Era muy alto el precio de la libertad, pero cuando me desperte en el hospital militar pense que habia valido la pena, pero cuando me habia cicatrizado y habia yo aprendido a caminar con una primitiva pierna artificial de madera, tuvo lugar el Armisticio y luego vino la paz, y la guerra habia terminado. Yo era un hombre joven. Mi nueva vida estaba a punto de comenzar. Junto con otros seiscientos sobrevivientes de la Fuerza Expedicionaria de la Isla del Diablo, yo celebre el retorno a Paris, donde ibamos a aguardar la proclamacion de nuestra amnistia. A nuestro arribo, nos hicieron marchar a la Prision Sante. La permanencia en la prision era inesperada, y yo envie por mi cura (Pere Paquin habia fungido como capellan del Ejercito en un puesto de mando tras las lineas) y le pregunte que estaba sucediendo. Me bendijo y me agradecio mi sacrificio, y hasta me abrazo como a un hijo, asegurandome, en el nombre del Salvador, que la Prision Sante representaba solo un acuartelamiento temporal previo a nuestra liberacion… que se nos concederia la libertad dentro de esa misma semana. Me senti tan aliviado que llore de alegria. Transcurrio una semana y, de repente, una manana, nuestros viejos guardianes corsos de la Guayana Francesa, reforzados por incontables nuevos guardias, con rifles y bayonetas caladas, entraron a la Prision Sante, nos rodearon, nos embutieron como manada en trenes y nos transportaron a Marsella. Alli, nos arrojaron uniformes de prision y se nos informo que, por razones de seguridad nacional, debiamos ser devueltos a le bagne, la colonia de convictos en la Guayana, para purgar nuestras sentencias. Era imposible amotinarse. Habia demasiados fusiles apuntando a nuestras cabezas. Alcance a vislumbrar al padre Paquin. Le grite, pero el no me ofrecio compasion alguna. Simplemente se encogio de hombros. Y recuerdo lo ultimo que hice antes de que subieramos a bordo del barco de convictos. Le mostre el puno y le grite: «?Fumier et ordure (estiercol y basura) sobre la Iglesia! ?A la merde con Cristo! ?Ya me vengare!»

Randall sacudio incredulamente la cabeza.

– ?Realmente ocurrio eso?

– Ocurrio. Si, ocurrio. Hoy dia esta registrado en los archivos del Ministerio de Justicia o del Ministerio de la Defensa Nacional en Paris. Y asi pues, regresamos a los mosquitos, las garrapatas, las hormigas, el calor, las cienagas, los trabajos forzados, los azotes, la brutalidad de la Isla del Diablo y de la Guayana. A esas alturas, yo ya tenia una mejor razon para vivir, para sobrevivir. No hay motivacion mas fuerte para un mortal que la venganza. Yo me vengaria. ?Del frio y cruel Gobierno? ?Del mentiroso y traidor clerigo? No; me vengaria de todo el engano de la religion (el verdadero enemigo de la vida… la droga, el opio que oprime), con todas sus charlatanerias acerca de un amoroso Salvador. Mi fe estaba tan destrozada y mutilada como mi cuerpo. Y fue mientras todavia iba a bordo del buque de convictos que nos desembarco en St. Laurent-du-Maroni que concebi mi golpe maestro… el golpe de gracia contra todos los promotores de Cristo… mi engano que corresponderia al engano que la jerarquia eclesiastica cometio en mi contra. Concebi, en su forma rudimentaria, el Evangelio segun Santiago y el Pergamino de Petronio. Desde 1918, ano en que fui devuelto a la colonia penal de la Guayana, hasta 1953, cuando el penal fue clausurado y abandonado por el Comite Frances de Liquidacion en virtud de la mala reputacion que las condiciones de ese lugar le estaban ocasionando a Francia en todo el mundo, me la pase haciendo los cuidadosos preparativos para mi golpe.

Horrorizado y con animo suspendido, aunque sus sentimientos eran de compasion y simpatia, Randall continuo escuchando al anciano.

Prisionero ejemplar, a Lebrun le habia sido concedida mayor libertad de movimientos que a los otros. Mediante el tallado de cocos y chucherias de fantasia y la preparacion de imitaciones de rollos de pergamino para regalo que vendia en Cayena, mediante algunos robos menores, mediante la falsificacion de manuscritos medievales (que enviaba por correo a Paris a traves de un guardia que se quedaba con el treinta por ciento de comision), que eran vendidos a negociantes por conducto de sus amigos criminales, Lebrun se hizo de dinero para adquirir mas libros de referencia acerca de la religion. Ademas, pudo comprar materiales para falsificar billetes de Banco, los mismos que vendia a precios de descuento y que le proporcionaban ingresos adicionales para adquirir libros aun mas costosos para realizar investigaciones acerca de su proyecto.

