Biblia anteayer, pero no pude y, como me resultaba imposible entregarla, queria apaciguar a mi… a mi contacto y demostrar mi buena voluntad. Asi es que busque algo que entregarles y les envie el memorandum de Mateo.

– Ya veo.

– Naturalmente, no quedaron satisfechos. Lo que ellos querian era la Biblia. Yo estaba seguro de que podria hacerme con un ejemplar anoche mismo.

– Pero no pudo -dijo Randall.

– Al contrario, si pude.

Randall se inclino hacia delante.

– ?Que se apodero del Nuevo Testamento Internacional?

– Con alguna dificultad, pero si. Vera usted, senor Randall, no todas las pruebas de imprenta estan en la boveda. Cada teologo en jefe tiene su propio ejemplar. El doctor Jeffries es uno de ellos, y no se olvide usted de que nuestra relacion sigue siendo estrecha. El tiene una habitacion grande al final del pasillo, a la cual yo tengo acceso para compartir sus libros de consulta. Yo sabia que el guardaba el Nuevo Testamento Internacional dentro de su portafolio bajo una cerradura de combinacion, pero como es tan distraido tiene la costumbre de anotarlo todo; lo busque en la habitacion y, tal como me lo esperaba, encontre la combinacion y me la aprendi de memoria. Yo tenia que abrir su portafolio cuando el no estuviera, asi que aproveche que iba a salir anoche (tenia planeado salir anteanoche, pero pospuso su cita). Espere que se fuera. Luego entre a la habitacion, abri el portafolio y saque las galeradas encuadernadas del Nuevo Testamento Internacional. Clandestinamente, saque el libro del hotel y lo lleve a una tienda donde sacan fotocopias, que habia localizado previamente y que aun estaba abierta a esas horas de la noche. Senale la traduccion del Pergamino de Petroruo y del Evangelio segun Santiago, y pedi que me sacaran copias de esas paginas. Regrese a la habitacion del doctor Jeffries, volvi a poner la Biblia en el portafolio, lo cerre, y me lleve las fotocopias a mi cuarto.

Randall estaba sin aliento.

– ?Ya las entrego al enemigo?

El doctor Knight volvio a mover el dedo.

– Estaba a punto de hacerlo. Me disponia a tomar el telefono y llamar a mi contacto para hacer los arreglos para la entrega de las fotocopias anoche, a cambio de mis treinta monedas. No obstante, usted sabe, yo soy lo que soy, un erudito curioso, antes que un comerciante practico. Asi que no pude resistir la tencion de leer el Evangelio segun Santiago antes de entregarlo.

– Lo leyo -dijo Randall-. Y, ?que paso despues?

– El milagro -dijo el doctor Knight simplemente.

– ?El que?

– Mi comunion con Nuestro Senor y el milagro que le siguio. Senor Randall, si usted me conociera bien, sabria que yo estoy profundamente interesado en la religion, aunque no sea un hombre intensamente religioso. Siempre he observado a Cristo y Su mision desde fuera, objetivamente, como escolastico que soy. Nunca me acerque a El ni le di cabida en mi corazon. Pero anoche lei a Santiago y me sente aqui, como estoy ahora en esta cama, y llore. Vi simplemente a Jesus y por primera vez senti Su compasion. Se apodero de mi la emocion mas profunda de toda mi vida. ?Me comprende usted?

Randall asintio con la cabeza y guardo silencio.

– Me deje caer sobre la cama y cerre los ojos -dijo el doctor Knight con creciente entusiasmo-. Me sentia cubierto por un gran amor a Cristo, por una desbordante fe en El y por un intenso deseo de ser digno de El. Debi haberme quedado dormido. En mis suenos, o tal vez a la mitad de la noche, en algun momento en el que estuve despierto, vi a Jesus, toque el borde de su tunica, lo oi hablandome… a mi…. diciendo algunas de las palabras que su hermano Santiago habia citado. Le pedi que perdonara mis pecados, los cometidos y los aun por cometer, y le prometi dedicar mi vida a Su servicio. El, a su vez, me bendijo y manifesto que a partir de ese instante todo marcharia bien conmigo. ?Cree usted que el episodio, haya sido sueno o no, me pinta como un loco, como un lunatico? Asi lo hubiera creido yo tambien, excepto por lo que sucedio despues.

Sobrecogido durante un instante, sumergido en la introspeccion, el doctor Knight habia dejado de hablar. Randall, contagiado por la emocion, trato de hacerlo reaccionar.

– ?Que fue lo que sucedio despues, Florian?

El doctor Knight parpadeo.

