haciendole senas para que entrara.

Al ver al grupo reunido en un circulo cerrado alrededor de la mesa de conferencias, Randall se percato de que su intuicion no lo habia enganado. Algo andaba definitivamente mal.

Bajo una nube de humo estaban sentados los editores (Deichhardt, Wheeler, Gayda, Young, Fontaine), y entre ellos estaba la silla vacia de Heldering, y otra silla, supuestamente reservada para el propio Randall. Habia otra persona en la sala. En una esquina, con una libreta de taquigrafia y un lapiz sobre su regazo, se encontraba sentada Naomi Dunn. Las caras que ya le eran conocidas reflejaban la individualidad de cada quien, aunque ahora se veian extranamente parecidas; todas tenian la misma expresion. Se veian profundamente preocupadas.

Wheeler fue el primero en hablar.

– ?En donde diablos ha estado, Steven? -dijo malhumoradamente-. Olvidelo. -Con un ademan impaciente senalo a Randall la silla que estaba vacante entre Deichhardt y el mismo-. Convocamos a esta junta de emergencia hace media hora. Necesitamos su ayuda.

Torpemente, Randall tomo su lugar, mientras observaba a Heldering cerrar la puerta con el pasador y volver a su asiento. Puesto que la mayoria fumaba cigarrillos o puros, Randall busco nerviosamente su pipa.

– Bien -dijo-, ?que sucede?

Escucho que la voz gutural del doctor Deichhardt le respondia.

– Senor Randall, para que estemos de acuerdo acerca de un punto… -Deichhardt revolvio varios papeles que estaban frente a el sobre la mesa y levanto una hoja de papel oficio color de rosa-. Este es el memorandum confidencial que nos envio usted esta manana, ?no es verdad?

Randall echo un vistazo al papel.

– Asi es. El mensaje mediante el cual yo propongo que hagamos el anuncio del Nuevo Testamento Internacional desde un estrado colocado en el gran salon de ceremonias del Palacio Real de los Paises Bajos, y que transmitamos nuestro anuncio y la subsecuente conferencia de Prensa por el Intelsat. Hemos logrado los acuerdos para proceder, si ustedes estan dispuestos.

– Claro que estamos dispuestos; eso es unanime -«lijo el doctor Deichhardt-. Es una idea brillante y digna de nuestro proyecto.

– Gracias -dijo Randall cautelosamente, aun ignorando cual era el problema.

– Ahora bien, con respecto a este memorandum… -susurro el doctor Deichhardt-. ?A que hora lo envio esta manana?

Randall trato de recordar la hora.

– Aproximadamente… yo diria que aproximadamente a las diez de la manana.

El doctor Deichhardt saco del bolsillo de su chaleco un pesado reloj de oro, y lo abrio.

– Ahora son casi las cuatro de la tarde. Asi que… -Sus ojos se encontraron con los de los otros que estaban a la mesa-. Asi que el memorandum confidencial fue enviado hace seis horas. Muy interesante.

– Steven -Wheeler asio a Randall del brazo para que le prestara atencion-. ?Cuantas copias del comunicado fueron distribuidas?

– ?Cuantas? Pues creo que diecinueve.

– ?A quienes se las envio? -inquirio Wheeler.

– Bueno, no tengo la lista a mano. Pero a todos los aqui presentes…

– Somos solo siete -dijo Wheeler-. ?Que hay con las otras doce copias?

– Dejeme pensar…

En ese instante hablo Naomi:

– Yo tengo la lista. La recogi por si acaso ustedes quisieran los nombres.

– Leala -dijo Wheeler-; los nombres de los que no estan presentes en esta sala.

Leyendo de una hoja de papel, Naomi pronuncio los nombres:

– Jeffries, Riccardi, Sobrier, Trautmann, Zachery, Kremer, Groat, O'Neal, Cunningham, Alexander, De Boer, Taylor. Doce mas siete presentes, suman 19 en total.

Sir Trevor Young sacudio la cabeza.

– Increible. El personal con el mas alto grado de seguridad. Senor Randall, ?no habremos pasado por alto a alguien? ?Transmitio usted oralmente la informacion del memorandum a alguna otra persona?

