descubrimiento, los antiguos propietarios se quejaron ante el Ministerio de Instruccion Publica, que los indemnizo. El escandalo se mantuvo en secreto, pero al profesor Monti lo destituyeron discretamente de su cargo en la Universidad de Roma, obligandolo a ocultarse y a permanecer ignominiosamente retirado.

Randall se enderezo en su silla, temblando de ira.

– Eso es una sarta de mentiras y no le creo ni una sola palabra.

El reverendo De Vroome se encogio de hombros.

– Usted no deberia enfurecerse conmigo, sino con Angela Monti. Ella le ha ocultado la verdad, no solo para proteger a su padre en desgracia, sino tambien con el proposito de utilizarlo a usted para hacerle propaganda a Monti. Si ella logra seducirlo para que usted haga de su padre el personaje mas famoso del proyecto, sentira que el profesor podria cobrar la suficiente importancia para desafiar al Gobierno y salir de su escondite para cosechar la gloria, y el Gobierno italiano se veria demasiado intimidado para revelar el escandalo o para actuar en alguna forma punitiva. La senorita Monti le ha mentido, y se esta valiendo de usted. Lo lamento, pero asi es.

– Aun no le creo.

– Pregunteselo a la senorita Monti, si quiere.

– Lo hare -dijo Randall.

– No se moleste en pedirle que le confirme o le niegue lo que yo le he revelado -dijo De Vroome-. Eso solo haria que le mintiera de nuevo. Mejor pidale que lo lleve con su padre.

– No me rebajaria a tal grado -interrumpio Randall.

– Entonces, tal vez nunca sepa la verdad -dijo De Vroome.

– Existen muchas verdades, asi como existen muchos puntos de vista y muchas interpretaciones de lo que se ve y de lo que se oye.

El reverendo De Vroome movio la cabeza.

– Me temo que en los casos de las personas que yo le he mencionado, existe solo una verdad. Porque, asi como Poncio Pilatos le pregunto a Nuestro senor en el mito: «Quid est veritas?» («?Que es verdad?»), en este caso, si fuera yo a responder a Pilatos, transformaria las letras de sus palabras en un anagrama: «Est vir qui adest» («Es el hombre que esta parado ante ti.») Si, senor Randall, aquel que esta ante usted en esta oficina (Maertin de Vroome) posee la verdad. Si usted investiga como yo lo he hecho, si busca la verdad como yo la he buscado, aprendera a confiar y a creer en mi. Y si lo hace, me agradecera que lo haya llamado esta noche.

– Si, habia estado esperando que me lo dijera. ?Por que me invito aqui esta noche?

– Para tratar de mostrarle la sinceridad de nuestra causa y para demostrarle la deshonestidad de aquellos que colaboran en Resurreccion Dos. Para hacerle ver que le estan dando informaciones falsas, que lo estan utilizando perversamente y que es victima de un embaucamiento. Para hacerle comprender que tanto a usted como a muchos otros los estan usando como herramientas. Se trata de un consorcio comercial de editores y una banda de religionarios malintencionados e inflexibles. Lo traje aqui para atraerlo a mi lado y a nuestra causa. Pero en vez de lograrlo, al tratar de abrirle los ojos para que pudiera ver la luz, me temo que lo unico que hice fue enemistarlo conmigo.

– ?Que es lo que quiere de mi? -insistio Randall.

– Sus servicios y su genio en su especialidad. Lo necesitamos de nuestro lado, el lado de la causa justa, para ayudarnos a combatir la propaganda de Resurreccion Dos y para promover nuestro propio esfuerzo por devolver la religion y la fe a todos los pueblos del mundo. Es una oferta generosa la que le hago, senor Randall… la oportunidad de abandonar un buque que se esta hundiendo a cambio de uno que esta seguro; la ocasion de preservar su futuro y su seguridad; la posibilidad de creer en algo. Y por lo que hace al sueldo, mis asociados y yo le podemos ofrecer tanto como Wheeler y sus colegas le estan dando. Lleva usted todo por ganar y nada por perder.

Randall se puso en pie.

– Por lo que he escuchado… yo no llevo nada por ganar… y todo por perder. Tengo fe en la gente con la que estoy trabajando, mientras que no la tengo en usted. Lo que he escuchado son chismes, no hechos; insinuaciones de chantaje, no palabras decentes. Por lo que toca a su causa, es solo una promesa; en tanto que Resurreccion Dos es ya una realizacion. Y en cuanto a usted…

Randall miro al hombre que yacia sentado inmovil detras del escritorio. El rostro del clerigo era tan firme como una mascara de hierro. Randall dudo si se atreveria a continuar, y por fin se decidio.