– Lo increible -dijo-. Desperte muy temprano esta manana, cuando la luz del sol se filtraba por esa ventana que esta arriba de usted, y estaba empapado en sudor. Me sentia purificado de toda maldad. Me sentia en paz. Permaneci acostado, sin moverme, y entonces escuche un sonido dulce y hermoso, el chirrido de un pajaro que se encontraba en el alfeizar de la ventana. Un pajaro; escuche el canto de un pajaro… yo, que no habia oido un pajaro durante anos… yo, que apenas podia oir hablar a una persona, a menos que se parara junto a mi y gritara… yo, que habia estado sordo durante tanto tiempo… oi el canto de un pajaro, y sin mi audifono… No lo tenia puesto cuando me acoste. Vealo ahi, sobre la mesa de noche, justamente donde lo deje anoche. Ahora no lo tengo puesto y usted no lo habia notado… pero he oido cada una de las palabras que usted ha dicho en esta habitacion, clara y facilmente, sin ningun esfuerzo. Esta manana estaba yo loco de emocion. Despues de escuchar al pajaro, salte de la cama y encendi mi radio de transistores, y la musica invadio mis sentidos. Corri a la puerta, la abri y escuche a las camareras platicando en el pasillo. Podia oir. Me habia ofrecido a Cristo, y El me habia perdonado y me habia devuelto el oido. Me habia sanado. Ese es el milagro. ?Me cree usted, Randall?

– Le creo, Florian -dijo Randall, profundamente conmovido.

Se pregunto que seguiria, pero no tuvo que esperar.

– Cuando recobre el equilibrio, hice una llamada telefonica. Hable con… con mi contacto. Le dije que estaba listo para verlo. En lugar de ir a trabajar, me entreviste con el en su apartada residencia, en uno de los suburbios de Amsterdam. Le informe de inmediato que no habia logrado obtener la Biblia, y que lamentaba mucho haberla prometido y, mas aun, que estaba arrepentido de haberle entregado toda aquella informacion menor que ya obraba en su poder. De hecho, le pedi que me devolviera lo que le habia proporcionado el dia de ayer, el memorandum de Mateo. El me dijo que le seria imposible devolvermelo porque ya estaba en manos de otra persona. Ahora supongo que lo tenia De Vroome, aunque esto yo no lo sabia.

– Si, asi fue.

– Entonces, esta persona… mi contacto… me pidio que continuara tratando de obtener la Biblia para entregarsela, pero yo le dije que la mera idea me parecia repugnante. Entonces me dijo que estaba seguro de que me pagarian mas de lo estipulado con anterioridad, y yo le dije que ya no me interesaba regatear. Entonces me amenazo, diciendo que si yo no cooperaba, el pondria al descubierto mi participacion hasta la fecha. Yo le dije que me importaba un comino, y me fui. Regrese aqui, destrui las fotocopias que habia hecho de las paginas del Nuevo Testamento Internacional para asegurarme de que el contenido estuviese a salvo de De Vroome, y al poco rato me entere de que usted estaba aqui a verme. Ahora comprendera lo que le debo al nuevo libro, a Santiago, al proyecto, y por que le pido a Dios que no me despidan. Yo debo continuar dentro de Resurreccion Dos. Debo colaborar en la buena labor.

Randall habia estado escuchando y reflexionando. No habia duda de que, cualquiera que hubiera sido la causa, milagrosa o psicologica, el doctor Knight podia oir de nuevo. En cierto modo, si, se trataba de un verdadero milagro. Que el milagro de Lori Cook hubiera sido un fraude o no ya no importaba. El milagro del doctor Knight era suficiente prueba del poder del mensaje de la nueva Biblia. Pero este milagro, se dijo Randall a si mismo, no lo revelaria a los editores, y mucho menos permitiria que fuese explotado para promover la venta del Nuevo Testamento Internacional. Le aconsejaria al doctor Knight que siguiera su plan y continuara usando su audifono hasta que la Biblia se hubiera lanzado venturosamente. Resultaba evidente que la integridad del doctor Knight era ahora irreprochable, y que su sinceridad era indudable. Solo faltaba una cosa.

– Florian -dijo Randall-, si en verdad desea continuar con nosotros y colaborar en nuestra buena labor, como usted ha dicho, puede comenzar por decirme quien es el verdadero delator, quien es el que se acerco a usted, ese contacto que es amigo de De Vroome.

– En realidad no es amigo de De Vroome -dijo el doctor Knight-. Ni siquiera estoy seguro de que lo conozca personalmente. Es amigo de Cedric Plummer. Eso resulto obvio la primera vez que me llevo con Plummer. Nos entrevistamos en el club nocturno Fantasio. Nos sentamos en un banco, ahi dentro, y ambos fumaron pipas de hachich. Parecian ser muy amigos. Estoy seguro de que mi contacto le entrego nuestros secretos a Plummer y el debe haberlos pasado a De Vroome.

– Correcto -dijo Randall-. Ahora digame el nombre del amigo de Plummer, el traidor de Resurreccion Dos.

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