y en la de De Vroome al mismo tiempo.

– Lo siento -«dijo ella-, no puedo darte mas explicaciones. Te mostrare mi copia ahora mismo.

– Esta bien. Ensenamela.

Al bajarse de los bancos de la cafeteria, Angela lo miro de frente.

– No me crees, ?verdad?

– Yo solo se lo que se-, que De Vroome me mostro tu copia del memorandum.

– Steven, ?que no ves que no tendria sentido que yo estuviera ayudando a ese monstruo de De Vroome? El quiere destrozar a Resurreccion Dos y desprestigiar el Nuevo Testamento Internacional. Yo deseo ayudar en el proyecto y fomentar la aceptacion de la nueva Biblia. Si no por ti, al menos para que el nombre de mi padre y su descubrimiento reciban los honores que merecen. ?Por que habria yo de colaborar con un hombre que, en efecto, destruiria a mi padre junto con todos los demas?

– Yo no se por que. Tal vez haya muchas cosas que ignoro acerca del profesor Monti y de Angela Monti. Hasta donde yo se, bien podria ser que odiaras a tu padre.

– Oh, Steven -dijo ella con desesperacion, tomando su bolso mientras el recogia la cuenta para pagarla-. Te lo ensenare. Todavia tengo el memorandum.

En silencio bajaron por el ascensor a la planta baja de Bijenkorf, salieron a la calle, y diez minutos mas tarde ya se hallaban en la oficina de Lori Cook, que ahora ocupaba Angela.

Inflexible, Randall se quedo parado junto al archivo, mientras ella abria el segundo gabinete metalico y cogia la tercera gaveta, agachandose sobre los expedientes.

– Esta en la «R» -dijo- La etiqueta de la carpeta dice Relaciones Publicas/Memorandums. -Recorrio los separadores, metio la mano detras del que tenia la letra «R» y, asombrada, se giro hacia Randall-. No esta aqui. Pero yo estoy segura de que… -Freneticamente, comenzo a examinar todas las carpetas que habia detras de cada separador-. Debo haberlo archivado mal. Espera, lo encontrare en un momento.

Los minutos pasaron y ella no lo encontraba.

Se puso en pie, nerviosa, llena de panico, sintiendose perdida.

Randall aun sospechaba de su sinceridad.

– Estas segura de que lo archivaste?

– Creo que si -dijo ella sin seguridad-. Despues de que me cambie aqui, estas carpetas estaban apiladas sobre el escritorio. Comence a archivarlas…

– ? Entro alguien en la oficina antes de que terminaras de archivar y de que cerraras con llave el archivo?

– ?Alguien…? Pues, si. No te lo mencione anoche mientras cenabamos porque pense que las visitas no eran importantes -Angela se dirigio al escritorio-. Varias personas vinieron a verte. Yo… dejame ver… tratando de ser eficiente, escribi los nombres de todas las personas que vinieron o llamaron por telefono… -Abrio el cajon central del escritorio, saco una libreta de taquigrafia y busco la primera hoja-. Jessica Taylor estuvo aqui un momento. Me dijo que habia estado trabajando contigo y pregunto si la necesitarias para algo mas. Le conteste que tu habias salido y que no sabia donde estabas.

– Estaba abajo con Heldering, cerciorandome de que todos los memorandums hubieran sido entregados - Randall senalo la libreta-. ?Quienes fueron los otros?

Angela paso la hoja.

– Elwin Alexander y… -Se detuvo abruptamente-. ?Ya lo recuerdo! Que tonta soy; se me olvidaba. Aqui tengo su nombre. Lo anote. Mira, Steven, puedes verlo…

El dedo de Angela recorrio las lineas de la libreta hasta senalar el nombre del doctor Florian Knight escrito con lapiz.

– ?Knight? -exclamo Randall.