– …Pienso que usted es tan egoista y ambicioso como aquellos con quienes yo colaboro ahora. Pero usted, dominee, usted es mas fanatico. Usted puede verlo como una necesidad, y para fines buenos, pero yo no podria trabajar para un hombre tan virtuoso, tan inflexible, tan seguro de que solo el conoce la verdad. Yo no podria convertirme en desertor y ayudarlo a destruir aquello en lo cual finalmente he llegado a creer… la Palabra… si, la Palabra que le habremos de dar al mundo. Un mensaje del cual usted no sabe nada y, si yo me salgo con la mia, no se enterara hasta que este a salvo en manos del mundo entero. Buenas noches, dominee. Le puedo desear buenas noches, aunque no le deseo buena suerte.

Sin aliento y esperando el estruendo, se desilusiono al ver que no lo hubo. De Vroome se limito a mover la cabeza y, por un instante, Randall sintio que habia sido exageradamente melodramatico y que se habia sentido como un tonto, de no ser por una cosa que le exasperaba. De Vroome habia criticado ferozmente a personas indefensas… a Jeffries, Wheeler, Lori Cook, Hennig, Aubert, y aun a Angela y a su padre. El dominee se habia revelado como un ser despiadado y vengativo, por lo que Randall no se sentia avergonzado de su reaccion explosiva.

– Me parece bien -dijo De Vroome-. No tratare de convencerlo… de decirle cuan equivocado esta usted… acerca de mi y de mi movimiento… o cuan equivocado esta acerca de aquellos a quienes tan lealmente defiende. Ambos hemos dicho esta noche lo que teniamos que decir. Lo dejaremos asi por ahora. Pero recuerde que lo he puesto al tanto de algunas realidades acerca de sus colegas y de lo que representan. Le he pedido a usted que indague la verdad por si mismo. Y cuando lo haga, probablemente querra volver a verme. Quizas entonces me considere a mi y a mis objetivos mas amablemente y con mayor caridad. Si esto sucediera antes de que su Biblia se publique, como yo creo que ocurrira, sepa usted que mi puerta todavia estara abierta para usted. Nuestra causa puede utilizarlo.

– Gracias, dominee.

Randall se habia dado la vuelta para marcharse, cuando nuevamente oyo hablar a De Vroome.

– Senor Randall, un ultimo consejo.

Ya en la puerta, Randall se giro y vio que el dominee De Vroome habia soltado el gato y se hallaba de pie, con Plummer parado a su lado.

– Una advertencia para usted y sus colegas -De Vroome desdoblo un pedazo de papel-. No pierdan el tiempo con trucos tontos e infantiles para hacerme caer en trampas -levanto una hoja de papel azul-. Me refiero a este memorandum, supuestamente confidencial, que usted hizo circular entre sus colaboradores y asesores el dia de hoy, ya tarde.

Randall trago saliva y espero.

– Usted fingio que se trataba de un comunicado serio acerca de sus planes promocionales -continuo De Vroome-. Pero, obviamente, estaba poniendo a prueba a su personal, para averiguar si alguno de ellos era desleal y nos estaba pasando los detalles de su organizacion. La esperanza de usted era que si yo veia el memorandum (y lo he visto), tomaria medidas para hacerlo publico, anticipandome y combatiendolo para que, de alguna manera, usted descubriera por donde se estaba violando su seguridad y Heldering supiera a quien tendria que eliminar para tapar el agujero. Pero usted cometio un error (dos, en realidad) puesto que es solo un principiante en teologia y, por consecuencia, sus conocimientos de Nuevo Testamento son erroneos. El contenido de su memorandum implica una imposibilidad tan palpable que cualquier erudito consciente… uno que este profundamente enterado de los evangelios, de los conocimientos cristianos, como yo lo estoy… detectaria ese disparate de inmediato; ni por un momento lo aceptaria como un hecho, ni mucho menos lo publicaria para caer en esa ridicula trampa. No vuelva a tratar de jugar conmigo. Y, si resultara necesario, mejor deje que sus expertos se hagan cargo de esos juegos.

Randall sintio que la sangre se le subia a la cabeza. De Vroome no habia detectado la verdadera trampa. Todavia existia una posibilidad.

– No tengo la menor idea de lo que me esta hablando…

– ?No la tiene? Permitame ser mas explicito -De Vroome contemplo el papel azul-. Veamos que es lo que usted escribio. «Confidencial. Se ha decidido que al anuncio de nuestra publicacion en el palacio real (dia dedicado a la

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