Durante los treinta y cinco anos de su segundo encarcelamiento, Lebrun se habia convertido en un gran experto acerca de Jesus, del Nuevo Testamento, del arameo y el griego, y de los papiros y los pergaminos. En 1949, gracias a su buen historial, su condicion cambio de relegue (condenado a cadena perpetua) a libere (liberado); es decir, que ya no tenia que permanecer dentro de la propia prision sino que podia andar por los alrededores de la colonia penal. Al cambiar su uniforme listado de prisionero por la tosca indumentaria azul oscura del libere, Lebrun se mudo a una casucha a orillas del rio Maroni, a corta distancia de St. Laurent, y continuo sosteniendose con la confeccion de chucherias y la falsificacion de manuscritos. En 1953, cuando la colonia penal de la Guayana fue clausurada, los relegues fueron enviados de regreso a Francia para seguir purgando sus sentencias en prisiones federales, y Lebrun, junto con otros liberes, fue devuelto a Marsella a bordo del barco Athesli y al fin puesto en libertad sobre suelo frances.

Fijando su hogar en Paris una vez mas, Lebrun reanudo sus falsificaciones clandestinas de billetes de Banco y de pasaportes para obtener dinero con el cual sostenerse y adquirir los costosos materiales requeridos para perpetrar su largamente urdido fraude. Cuando estuvo preparado, le volvio la espalda a Francia para siempre. Luego de contrabandear a Italia un baul repleto de materiales para falsificacion, el mismo entro al pais, busco alojamiento en Roma y comenzo a crear su temible falsificacion biblica.

– Pero, ?como pudo siquiera ocurrirsele la posibilidad de enganar a los estudiosos y a los teologos? -quiso saber Randall-. Puedo comprender que usted llegara a aprender suficiente griego, pero me han dicho que el arameo es verdaderamente dificil, ademas de ser una lengua extinta…

– No del todo extinta -dijo Lebrun con una sonrisa-. Una cierta forma de arameo se habla aun hoy dia entre musulmanes y cristianos en una zona fronteriza de Kurdistan. En cuanto a que el arameo sea, como usted dice, verdaderamente dificil… pues lo es, lo era, pero consagre cuatro decadas de mi vida a estudiarlo, mucho mas tiempo del que jamas dedique a aprender los refinamientos de mi natal frances. Estudiaba las publicaciones academicas de filologia, etimologia y linguistica, en las cuales aparecian articulos tecnicos escritos por las principales autoridades, desde el abad Petropoulos, de Simopetra, hasta el doctor Jeffries, de Oxford. Estudie libros de texto, como el del aleman Franz Rosenthal, Gramatica del arameo biblico, que encontre en Wiesbaden. Y lo mas importante de todo es que consegui y estudie, en reproducciones (habiendolas copiado a mano cientos de veces para que pudiera yo escribir el lenguaje con facilidad) los antiguos manuscritos arameos del Libro de Enoch, el Testamento de Levi y los Apocrifos del Genesis, todos los cuales existen hoy en dia. Es una lengua dificil, en verdad, pero con aplicacion la domine.

Impresionado, Randall queria saber mas.

– Monsieur Lebrun, la autenticidad del papiro es lo que mas me intriga. ?Como pudo usted manufacturar papiro que pudiera pasar nuestras complicadas pruebas cientificas?

– No intentando manufacturarlo -dijo Lebrun simplemente-. Tratar de reproducir papel antiguo habria sido temerario. En realidad, el papiro y tambien el pergamino fueron los elementos menos dificultosos de la falsificacion. Quiza los mas peligrosos, pero los mas sencillos. Como usted sabe, senor Randall, yo habia sido no solo falsificador sino tambien ladron. Mis amigos del bajo mundo eran criminales y ladrones. Juntos, durante un lapso de dos anos, adquirimos los antiguos materiales para escritura. A traves de mis estudios, yo conocia la ubicacion de todos los rollos y los codices catalogados del siglo i, al igual que la de los descubrimientos que todavia estaban fuera de catalogo. Conocia los museos privados y publicos donde se guardaban o exhibian, y conocia tambien a los millonarios coleccionistas privados. Muchos rollos estan en blanco al principio o al final, asi como muchos codices tienen hojas sin usar, y eso fue lo que yo robe.

La audacia del hombre asombraba a Randall.

– ?Puede usted ser mas especifico? Quiero decir, ?cuales colecciones… donde?

Lebrun sacudio la cabeza.

– Prefiero no decirle a usted los sitios exactos de los cuales sustraje el papiro y la vitela, pero no tengo inconveniente en hablarle de las colecciones que nosotros… examinamos, algunas de las cuales eventualmente visitamos de nuevo con intenciones mas serias. Fuimos a la Biblioteca del Vaticano y al Museo de Turin, en Italia; a la Bibliotheque Nationale, en Francia; a la Oesterreichische Nationalbibliothek, en Austria; a la Biblioteca Bodmer, cerca de Ginebra, en Suiza; y a numerosos repositorios en la Gran Bretana. Entre estos ultimos estaban la Coleccion Beatty, en Dublin; la Biblioteca Rylands, en Manchester; y el Museo Britanico, en Londres.

– ?En realidad cometio usted robos en esos lugares?

Lebrun se compuso la ropa.

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