– Ese es el asunto -dijo Deichhardt.

– ?Y que es lo que van a hacer? -Randall quiso saber.

– Ese es el otro asunto -dijo el doctor Deichhardt-. En cuanto a este asunto, ya hemos decidido cual sera nuestro primera paso. Puesto que el reverendo De Vroome esta enterado de la fecha de nuestro anuncio, hemos resuelto anticiparla y guardar la nueva en secreto entre los aqui presentes (incluyendo a algunos mas, como Hennig) hasta el ultimo momento. Hemos modificado la fecha de la conferencia de Prensa del viernes 12 de julio, al lunes 8 de julio; cuatro dias antes. Usted podra, sin duda, hacer nuevos arreglos para las reservaciones del palacio real y la transmision via satelite.

Randall se movio intranquilamente en su silla.

– Eso no me preocupa. Se hara. Lo que me inquieta es la escasez de tiempo que afrontara mi departamento. Solo me estan dando dos semanas y tres dias, a partir de manana, para preparar la campana publicitaria mas completa y ambiciosa de nuestros tiempos. Yo no se si podra llevarse a cabo.

– Si uno es creyente, cualquier cosa puede hacerse -dijo el senor Gayda-. La fe mueve montanas.

– O para el no creyente -dijo el senor Fontaine, rompiendo su prolongado silencio-, una bonificacion o sobresueldo en efectivo podria servir como mejor incentivo que la fe.

– No necesito una bonificacion para mi o para mi personal -interrumpio Randall-. Necesito lo que aparentemente no me pueden dar… tiempo -encogio los hombros y prosiguio-: Esta bien, dos semanas y media.

– Excelente -dijo el doctor Deichhardt-. Otra de las razones por las cuales hemos adelantado nuestro anuncio, ademas de ganarle a De Vroome, es la de estrechar el lapso durante el cual algo podria salir mal. Otra fuga de informacion acerca de nuestro progreso podria ocurrir. Senor Randall, ya hemos notificado al senor Hennig acerca del cambio y de la necesidad de tener aqui algunos ejemplares encuadernados de la Biblia antes de la fecha prevista. El los entregara a tiempo, por lo que los miembros del personal de usted tendran la oportunidad adecuada para leer a Petronio y a Santiago y preparar su trabajo. Pero, al hacer esto, nos expondremos al peligro fundamental. Usted ha leido ya el mensaje del reverendo De Vroome. El ha prometido a sus seguidores que tendra en su poder un ejemplar de nuestro Nuevo Testamento Internacional, antes de que nosotros podamos hacerlo llegar al publico. Tal parece que De Vroome esta arrogantemente seguro de conseguirlo, y es evidente que el espera que el mismo traidor que le proporciono nuestro memorandum confidencial, pronto le entregara tambien nuestro Libro de Libros. Esto nos lleva a dos cuestiones. ?Como se apodero De Vroome del mensaje? Y, ?en que forma obtendra nuestra Biblia? En resumen, ?quien de nosotros es el traidor?

– Si, ?quien es el maldito Judas Iscariote en este edificio? -exclamo Wheeler-. ?Quien nos esta vendiendo a Satanas a cambio de treinta miserables monedas de plata?

– Y, ?como lo vamos a atrapar -dijo el doctor Deichhardt- antes de que ayude a destruirnos?

Randall miro alrededor de la mesa.

– ?Han surgido algunas ideas al respecto?

El inspector Heldering, que habia estado tomando apuntes en una libreta, levanto la cabeza.

– Yo he sugerido que empleemos el detector de mentiras con las veintiuna personas que recibieron el memorandum o se enteraron del mensaje.

– No, no -dijo firmemente el doctor Deichhardt-. Divulgaria demasiada informacion a demasiada gente; ademas, afectaria y desmoralizaria a todos aquellos que son leales.

– Pero, no todos son leales -insistio el inspector Heldering-. Evidentemente, alguien es desleal. No se me ocurre ninguna otra solucion.

– Debe haberla -dijo el doctor Deichhardt.

Randall escuchaba a medias, tratando de fijar una idea fugaz que habia cruzado por su mente. Su imaginacion habia despertado y su cerebro estaba trabajando. El mismo metodo mediante el cual habian sido traicionados podria utilizarse para atrapar al traidor. Mientras reflexionaba, ignoro las angustiadas voces que lo rodeaban, y su idea quedo consolidada en unos cuantos segundos, logica y segura.

De pronto, Randall interrumpio a los demas.

– Tengo una idea -dijo-. Podria funcionar. Es algo que podemos intentar de inmediato.

Todos callaron, y Randall sintio encima las miradas. Se levanto, restrego su pipa pensativamente, dio unos cuantos pasos atras de su silla y regreso a la mesa.

