monjes hacian para las biblias impresas a mano. Uso un tipo de letra gotica que los alemanes llamamos
Despues de traspasar las barreras de seguridad (Randall habia recordado llevar consigo su tarjeta roja), ambos penetraron en la enorme y ruidosa sala de las prensas y ascendieron por una escalera metalica en espiral que los condujo a una
– Lo que ve usted aqui son dos maquinas alimentadas por hojas, para impresion directa, y en el otro extremo hay dos rotativas, que son mas rapidas. Las paginas que estan imprimiendo ahora son para la edicion limitada, la del Pulpito. Al salir de aqui, los pliegos se doblan y se encuadernan. Las portadas o cubiertas ya estan listas para la encuadernacion, asi que los pliegos se acomodan, se encuadernan y luego se envian a los almacenes para su distribucion. Los libros terminados se embarcan a Nueva York, Londres, Paris, Munich, Milan, y estaran listos para ser distribuidos cuando usted anuncie publicamente el descubrimiento y la nueva Biblia.
Hennig miro de soslayo hacia abajo y saludo jovialmente a varios trabajadores ya mayores; ellos levantaron la vista y le devolvieron el saludo afablemente. Hennig manifesto su satisfaccion.
– Mis operarios veteranos, los mas dignos de confianza -dijo orgullosamente-. Las dos prensas que hay aqui debajo estan imprimiendo la version inglesa. Las otras dos imprimen la francesa. En el ala contigua del edificio, estan produciendo lo ultimo de las ediciones alemana e italiana.
A Randall se le ocurrio un problema de logistica y decidio plantearlo.
– Karl, despues de toda la publicidad que haremos en tres o cuatro semanas, habra millones de personas exigiendo ejemplares del Nuevo Testamento Internacional. Si usted, al igual que otros impresores, va a producir una edicion diferente para el publico en general, ?como podran hacersela llegar en grandes cantidades cuando la demanda sea alta?
Salieron de la
Se habian encaminado por el corredor que conducia a la salida, cuando se interpuso un guardia que hablo agitadamente con Hennig a media voz.
– Disculpeme -dijo Hennig a Randall-. Un pequeno problema. En seguida vuelvo.
Randall empleo el intervalo en buscar el sanitario para hombres. Dentro habia dos urinarios, uno de ellos ocupado por un oficinista. Randall ocupo el otro. Mientras estaba alli parado advirtio asombrado una tosca caricatura de Hennig en la blanca pared, encima de los mingitorios. Hennig estaba desnudo, con un pene en lugar de la cabeza y dos bolsas de oro en las manos, mientras aplastaba con una de las botas la cabeza de un obrero. Junto a la caricatura habia un lema claramente apasionado:
Randall echo una mirada al oficinista que estaba junto a el, quien se estaba cerrando la bragueta.
– ?Habla usted ingles? -le pregunto.
Randall senalo la frase.
– ?Que quiere decir eso?
El empleado parecia dubitativo.
– No es muy amable…
– Digalo de todos modos.
– Dice: «Hennig es un cochino explotador de los pobres y los obreros.»
Molesto, Randall salio del sanitario y camino por el corredor en busca de su anfitrion. Encontro a Hennig a la vuelta de una esquina; a un Hennig severo, con las manos en las caderas, mirando torvamente como un pintor cubria con pintura una caricatura y una frase de protesta semejantes a las que Randall viera en el sanitario para hombres.
Hennig recibio a Randall friamente.
– Usted ya sabe que algo anda mal, ?eh?
– Acabo de ver el mismo dibujo y las mismas palabras en el sanitario.
– Y seguramente vio tambien como se comportaban los obreros jovenes conmigo.
– No pude evitarlo, Karl. Tambien oi cosas.
– ?Asi que tambien oyo?
– Yo no pienso nada -dijo Randall-. Simplemente no entiendo lo que ocurre.
– Yo se lo explicare -dijo Hennig malhumorado-. Vamonos. Tengo reservada una mesa para comer en el restaurante del «Hotel Mainzer Hof». No quiero que lleguemos tarde. Alguien nos estara esperando.
Una vez fuera, frente al taller, Hennig se detuvo.
– Son solo seis manzanas. Una pequena caminata. Si esta usted cansado, podemos tomar un auto.
– Podemos caminar.
– Mejor, porque quiero explicarle lo que ha visto. Esto es entre nosotros. Por favor, apague primero su grabadora.
Cuidadosamente, Randall empujo la palanquita de la grabadora y se puso al lado del impresor aleman. Caminaron en silencio media manzana. Hennig saco un gran panuelo del bolsillo, tosio, expectoro en el y se lo volvio a guardar en el bolsillo.
– Pues bien, le voy a explicar -dijo con voz cascajosa-. Yo siempre he sido, a mi manera (y no lo oculto), un patron duro. Era necesario para sobrevivir en la Alemania de la posguerra. La contienda nos habia devastado. Era la supervivencia de los mejor dotados. El lenguaje de la supervivencia es el dinero, dinero en metalico, montones de dinero. Me dedique a imprimir Biblias solo porque habia mucha demanda, un gran mercado. Habia riqueza en este ramo, mucha riqueza. Las Biblias de lujo proporcionaban grandes ganancias. Asi fue como me hice famoso a nivel de impresor de libros religiosos de calidad. Despues sucedio algo.
Quedo brevemente ensimismado, y continuaron caminando en silencio.