el frasco y Malone escucho el rumor de sus movimientos al abrir la portezuela de la camioneta y bajar.
– No se si podre -empezo a decir Sharon Fields mirando a Shively que se estaba acercando a ella con el mapa en la mano. Miraba sorprendida a Shively y a Malone y finalmente clavo los ojos en Shively.
– Lamento molestarla, senora -estaba diciendo Shively. Le mostro el mapa-, este es el mapa Bekins de la zona, si usted…
Ella hizo caso omiso del mapa, fruncio el ceno y miro a Shively.
– ?Como han entrado ustedes? -le pregunto bruscamente-. La verja siempre esta…
– Hemos utilizado el interfono -la interrumpio Shively-. Senora, si me hace el favor de mirar este mapa.
Le acerco el mapa al rostro y, desconcertada, Sharon lo miro automaticamente. Shively adelanto rapidamente el otro brazo, que mantenia oculto detras de la espalda, la rodeo por los hombros y le acerco al rostro el trapo mojado.
Despues le comprimio el trapo empapado de cloroformo contra la nariz y la boca de tal forma que solo quedaron visibles sus asombrados ojos tras las gafas violeta.
Sharon abrio aterrorizada los ojos e intento protestar, logrando pronunciar un amortiguado:
– Oh, no…
Shively atrajo la cabeza de Sharon contra su pecho y la sofoco con el trapo impregnado de cloroformo. Ella intento desesperadamente escapar, utilizar las manos para apartarse de el, pero Shively ya la habia rodeado con el otro brazo y le habia inmovilizado los brazos.
Mientras contemplaba toda la escena conteniendo el aliento, Malone observo asombrado que ella intentaba forcejear y escapar. Pero su resistencia cedio a los pocos segundos. Sus ojos se cerraron tras las gafas ahumadas. Sus brazos se aflojaron. Y sus rodillas empezaron a doblarse.
Malone abrio la portezuela y descendio. Shively deposito en brazos de Malone el cuerpo inerte de Sharon Fields. Sosteniendo torpemente la figura de esta en el hueco de un brazo, Malone golpeo el lateral de la camioneta con el puno de la mano que tenia libre.
Se abrio la portezuela trasera de la camioneta y salto Yost apresurandose a ayudar a Malone. Juntos levantaron la blanda forma de Sharon y, tropezando en su prisa, la trasladaron a la parte de atras de la camioneta.
La introdujeron hasta la mitad y Brunner, desde dentro, la arrastro al interior sosteniendola por las axilas.
Yost subio inmediatamente y cerro la portezuela tras si. Malone regreso corriendo a la parte de delante, donde Shively estaba ofreciendole un punado de comida para perros al terrier Yorkshire, que no cesaba de ladrar.
El perro husmeo el bocado que sostenia Shively en la mano. Tranquilizado, se aproximo a este y empezo a comer de su mano. Con rapido movimiento, Shively arrojo al suelo la comida, agarro al perro por el collar y, utilizando la otra mano, le cubrio el hocico con el trapo empapado de cloroformo.
El perro perdio inmediatamente el conocimiento. Acercandose al borde del camino, Shively descubrio un claro y arrojo sin ceremonias al animal sobre el follaje.
Malone ya habia recogido los restos de la comida para perros y el mapa de Bel Air, y habia mirado a su alrededor para comprobar que no hubiera habido testigos. Le parecia que no.
Subio al asiento del conductor en el mismo momento en que Shively se acomodaba en el asiento del pasajero. Shively le entrego el frasco y el trapo del cloroformo a Yost y volvio a ponerse los guantes.
Malone habia soltado el freno, habia puesto marcha atras y estaba retrocediendo silenciosamente por el estrecho camino. Cruzo la verja abierta y salio a la calle.
Mientras Malone daba la vuelta para que el vehiculo se encontrara de cara a la calle Stone Canyon, Shively volvio a bajar y se dirigio a la verja. Una vez dentro, Shively volvio a cerrar la verja.
Despues destapo el motor, volvio a conectar el engranaje y cerro de nuevo automaticamente la verja. Desaparecio de la vista breves momentos y despues Malone pudo verle en lo alto del muro.
Acto seguido le vio saltar al Camino Levico. A los pocos momentos, Shively se encontraba de nuevo en el interior de la camioneta. Cerrando la portezuela, se reclino contra el respaldo y respiro hondo.
