embriagamos. Lo unico que recuerdo es que estabamos en el sofa y ella se habia levantado el vestido y yo se lo estaba haciendo.

Fue increible. No sucedio mas que una vez. Ella me dejo al poco tiempo para irse a trabajar a un sitio donde le pagaban mejor.

– Brunner vacilo mirando a los demas y se ruborizo-. Supongo… supongo que no les parecera gran cosa.

La segunda vez -bueno, les confesare que fue el ano pasado-acerte a leer un ejemplar de estas escandalosas publicaciones clandestinas. ?Las conocen ustedes?

– Las leo todas las semanas -repuso Malone.

– Bueno, para mi constituyo una novedad. Aquellos anuncios. Salones de masaje y que se yo.

Bueno, habia un anuncio de un sitio de la avenida Melrose en el que se decia que si eras aficionado a la fotografia podrias fotografiar desnuda a cualquiera de las bonitas muchachas que alli habia. Y resulta que soy aficionado a sacar fotografias Polaroid.

Por consiguiente, una noche en que Thelma estaba ausente de la ciudad por haberse ido a visitar a un pariente achacoso, tome la maquina y me dirigi al lugar del anuncio. Pague y me enviaron a una estancia en la que habia una hermosa modelo. No tendria mas alla de veinte anos. Fue al grano en seguida.

Se quito el vestido -el vestido y las bragas-y se tendio en la mullida alfombra y me dijo que le comunicara como queria que posara.

Yo estaba fuera de mi. Estaba tan excitado que ni siquiera podia preparar la maquina.

Ella comprendio lo que me estaba sucediendo y se mostro muy amable.

Me dijo algo asi como: 'Ven aqui y tiendete a mi lado. ?Verdad que no has venido a sacar fotografias?' Hice lo que ella me habia aconsejado y despues me bajo la cremallera de la bragueta, se me subio encima y lo hicimos.

Fue una experiencia memorable. Aun a riesgo de parecerles ingenuo les dire que jamas lo habia hecho de esta forma.

Quiero decir, invirtiendo la posicion. Resulto de lo mas estimulante.

– Si tanto le gusto -dijo Malone-, ?por que no lo repitio?

– No lo se. Supongo que me avergonce, un hombre de mi edad y encima casado. No me parecio correcto.

Shively se termino su bebida.

– Bueno, Leo, no acabo de entenderlo, no me gusta nada eso de privarse de las cosas.

?Para que lo guarda? ?Acaso no siente usted deseos de salir a divertirse un poco?

Brunner asintio energicamente con la cabeza. -Desde luego que siento el deseo de entregarme a tales placeres. Supongo que me lo impiden distintos factores.

Una cosa es desear y otra muy distinta poner en practica los deseos. Supongo que me educaron de otra manera y en otra epoca en la que la sexualidad se consideraba vergonzosa, y en la que le ensalzaba la castidad o mas bien la fidelidad de los hombres.

A este respecto, soy una victima de mi pasado. Al igual que les sucede a muchos hombres de mi edad. Somos unos tullidos mentales. Ademas, siempre temo que una mujer mas joven no me quisiera o incluso que se burlara de mi. Pero deseos, si, Kyle, siento deseos.

– Creo que para mi es mas facil -dijo Yost-.

Por el ambiente en que me muevo. Me dedico constantemente a visitar a posibles clientes. Entre ellos figuran muchas divorciadas o viudas jovenes. De vez en cuando me apunto un tanto. Y me invitan a mezclar el trabajo con el placer. No esta mal.

– Se echo a reir-. Ha habido cosas inolvidables. Pero les dire en confianza que a veces resulta excesivamente complicado. A veces quieren verte con regularidad y eso no es facil siendo padre de familia. Francamente, si he de serles sincero, lo prefiero mas claro. Nada de jaleos emocionales. Pagas, lo consigues y te largas.

– ?Se refiere usted a las prostitutas y rameras? -pregunto Malone.

– Pues, claro, amigo mio. En este sentido me considero afortunado.

Por lo menos una o dos veces al ano asisto a una convencion de seguros. Estatal y nacional. El ano pasado organizamos la convencion en el Fontainebleau de Miami Beach.

