hablara de aquella forma y el Tiquismiquis se habia mostrado partidario de dejarlo correr.
Al parecer, los que controlaban el grupo eran contrarios al empleo de la fuerza. En segundo lugar, estaba casi segura de que habia logrado hacerles recapacitar y abochornarles. Le parecia que habia conseguido apelar con exito a su sentido de la honradez civilizada, haciendoles conscientes del delito que acababan de cometer. En tercer lugar -y ello alentaba su confianza y contribuia a sostener su esperanza-, ninguno de ellos habia vuelto a molestarla.
Si, era cierto, ninguno de ellos se habia atrevido a volver (solo lo habian hecho para permitirle utilizar el retrete) porque estaban abochornados y eran conscientes de lo que podia sucederles si tocaban a alguien tan importante como ella.
Claro que si, estaba a salvo. Era Sharon Fields. No se atreverian a correr el riesgo de causar danos o violar a Sharon Fields, teniendo en cuenta su categoria, su fama, su exito de taquilla, su dinero, su seguridad, sus seguidores, su inasequibilidad, teniendo en cuenta que, mas que una simple mortal, era sobre todo un simbolo internacional.
?Se habria atrevido alguien en el pasado a hacerle eso a Greta Garbo o Elizabeth Taylor, llegando hasta el extremo de violarlas? Claro que no. Era inconcebible. Nadie se hubier atrevido. Hubiera sido una autentica locura. Y, sin embargo… Tirando de la cuerda que le rodeaba las munecas recordo que era su prisionera.
Se habian atrevido a llegar hasta aquel extremo. Habian emprendido un proyecto inconcebible y, hasta ahora, se habian salido con la suya. La habian amarrado y la habian dejado impotente e indefensa, lejos de cualquier posibilidad de ayuda o rescate, totalmente apartada de su mundo de amigos y del mundo de la ley.
Puesto que habian osado ir tan lejos, era posible que estuvieran lo suficientemente desequilibrados como para seguir adelante. Su cerebro era un mar de confusion que oscilaba entre la esperanza y el optimismo y la desesperacion y la impotencia.
?Que debia haber ocurrido en su tribunal fingido? ?Cual habria sido el veredicto pronunciado? Llego a la conclusion de que prevaleceria la cordura. Era indudable que habian decidido mantener con ella una nueva conversacion al dia siguiente y, caso de que sus palabras no consiguieran convencerla, la narcotizarian, le vendarian de nuevo los ojos y, finalmente, la dejarian en libertad sin causarle el menor dano.
Era necesario que hiciera acopio de fuerza, para el dia siguiente. Intentarian engatusarla. Le suplicarian. La amenazarian incluso.
Pero, si ella se mostraba inflexible y conseguia inspirarles sentimientos de verguenza y culpabilidad, triunfaria y ganaria la partida y se veria libre de aquella empresa de locos.
Cuando la soltaran y pudiera contarlo, ?quien se creeria aquella fantastica historia? La casa estaba tan silenciosa como un deposito de cadaveres.
Gracias a Dios estaban durmiendo y descansando con vistas a la confrontacion de la manana siguiente.
Ella tambien necesitaba dormir, conservar las fuerzas al objeto de poder convencerles, desbaratar sus maniobras y derrotarles cuando amaneciera.
En el dormitorio habian dejado una lampara encendida y ella penso que ojala hubieran apagado aquel resplandor amarillento permitiendole gozar asi de una absoluta oscuridad. Sin embargo, tenia que dormir, tenia que esforzarse por conseguirlo y manana seria otro dia.
Pero se interpuso algo y, transcurridos unos segundos, comprobo que no se trataba de figuraciones suyas sino de algo real que su agudo sentido del oido habia conseguido captar.
Dirigio el rostro hacia el techo para que le quedaran al descubierto las dos orejas y escucho.
El sonido era ahora mas preciso, el pavimento de fuera del dormitorio, crujia y crujia, alguien lo estaba pisando y se iba acercando cada vez mas.
Abrio los ojos. El corazon le dio un vuelco y empezo a latirle con fuerza. Mas alla de los pies de la cama pudo ver que giraba la manija de la puerta. De repente se abrio la puerta y su hueco lo ocupo una elevada figura medio perdida en la oscuridad.
La figura entro, cerro suavemente la puerta tras si, corrio el pestillo y avanzo hacia la cama.
El corazon dejo de latirle y la miro como hipnotizada. Se acerco al circulo de luz amarillenta y Sharon vio que era… Dios mio… el Malo, el peor de todos ellos. Iba desnudo de cintura para arriba, tenia el torso velloso e iba descalzo. Era alto y delgado y muy musculoso, y se le veian las costillas.
