con el. Aun cuando habia estado tan esceptico acerca del proyecto, tan lleno de dudas, Randall queria dudar ahora del enemigo del proyecto. Pero no podia. Hubo algo en el tono de voz de De Vroome, cuando le hablo en el ascensor, que le indicaba que por fin estaba a punto de saber la verdad.

Se hundio en el sillon de terciopelo cafe, todavia sin decir palabra. No le quito los ojos de encima al dominee De Vroome. El clerigo le habia preguntado si deseaba que subieran a la habitacion algun bocadillo, unos hors d'oeuvres. Le habia recomendado el caviar Beluga o el prosciutto di Parma. Randall habia negado con la cabeza, incredulo ante la naturalidad de su anfitrion.

– Entonces un trago -dijo el dominee De Vroome-; seguramente apetecera un trago.

El clerigo habia caminado silenciosamente sobre los tapetes orientales hacia lo que resulto ser un refrigerador con puerta de madera que estaba entre la chimenea de marmol y el antiguo escritorio de caoba. Examino las botellas que estaban en la bandeja que habia encima del pequeno refrigerador.

Todavia dando la espalda a Randall, pregunto:

– ?Que desea beber, senor Randall? Yo me servire un conac y agua.

– Escoces con hielo, por favor.

– Muy bien.

Mientras preparaba las bebidas, De Vroome continuo hablando:

– La mayoria del personal que colabora en la produccion del Nuevo Testamento Internacional (si, senor Randall, ahora ya se cual es el nombre) es gente decente; hombres profundamente espirituales, como usted lo ha senalado. Ellos creen en la esencia de la Palabra, al igual que yo. Pero estan tan ansiosos por contemplar una renovacion de la fe universal que se han sometido a quienes habrian de manipularlos. Ellos mismos se han dejado cegar por esos comerciantes de la religion, hambrientos de poder; aquellos que utilizarian cualquier recurso con tal de sobrevivir. -Hizo una pausa-. Aun la falsificacion.

De Vroome se alejo lentamente del bar empotrado, llevando un vaso en cada mano.

– No abrigue dudas, senor Randall. Usted ha estado sobre la pista correcta. Existe un falsificador y nosotros lo hemos escuchado. Lo hemos visto.

Llego hasta la pequena mesa de madera color oscuro, coloco frente a Randall el vaso con escoces y se sento comodamente en el sofa color cafe mas cercano a Randall.

Levanto su copa y, con una intencionada sonrisa, hizo un brindis.

– Por la verdad -propuso el reverendo.

Sorbio su conac, dandose cuenta de que Randall no habia tocado su vaso y asintiendo comprensivamente.

Dejo su copa sobre la mesa, se cubrio las piernas con su sotana negra y se encaro a Randall directamente.

– Los hechos -dijo-. ?Como fue que localizamos al falsificador? No teniamos manera de localizarlo, a pesar de que estabamos seguros de que existia o habia existido. No, nosotros no lo encontramos. El nos encontro a nosotros. El senuelo fue, impensadamente, la serie de articulos de Cedric Plummer acerca del cisma que hay dentro de las Iglesias cristianas, de mis esfuerzos en favor de la Reforma, de los preparativos de la jerarquia ortodoxa para sostenerse con la publicacion de un Nuevo Testamento, drasticamente revisado, basado en algun nuevo descubrimiento secreto en Italia. Los articulos del senor Plummer, como usted sabe, se difundieron internacionalmente, y uno de los principales diarios que publicaron una traduccion fue Il Messaggero, el periodico de gran circulacion aqui en Roma.

Hasta ahora todo parecia ser verdadero, penso Randall. No hacia mas de una hora que el doctor Venturi le habia mencionado haber leido los articulos de Plummer en Il Messaggero.

– Como usted podra imaginarse -continuo el dominee De Vroome-, el senor Plummer recibio una cantidad considerable de cartas de los lectores en respuesta a su sensacional serie. Una de estas cartas, escrita a mano y en papel corriente fue remitida al senor Plummer a cargo del diario romano, el cual a su vez la envio, junto con otras cartas, al diario del senor Plummer, el London Daily Courier. El director del periodico de Plummer en Londres automaticamente envio el paquete por correo una vez mas, dirigido al hotel de Plummer en Amsterdam. Si bien es cierto que nuestro amigo y periodista britanico puede tener muchos defectos, la falta de respeto por su publico lector no es uno de ellos. Siguiendo su costumbre, Plummer leyo cada una de las cartas que iban dirigidas a el… y una en particular, con el matasellos de Roma, la leyo y la releyo varias veces, antes de llevarmela a la Westerkerk. Esa carta especial (y altamente estimulante) estaba escrita por un caballero que se presentaba a si mismo como un frances que habia residido durante muchos anos en Roma en calidad de expatriado. No firmaba la carta con su nombre verdadero, sino con un seudonimo divertido y autodeprecativo. Firmaba… Duca Minimo. ?Conoce usted la lengua italiana, senor Randall?