El sitio estaba lleno a rebosar de posibilidades. Habia una prostituta en particular, una elegante belleza cubana de unos veintinueve o treinta anos que conoci en el Bar del Caniche. A cien la noche.

Pero son noches que hacen que la vida merezca la pena vivirse. Es vivir como viven los privilegiados.

– Cada loco con su tema, Howie -dijo Shively esbozando una mueca-.

No quiero despreciar lo que hagan los demas para conseguirlo. Pero, por lo que a mi respecta, soy contrario a pagar a cambio.

?Por que pagar habiendo tanto material que lo esta suplicando? ?Que dice usted a eso, Malone? Para ser nuestro presidente, no es usted muy comunicativo que digamos. ?Les interesan los escritores a las mujeres?

– Ya lo creo -repuso Malone-. A las mujeres les intrigan todos los creadores. Cuando me apetece, no me cuesta mucho trabajo encontrar a alguien disponible. En realidad.

– ?Que ha escrito usted? -le interrumpio Yost-. ?He leido algo suyo?

– No es probable -repuso Malone timidamente-. No me han publicado nada importante, ni libros ni historias cortas en publicaciones de amplia difusion.

Hasta ahora mis trabajos solo han aparecido en publicaciones de reducida tirada, en revistas literarias trimestrales. Te pagan con el prestigio pero del prestigio no se come. Por ello me veo obligado a desempenar otros trabajos secundarios hasta que alcance el exito algun dia.

– ?Que clase de trabajos secundarios? -pregunto Brunner.

– No soy muy exigente.

Me basta cualquier trabajo que me permita ganar un poco de dinero y me deje el tiempo suficiente para escribir.

Empece trabajando de sustituto de maestro de escuela primaria. Pero era una cosa muy limitada y escasamente satisfactoria. Me pase un ano de dependiente, vendiendo zapatos de senora en unos almacenes. Pero me canse de mirar por debajo de las faldas de las mujeres.

– Usted debe ser un afeminado, hombre -dijo Shively.

– No, soy completamente normal -dijo Malone sonriendo-.

En cualquier caso, este ultimo ano me lo he pasado trabajando a horas en un supermercado del Olympic. Es un trabajo que no requiere esfuerzo ni concentracion. Y me permite disponer de tiempo para ir pensando en mis relatos mientras me gano la vida.

Y, a proposito, eso de trabajar en un supermercado es un buen sistema para conocer a muchisimas chicas solteras del barrio. Estan muy dispuestas a actuar tal como dice Kyle Shively.

Con eso del 'women's Lib' y todo lo demas se muestran tan agresivas como los hombres. Vienen y te dicen: '?Que te pareceria, amigo?' Asi por las buenas.

– Muy bien, ?que te pareceria, amigo? -repitio Shively.

– ?Que significa eso?

– Significa lo que dice que significa. Significa que por que no vamos al asunto por el que hemos acordado reunirnos esta noche.

Mire, muchacho, hablar de pasadas conquistas es perder el tiempo. Lo pasado, pasado.

Hace tiempo que averig?e que acostarse con las mujeres tres o cuatro veces por semana no es gran cosa.

Hace tiempo que aprendi la principal leccion. Las mujeres lo desean tanto como los hombres.

Si no eres remilgado -y yo no lo soy-, que demonios, si se mueve y es pasable yo me apunto.

En este caso todas valen. Pero esta noche no he venido aqui para eso.

?Sabe por que he venido?

– Tengo una vaga idea -repuso Malone muy tranquilo.

– No para hablar de las buscadoras y de las mujeres faciles. De estas mujeres hambrientas de sexualidad que pasan cada dia por la estacion de servicio -una secretaria, una camarera, una dependienta-, de esas mujeres del monton.

He venido aqui para hablar, no de lo que tengo, sino de aquello de que carezco porque no soy lo que la gente llama un ricachon, ?comprende usted? Estoy hablando del material de primera clase que tendria que resultar adecuado para Kyle Shively. Estoy hablando de cosas extraordinarias.

– Se detuvo para conferir mas fuerza a sus palabras-. Como Sharon Fields quiza. ?Le parece bien?

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