hasta que me desees de nuevo. Entonces repetire lo que acabo de hacer.
Sin oponerse, el se dedico de nuevo a besarla y acariciarla y, cuando estuvo dispuesto una vez mas, ella se lo impidio, y repitio el proceso una tercera y una cuarta vez. A la quinta vez le dijo:
– Muy bien, carino, vamos a probarlo.
Noto que se estremecia y empezo a guiarle, y cuando ya le tenia dentro cosa de un centimetro, advirtio que temblaba, lanzaba un grito y eyaculaba.
Cuando ya estuvo blando le siguio sosteniendo y estrujando suavemente.
– Ven aqui, tiendete a mi lado.
El se tendio a su lado muy afligido.
– Lo siento -dijo.
– No lo sientas -le dijo ella carinosamente-. Vas a conseguirlo. Esta vez lo has hecho mejor que antes, mucho mejor. Me has penetrado. Casi estabas dentro.
– Pero no he…
– Escuchame, carino. Se que podremos hacernos el amor porque lo deseamos mucho. Podremos conseguirlo. Lo probaremos una o dos veces mas y nos haremos el amor tal como yo se. Pero para hacerlo bien, tengo que estar libre, me refiero a las manos, no puedo estar atada.
Te sere sincera. Quiero que me desates para que podamos hacerlo como es debido.
– ?Quieres decir que sigues deseando hacerlo de nuevo conmigo?
– No seas tonto. Te quiero. Hay millones de hombres que padecen de eyaculacion prematura. Es el defecto mas facil de solucionar. Pero, para conseguirlo, hacen falta dos personas.
Cuando este libre como tu, te prometo que dara resultado. Veras que facil es y entonces nos sentiremos los dos satisfechos.
– Hablare con los demas. No hay motivo para que te tengamos atada. Les hubiera hablado de todos modos aunque no me lo hubieras dicho.
– No te arrepentiras -le dijo mirandole con sus grandes ojos verdes rebosantes de afecto y ternura-. Ahora que somos amigos, nos merecemos la oportunidad de amarnos el uno al otro libremente. Yo te quiero, puedes creerme.
Ahora dame un beso de buenos noches y vuelve manana. No les cuentes a los demas lo que siento por ti. Se pondrian celosos y me lo harian pagar. Pero vuelve y quedate conmigo mucho rato.
Resena de la edicion de medianoche: No hay ninguna actriz actual capaz como Sharon Fields de producir la sensacion de dar y desear amor. Si todo el mundo fuera una alcoba, ella seria su reina. Decididamente, un nuevo triunfo Fields.
En escena con el Malo. Le habia animado a volver porque, de los cuatro, era el mas dificil de manejar. Su anterior actuacion con el habia sido un acierto, pero ahora tenia que superarse. Habia rechazado la pildora para dormir al objeto de estar bien despierta con vistas a su “tour de force”. Pasada la medianoche, el sujeto entro furtivamente vestido unicamente con sus calzoncillos.
– ?Que dices, nena? ?Me estabas esperando?
Ella aparto la cabeza y se mordio el labio inferior. Ya habia interpretado esta misma escena en uno de sus mas grandes exitos de taquilla (el que batio todos los records del Radio City Music Hall), “La camelia blanca”, si bien con mucha menos eficacia que en estos momentos.
El Malo le tomo la cabeza entre las manos y la obligo a mirarle.
– Vamos, nena, ?a que viene esta verguenza? ?Lo quieres, no?
– Si, estupido, si -le contesto ella bruscamente.
El sonrio y se quito los calzoncillos.
Ella se lo quedo mirando como hipnotizada.
– ?Te gusta, eh? -le pregunto el acercandose a la cama.
– Si, asi te parta un rayo. Tienes el mejor.
– Muy bien, nena, en estos momentos es todo para ti.
No perdio el tiempo y le desato primero una muneca y despues la otra. Las manos y los brazos de Sharon estaban como entumecidos. Ella se los froto brevemente sin apartar los ojos hipnotizados del musculoso cuerpo desnudo del sujeto. El se quedo de pie junto a ella, sonriendo.
– Muy bien, carino, vamos alla. ?Crees que podras soportarlo?
Santo cielo, era aborrecible. Sin embargo, la expresion de Sharon reflejo asombro y deseo. Decidio utilizar deliberadamente ambas manos.
Le atrajo lentamente hacia si tirando juguetonamente hacia arriba y hacia abajo. Le tenia de rodillas encima suyo y decidio cerrar los ojos y respirar entrecortadamente.
– Carino -le dijo casi como sin poder hablar-, hazmelo. Excitame.
– Bueno, bueno -dijo el acomodandose entre sus acogedoras piernas-. Esta vez lo haremos a base de bien.
– Date prisa -le murmuro ella.
Al penetrarle, ella le abrazo, cerro las piernas a su alrededor y movio lentamente el tronco siguiendo el ritmo de la creciente velocidad e intensidad de su acometida. Siguio moviendose convulsamente, puntuando los jadeantes grunidos del sujeto con una serie interminable de palabras malsonantes.
Bajo las piernas y se elevo y descendio siguiendo su ritmo girando y embistiendo, pidiendo mas y mas, mas fuerte mas fuerte, rascandole y aranandole la carne para su mayor deleite.
– Estoy a punto de alcanzarlo -gimio-, ya no puedo contenerme.
– Los dos juntos, nena -le dijo el jadeando -enloquecido-, ahora…
Al poco rato yacia tendida a su lado como exhausta y satisfecha. Al observar que el sujeto iba a levantarse, le agarro.
– Quedate conmigo, quedate un poquito mas.
– Te dare todo lo que quieras -le dijo el sonriendo.
– Ningun hombre me habia hecho eso jamas -le dijo ella sin soltarle-. Eres una maravilla.
– Ya somos dos -le dijo el.
– ?Tienes que irte? ?No puedes quedarte toda la noche?
– Ojala pudiera, pero no quiero que los demas piensen que te disfruto en exclusiva.
– Que se vayan al cuerno. ?Que te importa lo que piensen? ?Por que no piensas en mi?
– En ti pienso, nena -le dijo el apartandole las manos de sus hombros-. Sera mejor que descanses. Conseguiras de mi todo lo que quieras. Tenemos mucho tiempo por delante.