– Es casi demasiado simple, y no le encuentro ningun defecto -dijo, dirigiendose al grupo-. Escuchen ustedes. Supongamos que inventamos un segundo memorandum confidencial, una continuacion acerca de nuestros planes promocionales. El contenido no importa, pero debera aparentar que es parte basica de nuestra informacion acerca de la promocion que, logicamente, vendra inmediatamente despues del anuncio en el palacio real. Digamos que remitimos ese comunicado a las mismas personas que recibieron el anterior., bueno, no tendriamos que incluir a ninguno de los presentes, porque ya estarian enterados… pero enviaremos copias a todos los demas. Cada copia del nuevo memorandum sera exactamente igual que las demas, salvo por una palabra. En cada comunicado habra una palabra que no aparecera en los otros. Nosotros llevaremos un registro de cada persona a quien le enviemos el mensaje… y junto a su nombre anotaremos la palabra especial que aparecera unicamente en su copia. ?Me explico? Cuando se despachen las copias, la persona que nos esta traicionando pasara el mensaje, palabra por palabra, a De Vroome, ?no es verdad? Y el delator que tenemos en el cuartel general de De Vroome, al enterarse, lo informara directamente a ustedes. Puesto que ningun comunicado sera igual a los otros (debido al cambio de la palabra especial), buscaremos la clave del memorandum que De Vroome recibio y asi podremos descubrir a la persona que transmitio la informacion de su copia. De esta manera sabremos quien es el traidor.

Randall hizo una pausa para observar la reaccion del grupo.

– No esta mal, no esta nada mal -dijo Wheeler, francamente entusiasmado.

El doctor Deichhardt y varios de los otros parecian confusos.

– Quiero asegurarme de que he comprendido su plan -dijo el editor aleman-. ?Puede proporcionarnos algun ejemplo concreto?

La mente de Randall estaba alerta, creativa, y ya habia pensado en un enfoque especifico.

– Muy bien. Tomemos como ejemplo la Ultima Cena de Cristo. ?Cuantos discipulos estaban reunidos alli con El?

– Doce, por supuesto -dijo Sir Trevor Young-. Ya se sabe… Tomas, Mateo y todos los demas.

– De acuerdo, doce -dijo Randall-. Esto va a funcionar muy bien. Voy a hacer una lista con los doce nombres de los discipulos, los cuales haran juego con los nombres de las doce personas que trabajan en este proyecto y que estan enteradas del ultimo comunicado, o que lo recibieron. Como dije, no es necesario incluir a ninguno de los presentes en esta sala. Aqui estamos ocho, incluyendo a Naomi. Esto deja trece posibilidades. Restemos a Jessica Taylor, a quien necesito para preparar esto y de quien yo me hago responsable. Quedan doce nombres a quienes enviaremos el memorandum para ver quien se traga el anzuelo. Si ninguno de los doce nos traiciona, entonces el traidor tiene que ser Jessica o Naomi o yo o uno de ustedes. Pero estamos casi seguros de que alguno de los doce volvera a transmitir a De Vroome el contenido del mensaje… Naomi, por favor, leenos los nombres de los doce.

Naomi se puso de pie y leyo de su lista:

– El doctor Jeffries, el doctor Trautmann, el reverendo Zachery, monsenor Riccardi, el profesor Sobrier, el senor Groat, Albert Kremer, Angela Monti, Paddy O'Neal, Les Cunningham, Elwin Alexander, Helen de Boer.

A Randall se le ocurrio otra idea. El doctor Florian Knight acababa de llegar a Amsterdam. Considero la conveniencia de anadir el nombre de Knight, pero tuvo miedo. El joven caballero de Oxford, amargado como estaba por el proyecto que habia arruinado su propio libro, aun no podia ser admitido dentro de este juego. Sin embargo, si realmente representaba un riesgo considerable, deberia ser incluido. Con todo, conociendo el problema de Knight, Randall no se animo a involucrarlo. Se dijo a si mismo que de todos modos no era necesario. El doctor Jeffries probablemente compartiria su propia copia con su protegido.

– Muy bien, Naomi -dijo Randall-. Esos seran los que recibiran el nuevo mensaje.

El doctor Deichhardt suspiro profundamente.

– Es dificil siquiera imaginar que uno de ellos nos haya traicionado. Cada uno ha pasado las investigaciones de seguridad, la mayoria ha estado con Resurreccion Dos desde el principio, y todos tienen un interes personal en la seguridad de la nueva Biblia.

– Alguien lo hizo, profesor -dijo Wheeler.

– Si, si, supongo que si… Continue usted, senor Randall.

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