– ?Oralmente? -Randall fruncio el ceno-. Bueno, claro. Lori Cook, siendo mi secretaria, sabia que estabamos gestionando los permisos del palacio real y el Intelsat, pero, por supuesto, ella nunca vio el memorandum. Ah, si, tambien se lo mencione a Angela Monti, que se encuentra aqui en representacion de su padre…

El doctor Deichhardt, asomandose a traves de sus anteojos sin arillos, pregunto al inspector Heldering:

– ?Se certifico la seguridad total de la senorita Monti?

– Completamente -respondio el inspector-. No hay problema. Todos los que han sido nombrados aqui han sido investigados y son dignos de toda la confianza.

– Y tambien estoy yo -dijo Randall suavemente-. Aunque… yo redacte el memorandum.

El doctor Deichhardt emitio un grunido.

– Veintiuno, exceptuando a la senorita Cook, que esta en el hospital -dijo-. Son veintiuna personas, y nadie mas, las que han leido o escuchado el contenido de este mensaje confidencial. Y todos son dignos de confianza. Estoy desconcertado.

– ?Por que? -pregunto Randall un poco irritado.

El doctor Deichhardt tamborileaba con los dedos sobre la mesa.

– Por el hecho, senor Randall, de que precisamente tres horas despues de que usted envio el memorandum confidencial, esta manana, el contenido estaba en manos del reverendo… el dominee Maertin de Vroome, Hervormd Predikant… pastor de la Westerkerk, la cual forma parte de la Iglesia Reformista Holandesa. El es, ademas, el lider del MCRR… el Movimiento Cristiano Reformista Radical en todo el mundo.

Randall se enderezo sobre su silla, con los ojos bien abiertos. Estaba totalmente estupefacto.

– ?De Vroome… se apodero de nuestro memorandum confidencial?

– Exactamente -contesto el editor aleman.

– Pero, ?esto es imposible!

– Imposible o no, Steven, lo obtuvo -dijo Wheeler-. De Vroome se ha enterado del lugar, el sistema y la fecha del gran acontecimiento.

– ?Como sabe usted que el lo sabe? -inquirio Randall.

– Porque, asi como el reverendo De Vroome ha penetrado nuestra seguridad, nosotros hemos logrado abrirnos paso hacia la de el. Ahora tenemos un informador dentro del movimiento que se esta ostentando como…

El inspector Heldering se levanto de su silla meneando un dedo.

– Cuidado, cuidado, senor profesor.

El doctor Deichhardt asintio con la cabeza al jefe de seguridad del proyecto, y se dirigio nuevamente a Randall.

– Los detalles estan sobrando. Tenemos a alguien dentro del MCRR, y hace unas cuantas horas me llamo por telefono para informarse de los datos del mensaje confidencial que el propio De Vroome habia enviado a su jefatura. Me lo dicto por telefono. ?Desea verlo? Aqui esta.

Randall tomo la hoja de papel blanco de manos del editor aleman y la leyo cuidadosamente:

«Querido Hermano de la Causa:

»Le informo, confidencialmente, que el consorcio ortodoxo anunciara sus descubrimientos y la nueva Biblia desde la sala de ceremonias del palacio real de Amsterdam, y lo televisara a traves del satelite de comunicaciones Intelsat, el viernes 12 de julio. Los preparativos para este acontecimiento estan en marcha. Pronto se le informara a usted acerca de una junta que se llevara a cabo en la Westerkerk. Para entonces tendremos en nuestro poder un ejemplar de la edicion anticipada de esa Biblia. En dicha junta discutiremos nuestro propio anuncio ante la Prensa mundial, el mismo que daremos a conocer dos dias antes que ellos. Haremos algo mas que mitigar su propaganda. Los destruiremos y los acallaremos para siempre.

»En el nombre del Padre, del Hijo y del Futuro de Nuestra Fe,

»DOMINEE MAERTIN DE VROOME.»

Con mano temblorosa, Randall devolvio la hoja al doctor Deichhardt.

– ?Como se habra enterado? -Randall pregunto, casi para si mismo.

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