A la una en punto del lunes por la tarde Adam Malone se encontraba acomodado en una butaca de pasillo de la ultima fila del New Arlington Theatre, esperando a que comenzara la proyeccion de la pelicula.
Tras acostumbrarse a la oscuridad, comprobo que no habia mas que unas pocas personas esparcidas por el patio de butacas.
Como era de esperar, se trataba en buena parte de adolescentes. Adam escuchaba el murmullo de sus conversaciones y el crujido de las palomitas de maiz al pasar estas de las cajas de carton a sus bocas.
En la pantalla se estaban pasando los 'trailers' de los proximos programas y el juvenil auditorio les prestaba tan escasa atencion como el propio Malone, a la espera del comienzo de la pelicula de Sharon Fields.
Un afortunado azar habia traido a Adam Malone a aquel refrigerado local cinematografico en un caluroso dia de finales de junio. El dia anterior por la manana, Howard Yost estaba escuchando un programa deportivo a traves de una emisora de Riverside.
Malone, que se encontraba en la misma habitacion, no presto atencion hasta que escucho un anuncio.
En dicho anuncio se exponia el programa estival del reformado local cinematografico New Arlington Theatre, de las afueras de Arlington.
Dado que ya se habian iniciado las vacaciones escolares, el local habia organizado un programa de sesiones matinales diarias dedicadas a la reposicion de famosas peliculas pertenecientes a los diez anos ultimos.
Las tardes se dedicarian a los programas habituales. Para su primera matinal, el cine anunciaba la reposicion de una produccion de diez millones de dolares, nada menos que “Los clientes del doctor Belhomme”, protagonizada por Sharon Fields.
La pelicula habia sido uno de los primeros exitos internacionales de la actriz.
– ?Lo has oido? -dijo Malone muy excitado-.
En Arlington van a reponer una de las mejores peliculas de Sharon. Es de las pocas que solo he visto una vez. Maldita sea, no se lo que daria por volverla a ver.
– ?Y para que quieres verla en la pantalla si en la habitacion de al lado la tienes actuando para ti en carne y hueso? -le pregunto Yost en tono burlon.
– No lo se -repuso Malone-. Me parece que ahora seria distinto y mas interesante.
– Pues, bueno, te demostrare lo buen amigo que soy -le dijo Yost-. El lunes por la manana tenia en proyecto salir solo a hacer algunas compras y adquirir un poco mas de comida no sea que nos haga falta. Si quieres, te acompano.
– Seria estupendo, Howard. Pero el caso es que la pelicula empieza a la una.
– Muy bien, me amoldare a tus necesidades. Al fin y al cabo, es posible que algun dia puedas ser un futuro cliente mio. Saldre hacia el mediodia y llegaras con suficiente antelacion.
Despues podras ver por lo menos parte de la pelicula mientras yo hago las compras.
El lunes al mediodia, tras aconsejarles Shively que procuraran ser discretos y rogarles Brunner que tuvieran cuidado, subieron al cacharro de ir por las dunas, se dirigieron hacia las colinas e iniciaron el descenso hacia Arlington.
El sol del mediodia era abrasador y al llegar al claro en que habian dejado oculta la camioneta de reparto Chevrolet, ambos sudaban profundamente con las camisas chorreando y pegadas al cuerpo.
Yost habia planeado cambiar el cacharro de ir por las dunas por la camioneta, pero ahora le parecio absurdo dedicarse a la operacion de librar del camuflaje a la camioneta y traspasar dicho camuflaje al cacharro habida cuenta del calor.
Por consiguiente, decidieron seguir utilizando el cacharro y bajaron por el Mount Jalpan, abandonaron el pedregoso camino secundario, siguieron por la Meseta Gavilan mas alla de Camp Peter Rock y atravesaron el rancho McCarthy.
Finalmente llegaron a la mas transitada carretera de Cajalco, pasaron junto a la gran presa llamada lago Mathews y enfilaron despues la carretera del Mockingbird Canyon, que conducia a la ciudad.
Al llegar a la Avenida Magnolia, en el corazon de Arlington, Yost se adentro con el cacharro entre el trafico sorprendentemente intenso y avanzo lentamente hasta llegar a una arcada comercial con un aparcamiento situado entre dos hileras de tiendas de todas clases.
Encontro sitio frente a la mas importante de todas las tiendas, El Granero de la Moda, adosada por la parte de atras a una sucursal del Banco de America situada en la Avenida Magnolia.