Se quedo de pie junto a ella, con su cabello negro enmaranado, su estrecha frente, sus pequenos y penetrantes ojos y el bigote que a duras penas le cubria el fino labio superior. Le vio fruncir los labios y el corazon empezo de nuevo a latirle con fuerza.
– No conseguia dormir, carino -le dijo en voz baja-. Ahora veo que eramos dos los que no lo conseguiamos. Los demas estan durmiendo como troncos. O sea, que solo estamos tu y yo.
Ella contuvo el aliento y guardo silencio. Advirtio que olia a whisky barato. Era asqueroso.
– Bueno, carino, ?has cambiado de idea? -le pregunto en voz baja.
– ?Sobre que? -pregunto ella con voz temblorosa.
– Ya lo sabes. Sobre lo de colaborar. Por tu bien.
– No -murmuro ella-, no. Ni ahora, ni manana ni nunca. Por favor, vayase y dejeme.
Los finos labios seguian fruncidos.
– Tengo la impresion de que no seria muy caballeroso dejar sola a una invitada en el transcurso de la primera noche estando ella tan inquieta. Me parecio que te apeteceria que te acompanara alguien la primera noche.
– No quiero a nadie ni ahora ni nunca. Quiero estar sola y dormir. Procuremos dormir y ya hablaremos de ello manana.
– Ya estamos a manana, carino.
– Dejeme en paz -dijo ella levantando la voz-. Salga.
– ?Conque asi estamos todavia, aun no se nos han bajado los humos? -dijo el-. Bueno, carino, sera mejor que te diga que no tengo tanta paciencia como mis companeros. Te dare otra oportunidad de ser razonable por tu propio bien. -Sus ojos de abalorio le recorrieron el rostro, la blusa, la falda y volvieron a posarse en el rostro-. Sera mejor que lo pienses, y veras que soy muy carinoso.
– ?Larguese, maldita sea!
– A menos que me traten mal. Conque, si no vas a ser amable, lamentare tener…
Sucedio todo con tanta rapidez que ella no pudo reaccionar.
Se metio la mano en el bolsillo, exhibio algo blanco y, antes de que ella pudiera gritar, le cubrio la boca con un panuelo ahogandole la voz en la garganta.
Los dedos del hombre trabajaron con celeridad y la banda de tela se fue hundiendo en su boca, ahogandola y lastimandola mientras el le anudaba estrechamente el panuelo sobre la nuca.
Agito la cabeza de un lado a otro, procuro articular palabras de protesta y suplica, pedir socorro, pero estaba amordazada, y muda.
El Malo se irguio satisfecho de su labor.
– Creo que tendre que hacer las cosas a mi modo. Si, creo que tendre que hacer amistad contigo a mi manera. Porque me siento amistoso, nena, francamente amistoso.
Esta noche has tenido una oportunidad y la has desaprovechado. Tengo que darte una leccion. Tienes que enterarte de que siempre hablo en serio. -Se callo y observo que sus labios pugnaban por librarse de la mordaza. Se inclino y se la ajusto para que se le hundiera con mas fuerza entre las mandibulas.
Despues retrocedio-.
Asi. No quisiera que despertaras a mis amigos, ?sabes? Seria una desconsideracion por mi parte, ?no crees? - Puso los brazos en jarras y la miro sonriendo-. Lastima que me hayas obligado a amordazarte.
Porque dentro de media hora me hubiera gustado oirte pedirme mas. Puedes creerme, carino, te va a encantar, te va a encantar como no te imaginas.
Mira, carino, enterate bien. No es que seas precisamente una virgen; por consiguiente, no voy a hacerte nada que no te hayan hecho cientos de veces, ?verdad? Tal vez debiera darte una segunda oportunidad de colaborar, aunque no suelo hacerlo.
Si me demuestras que estas dispuesta a colaborar, sere muy bueno contigo y hasta te quitare la mordaza ahora mismo. Y, cuando hayamos terminado, no les dire nada a los demas.
Tu colaboras conmigo esta noche y durante algunos dias y no les diremos nada a los demas, no les contaremos nada y no te molestaran. Fingiremos que no ha sucedido nada. ?Que te parece? Nos divertiremos en secreto y entonces te garantizo que te soltaran. ?Que dices a eso?
Estaba ciega de temor y rabia. Jamas se hubiera imaginado que a ella, a Sharon Fields, pudiera sucederle
