decirle.
Y quiero ser muy sincero con usted, senor Zigman, y con usted, senorita Wright.
En mi opinion, no disponemos de mucho tiempo.
– Tal vez el secuestrador cumpla con su palabra -dijo Zigman sin demasiado convencimiento-. Cuando tenga en su poder el dinero del rescate, quiza deje en libertad a Sharon tal como ha prometido.
– Claro, existe la posibilidad de que asi suceda -dijo Culpepper asintiendo-. Lo que me preocupa -de la misma manera que les ha preocupado a ustedes, ya que de otro modo no nos hubieran llamado-es el hecho de que la senorita Fields haya intentado decirnos que no confiemos en la nota que ella misma ha escrito.
Ello me induce a pensar que la senorita Fields teme por su seguridad.
– Ciertamente, eso es lo que nos asusta -dijo Zigman hundiendose debilmente en su asiento.
– Por consiguiente -dijo Culpepper bajando la mirada y paseando lentamente en circulo frente a ellos-, voy a exponerles una idea que he estado fraguando mentalmente.
Se trata de una accion que podria dar resultados inmediatos pero que no puedo emprender sin su permiso. Porque, francamente, entrana ciertos riesgos.
– Diganosla -le apremio Nellie Wright.
El capitan Culpepper se detuvo.
– Tenemos que partir de la base de que el secuestrador o secuestradores no se proponen cumplir su promesa.
Tenemos que partir del supuesto segun el cual se proponen recoger el dinero del rescate pero no soltar a Sharon Fields.
– ?Cree usted realmente que la matarian? -pregunto Nellie con voz entrecortada.
– No lo se. Es posible que no. Pero tenemos que actuar basandonos en la premisa de que puede ocurrir lo peor.
– Si -dijo Zigman-. Siga, capitan, por favor.
– Gracias. El tiempo es oro, por consiguiente, permitanme hablar sin interrupciones. -Culpepper reflexiono brevemente acerca de lo que iba a decir y despues siguio hablando-. Si nos tememos lo peor, es necesario que nos enfrentemos con el hecho de que nos encontramos al borde del abismo.
En la nota se especificaba claramente que el dinero tendria que depositarse en el lugar indicado antes de la una.
El senor Zigman asi lo hizo. Ello significa que el secuestrador -mas probablemente uno de los dos o tres secuestradores-tenia en proyecto presentarse en el lugar de Topanga Canyon quince minutos o media hora mas tarde, al objeto de no ser visto por el senor Zigman.
En todo caso, me imagino que no debio aparecer por alli antes de la una y media. Por otra parte, dudo mucho que dejara alli el dinero hasta las dos y media o las tres. -Culpepper se miro el reloj de acero inoxidable-. Son ahora las dos y veintiocho.
Ello significa que estan recogiendo el dinero o estan a punto de hacerlo.
Si ya han recogido el dinero no podemos hacer gran cosa, como no sea esperar que suelten a Sharon. Si no la sueltan, solo podemos esperar que descifren el mensaje y que este nos facilite alguna informacion util.
Si todavia no han recogido el dinero, aun podemos hacer algo pero solo si actuamos con rapidez.
– ?De que se trata? -pregunto Zigman ansiosamente.
– Procurar apresar al secuestrador o mensajero de este en el lugar en que se ha depositado el dinero.
Rodearle y capturarle. Apresarle vivo a toda costa. Cuando le tengamos en nuestro poder, conseguiremos hacerle hablar.
Sabriamos donde mantienen prisionera a la senorita Fields y tendriamos muchas probabilidades de rescatarla.
Culpepper se detuvo para que pudieran calibrar su propuesta.
– Tengo miedo -dijo Nellie.
– Al insertar el anuncio y depositar el dinero del rescate -dijo Zigman inclinandose hacia adelante-, dimos nuestra palabra de que no permitiriamos que la policia interviniera en el asunto.
– Lo se -dijo Culpepper-. Accedieron ustedes a permitirles recoger el dinero sin correr ningun riesgo.