– Creo que aqui podremos encontrar todo lo que nos hace falta -dijo Yost mirando a su alrededor-.
Hay un supermercado al otro lado de la calle, un par de farmacias y, bueno, he pensado que quiza, que esto quede entre nosotro, bueno, tal vez le compre a nuestra amiga un poco de ropa para cambiarse.
– Oye, eso estaria muy bien, Howie.
– Pues claro. ?Dejo el cacharro aqui o quieres llevartelo para ir al cine? No esta nada lejos. Esta a unas dos manzanas al oeste del sitio en que giramos a la Avenida Magnolia.
– ?Te importa que me lo lleve, Howie? Me estoy derritiendo de calor.
– Como quieras -dijo Yost abriendo la portezuela y descendiendo del vehiculo-. Esta a tu disposicion. Pero una cosa ?cuanto dura esta pelicula?
– Unas dos horas -contesto Malone, que ya se habia acomodado detras del volante.
– Entonces no la podras ver toda. Yo habre terminado dentro de una hora y no quiero pasarme aqui mucho rato. Recogeme a eso de las dos.
– Media pelicula de Sharon Fields es mejor que nada -dijo Malone encogiendose de hombros.
Yost le senalo el otro lado del aparcamiento.
– Mira, delante de aquella farmacia de la Avenida Magnolia.-Recogeme a las dos. Te estare esperando con todas las compras.
Y ahora Adam Malone se encontraba acomodado en una butaca del local refrigerado con los ojos clavados en la pantalla, en la que habia aparecido en llamativas letras rojas el nombre de Sharon Fields y despues el titulo “Los clientes del doctor Belhomme” sobre un trasfondo tricolor rojo, blanco y azul.
Subitamente desaparecio el tricolor y en su lugar se vio el rotulo de una calle segun el cual aquella era la Rue de Charonne. Despues, detras de la lista del reparto, la camara mostro una elegante calle del Paris del siglo XVIII y se detuvo frente a una verja y un alto muro que ocultaba parcialmente el “hotel” que habia detras.
Siguio apareciendo la lista del reparto sobre el trasfondo de una placa que habia en el muro al lado de la verja. En la placa podia leerse: “Asilo Mental Particular, Director, Doctor Belhomme”.
Y comenzo la pelicula. Una panoramica de la capital francesa con la leyenda “Paris, 1793, punto culminante de la Revolucion Francesa y el reinado del terror”.
Seguia un montaje de escenas de Paris durante el Terror. La camara se detenia finalmente en la guillotina de la plaza Luis XVI, donde el verdugo, conocido como Monsieur Paris mostraba las cabezas de los decapitados aristocratas -a los que el llamaba 'clientes'-a la rugiente multitud que se arracimaba a su alrededor.
Centrando toda su atencion en la pantalla, Adam Malone procuro recordar el contenido de aquella pelicula de Sharon Fields. Recordo que todo lo que habia visto hasta aquel momento era un prologo a la presentacion de la estrella de la pelicula, Sharon Fields, en el papel de Gisele de Brinvilliers, hija adoptiva del bondadoso conde de Brinvilliers, liberal noble frances que se habia atraido las iras de los revolucionarios y activistas franceses.
Malone procuro ir recordando la historia. No la recordaba muy bien.
Sharon Fields en el papel de Gisele intentaba ocultar a su padre adoptivo hasta que este pudiera abandonar Francia. Al final, Malone consiguio recordar la idea esencial basada en un hecho historico.
Gisele habia conseguido ocultar temporalmente a su padre adoptivo yendose a vivir con el a un triste manicomio del corazon de Paris dirigido por un tal doctor Belhomme.
El buen medico habia trasladado a sus treinta y siete enajenados mentales a otro manicomio y los habia sustituido por aristocratas sentenciados a muerte y dispuestos a pagar una fortuna a cambio de salvar sus cabezas en aquel insolito escondite.
Malone recordo que la principal emocion de la pelicula se centraba en los esfuerzos de Gisele por mantener oculto a su padre en el manicomio del doctor Belhomme procurando al mismo tiempo comunicar su situacion a alguien que estaba a punto de abandonar Paris con destino a los Estados Unidos.
Malone intento recordar si Gisele habia logrado sus propositos pero no lo consiguio. En cualquier caso una historia maravillosa, penso Malone estremeciendose de placer anticipado mientras se desarrollaba ante sus ojos el