– No la conozco -dijo Randall.

– Duca Minimo, en italiano, quiere decir Duque Minimo, o sea, insignificante. Un refinado contrapunto del contenido de la carta que si era algo. Debo anadir que el remitente no indicaba a Plummer su domicilio, excepcion hecha del Yermo Posta, Posta Centrale, Roma… Lista de Correos en la oficina central de correos en Roma. Ahora bien, pasemos al contenido de la carta… -El dominee De Vroome tomo otro sorbo de conac antes de proseguir-:…que parecia demasiado atractivo para ser cierto. Este expatriado frances residente en Roma escribio diciendo que habia leido los articulos de Plummer con gran interes. Esas fueron sus palabras. Gran interes, en verdad. Una proposicion en la que ciertamente no se decia todo. En su carta, prosiguio diciendo que esta nueva Biblia (el Nuevo Testamento Internacional, segun creia el que seria llamada) estaba basada en una excavacion realizada por el arqueologo italiano, profesor Augusto Monti, de la Universidad de Roma, en el perimetro del antiguo pueblo de Ostia Antica, hacia unos seis anos. La excavacion habia producido un extraordinario descubrimiento, un nuevo evangelio escrito en arameo por Santiago el Justo, hermano de Jesus, y que se suponia de fecha anterior a cualquier otro evangelio dentro de los canones existentes. Junto con este nuevo quinto evangelio, Monti habia descubierto, ademas, los restos de un antiguo pergamino oficial enviado de Jerusalen a Roma, un documento que contenia un breve relato del juicio de Jesus. En base a este hallazgo, escribio el Duca Minimo, el Nuevo Testamento Internacional estaba siendo producido. Pero, segun escribio el que se firmaba como Duca Minimo, todos los fundamentos para la nueva Biblia eran una gran mentira; el descubrimiento de Monti no era mas que una falsificacion cuidadosa y doctamente urdida que habia tomado varios anos de preparacion. El nuevo hallazgo era un fraude, y el Duca lo sabia porque el mismo habia sido el falsificador. Estaba orgulloso de poder decir que la aceptacion y autenticacion de los documentos lo colocaban en el rango principal de falsificadores literarios, sobrepasando todo lo realizado en el pasado por Ireland, Chatterton, Psalmanazer o Wise.

La mirada del dominee De Vroome busco alguna reaccion en Randall, pero no la hubo.

– Nuestro remitente es un docto caballero. Eso es lo menos que podemos decir -anadio De Vroome.

Absorto como estaba, Randall se contuvo para escuchar lo que vendria despues.

– Para concluir con el contenido de la carta -prosiguio De Vroome-, este expatriado frances le dijo a Plummer que estaba dispuesto a revelar toda su participacion en el fraude y hacer publica la falsificacion la noche de la aparicion de la nueva Biblia. Agrego que si Plummer deseaba conocer los detalles del engano y que si queria saber el precio que el pondria a las pruebas irrefutables de su maniobra, estaba dispuesto a reunirse con Plummer y negociar en un terreno neutral. Para esta junta preliminar, estaba preparado para recibir a Plummer, si iba solo, en una fecha determinada y en cierto lugar en Paris, siempre y cuando Plummer le enviara el importe de un boleto de avion de Roma a Paris, ida y vuelta, asi como una pequena cantidad de dinero para alimentos y para hospedaje por una noche. Esa, senor Randall, era la carta que Cedric Plummer me mostro.

Por fin levanto Randall su vaso de escoces. Ya lo necesitaba.

– Y, ?creyo usted lo que decia esa carta? -pregunto Randall.

– Al principio no; por supuesto que no. La Tierra esta llena de chiflados religiosos. Ordinariamente, yo habria ignorado semejante carta. Sin embargo, mientras mas la estudiaba, mas veia yo la posibilidad de que su autor pudiera estar diciendo la verdad. Yo creo que habia una cierta evidencia en el contenido de la carta que le daba un aspecto de veracidad. El remitente hablaba del descubrimiento del profesor Monti cerca de Ostia Antica. Hasta entonces, nosotros conociamos el papel que habia desempenado Monti, pero el sitio exacto de su descubrimiento habia sido mantenido en riguroso secreto dentro de Resurreccion Dos. Todos los que estabamos afuera sabiamos que se habia realizado en Italia un descubrimiento que tenia que ver con la nueva Biblia, pero ninguno de nosotros, incluyendome yo, sabia de la ubicacion precisa del hallazgo. Eso me parecio impresionante, y era algo que podia verificarse y que yo comprobe de inmediato, a traves de ciertos colaboradores que tengo aqui en Roma. En cuanto

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