Y ellos, a su vez, prometieron poner a Sharon Fields en libertad. Pero ahora ya no creemos que vayan a cumplir su promesa. ?Por que se preocupa usted de cumplir la suya?
Zigman comprendio que el razonamiento era logico.
– ?Seria muy arriesgado intentar tenderle una emboscada al mensajero y capturarlo? -pregunto.
– Si esta alli, no nos costara nada apresarle. Si esta solo y ha dejado a la senorita Fields atada en algun sitio, conseguiremos que nos conduzca hasta ella.
Pero dudo mucho que lo haya hecho solo. Este caso no tiene visos de deberse a un solo hombre.
Habida cuenta de los preparativos que fueron necesarios, de la penetracion en esta propiedad, de las dificultades que debio entranar el secuestro de una persona tan celebre como Sharon Fields, llevandosela lejos y manteniendola prisionera tantos dias, es logico suponer que los autores son dos o tal vez mas. Como es natural, esta circunstancia acrecienta el peligro. ?Desea que se lo explique?
– Por favor -dijo Zigman-. Y no lo minimice.
– Muy bien. Es posible que dos de los secuestradores se trasladen al lugar en que ha sido depositado el dinero, uno para recogerlo y el otro para vigilar y proteger a su companero desde lejos como medida de precaucion.
En tal caso, si apareciera la policia, correriamos el riesgo de apresar a uno de los hombres y dejar al otro en libertad de causarle dano a la senorita Fields.
No es probable que ocurriera porque tendriamos bloqueadas todas las salidas o puntos de huida del Topanga Canyon.
Pero tenemos que prever la posibilidad de que, aun sin poder escapar, el segundo secuestrador pueda comunicarse por medio de un transmisor con un tercer companero o complice que pudiera estar vigilando a Sharon en la zona del Topanga Canyon.
En tal caso habriamos perdido la partida. Pero lo mas probable es que la senorita Fields no se encuentre prisionera en aquella zona y que el dinero del rescate lo recoja una sola persona.
– Supongamos que esta usted en lo cierto -dijo Zigman-. Supongamos que sus hombres rodean el lugar, bloquean todas las salidas y logran capturar a los secuestradores.
Toda esta actividad llamaria la atencion, ?no es cierto? Y se extenderia el rumor de lo que ha ocurrido.
– Me temo que asi sucederia, antes de que transcurriera una hora.
– El segundo secuestrador que estuviera vigilando a Sharon es posible que se entera de la captura de su companero a traves de la radio o la television.
– Si, es probable que se enterara.
– Por consiguiente, es probable que antes de que el secuestrador capturado les condujera hasta Sharon, su companero ya habria asesinado a Sharon y se habria escapado.
– Es posible.
– Peligroso, demasiado peligroso -dijo Zigman frunciendo el ceno.
– No se lo niego. De todos modos, debe usted decidir si ello es mas peligroso que no actuar y confiar en que los secuestradores pongan a la senorita Fields en libertad una vez hayan recogido el dinero.
– No lo se -dijo Zigman tragando saliva. Despues miro a Nellie-. ?Que piensas, Nellie?
– Yo tampoco lo se -repuso ella confusa-. Ambas cosas me parecen peligrosas. Te dejo a ti la decision, Felix. Te secundare en lo que decidas.
Zigman se cubrio el rostro con las manos y se froto las sienes por encima de las gafas.
– Es posible que se propongan soltarla una vez dispongan del dinero y si intervenimos, tal vez le hagamos perder a Sharon la unica oportunidad de salir con vida.
– Si -dijo Culpepper.
– Si no se proponen soltarla y perdemos la oportunidad de apresar a uno de ellos, tambien habremos perdido la oportunidad de salvarla de la muerte.
– Eso tambien es cierto -dijo Culpepper.
– Es un dilema terrible, terrible -dijo Zigman-. ?Podemos discutirlo un poco antes de tomar una decision?
Con las manos metidas en los bolsillos, el capitan Culpepper miro fijamente a Zigman.
– Tenemos dos alternativas, senor Zigman. Una de ellas es no intervenir y que suceda lo que Dios quiera. La