– Fue el doctor Knight -dijo Angela con alivio-. Gracias a Dios que se ha aclarado esto. Ahora me creeras. Si, el doctor Knight vino cuando yo estaba archivando. Queria verte. Dijo que habia asistido a una conferencia de publicidad que tu habias convocado, y que despues le habias ofrecido algun material para que se documentara acerca del tipo de informacion que tu le pedirias. ?Es verdad que se lo ofreciste?

– Si.

– Cuando tu no estabas aqui, Knight vio mis carpetas sobre el escritorio y dijo que tal vez ahi podria encontrar lo que tu le habias ofrecido. Me mostro su tarjeta de seguridad, que era igual que la mia y las de los demas asesores, asi que no habia razon para no acceder a su peticion. Reviso todas las carpetas y dijo que la mayor parte de lo que necesitaba estaba probablemente en tu oficina, pero que por el momento queria que le prestara las copias de tus memorandums recientes, ya que el se habia unido tarde al proyecto y queria enterarse de tus planes. Me dijo que me devolveria el material de archivo por la manana, cuando viniera a buscarme de nuevo.

– ?Lo devolvio esta manana?

Preocupada, Angela busco sobre el escritorio.

– Aparentemente no. Aun debe tenerlo.

– No, no lo tiene -dijo Randall inflexiblemente-. Maertin de Vroome es quien lo tiene. -Con el puno golpeo la palma de su mano-. El doctor Knight. Maldita sea. Debi haberlo sabido.

– ?Sabido que?

– Olvidalo.

– ?Hice mal en prestarle el material?

– Eso no importa ahora. Tu no podias saber que estaba mal.

– Steven, pero ahora ya sabes que yo no tuve nada que ver con De Vroome. Ahora me creeras. Ven, yo te acompanare a la oficina del doctor Knight. El confirmara lo que yo te he dicho, y tal vez tenga alguna explicacion.

– No necesito que me de explicaciones -dijo Randall amargamente.

En su interior, Randall maldecia su propio sentimentalismo. Cuando se entero del odio que Knight sentia por el doctor Jeffries y por Resurreccion Dos, de boca de Valerie Hughes, la prometida de Knight, en aquella taberna londinense, se habia dado cuenta de que no deberia alentar al caballero de Oxford para que se le uniera al proyecto. Desde un principio, Knight habia sido el eslabon debil, el que mas probablemente cometeria una traicion con tal de recuperar el dinero que el sentia que la nueva Biblia le habia negado. Randall recordo que aun el dia de ayer se habia preocupado por Knight, y que deliberadamente no le habia enviado una copia del comunicado, con la vana esperanza de que el verdadero saboteador fuera alguien mas. Pero, despues de todo, el traidor era el doctor Florian Knight.

– ?Maldita sea!

Angela estaba esperando.

– ?Vamos a verlo?

– No es necesario que tu vayas -Je dijo el, tratando de sonreir-. Angela, perdoname por haber desconfiado de ti. Solo puedo decirte… que te quiero.

Ella lo abrazo, con los ojos cerrados, y presiono sus labios contra los de el. Cuando terminaron de besarse, ella le murmuro al oido:

– Yo te amo mas, mucho mas de lo que tu me podrias querer a mi.

El sonrio.

– Ya veremos -le dijo, separandose de ella-. Ahora, me voy a buscar al doctor Knight. Quiero verlo a solas.

Rapidamente, Randall camino por el pasillo hacia la oficina del doctor Knight.

El doctor Knight no estaba.

La secretaria lo disculpo.

– Me telefoneo para decir que no vendria hoy.

– ?Donde esta?

– Esta trabajando en su hotel. El «Hospice San Luchesio».

– ?El San que?

– Se lo anotare en un papel. «San Luchesio». Se encuentra en Waldeck Pyrmontlaan numero 9. La mayoria de los clerigos y teologos que trabajan en nuestro proyecto estan hospedados ahi. Es un hotel extrano.

Randall no tuvo tiempo de preguntarle que tenia de extrano. Tomo la direccion y se dirigio a la puerta.

– ?Debo llamar al doctor Knight para avisarle que va usted a verlo? -le pregunto la secretaria.

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