Miro a Malone y por primera vez en toda la manana le hizo el honor de dirigirle una ancha sonrisa de perversidad.
– Ya esta hecho, Adam -anuncio con voz aspera-. Larguemonos enseguida, Proxima parada, la tierra prometida.
Consiguieron llegar por un atajo desde Bel Air a la autopista de San Diego. En lugar de seguir el camino habitual para dirigirse al paseo Sunset y seguir despues por el oeste en direccion a la autopista, tomaron un camino mucho menos conocido, que desde la calle Stone Canyon les llevaria a la calle Bellagio y les permitiria salir al paseo Sepulveda, a pocos pasos de la autopista.
Recorrieron el atajo sin incidentes. Malone subio por la primera rampa en direccion sur y se adentro con la camioneta Chevrolet entre el denso trafico.
Se habia percatado de que apretaba el volante con tanta fuerza que tenia los nudillos casi exangues.
A diferencia de sus companeros, que ya habian empezado a respirar aliviados por haber salido airosos de la empresa, Malone seguia pensando que correrian peligro mientras no abandonaran los limites de la ciudad.
Al cabo de diez minutos llego a un punto en que tuvo que cambiar de carril y, obedeciendo la senal que le estaba haciendo el dedo de Shively, se desplazo hacia la derecha para tomar la autopista de Santa Monica.
El nerviosismo de Malone habia ido en aumento a medida que se iban acercando al cruce del centro de la ciudad, desde el que podian tomarse tres autopistas en direccion sur.
Habia dejado la direccion en manos de Shively y se habia limitado a conducir.
A cada vehiculo de la policia que pasaba y cada rugido de motocicleta que escuchaba le daba un vuelco el corazon.
Era como si temiera que alguien estuviera al corriente de cual era la preciosa carga que llevaban, o que la policia hubiera comunicado por radio que Sharon Fields habia sido secuestrada por una banda de golfos que iba en una falsa camioneta de reparto.
Malone habia respetado religiosamente todos los limites de velocidad, ni demasiado rapido ni demasiado lento, puesto que ambas cosas hubieran podido llamar la atencion.
Habia procurado no adelantar a ningun vehiculo y no cambiar de carril, a no ser que ello le hubiera resultado imprescindible, y se habia esforzado por seguir la velocidad de la corriente del trafico.
Se estaban acercando al cruce. Ya habian comentado y discutido con anterioridad acerca de las ventajas e inconvenientes de las tres carreteras.
La autopista de Santa Ana ofrecia la ventaja de los seis carriles, pero era la mas larga y probablemente aquella en la que el trafico seria mas denso.
Habian considerado muy seriamente la posibilidad de tomar la autopista de San Bernardino, pero habian llegado a la conclusion de que esta presentaba demasiadas rampas de entrada y salida.
Al final se habian decidido por la mas reciente autopista de Pomona, por ser la mas directa y rapida y la menos transitada de las tres autopistas que conducian a Arlington y las Gavilan Hills.
Sin necesidad de que se lo recordaran, Malone se situo en el carril adecuado y, una vez en la autopista de Pomona, su corazon y el trafico se aligeraron.
Habian pasado frente al Parque Monterrey por un lado y Montebello por el otro y, siguiendo la autopista del sur, habian atravesado las localidades de La Puente y Hacienda Heights.
Ahora, tras atravesar el tunel de las montanas que rodeaban la zona de Brea Canyon y dejar atras las ciudades de Pomona y Ontario, comprendieron que ya habian cubierto tres cuartas partes del trayecto que les conduciria a Arlington.
Malone dejo por unos momentos de prestar atencion al paisaje y las senalizaciones que estaban pasando, para prestarsela a sus amigos y a la carga que llevaban y a la increible hazana que habian llevado a cabo.
Shively estaba contemplando la figura inconsciente de Sharon Fields, -tendida en la parte de atras de la furgoneta.
Tenia los ojos cubiertos con una tira de gasa esterilizada, otra tira le cubria la boca, y ella se hallaba tendida de lado sobre la alfombra de pelo, entre Yost y Brunner.
Shively chasqueo la lengua.
– Es extraordinaria. ?Habeis visto alguna vez un trasero y un busto parecidos? -Miro a Malone con una expresion tan lasciva como este jamas habia visto, y volvio a repantigarse en el asiento encendiendo un nuevo cigarrillo con la colilla del que acababa de fumarse-.
