como? Que se casa. No es posible. Han avisado a dona Pino para que engalane a la novia. No. No puede ser. No puede ser. No. No. Yo tambien lo he oido. ?De verdad? De verdad ?Que verguenza! ?Que ignominia!»

Argyr Argyri era un hombre cetrino de voz atiplada, como la de una mujer. Conocido por todo el mundo, deambulaba por todos los barrios. Decian de el que era medio hombre, medio mujer y era el unico varon que entraba y salia libremente de todas las casas, incluso cuando los hombres no estaban dentro. Argyr ayudaba a las mujeres en menesteres diversos, cuidaba a los ninos mientras ellas lavaban las camisas, cogia agua junto a ellas, llevaba y traia recados. Tenia casa propia y decian que ayudaba a las mujeres no porque tuviera necesidad, sino porque le gustaba estar con ellas; le gustaban las conversaciones y las faenas de mujeres. Esto era algo tan incomprensible como tolerable, ya que Argyr era medio hombre, medio mujer. Despues de muchos anos, como revancha por las bromas y burlas de la gente y como consuelo por su carencia, Argyr Argyri se habia ganado un derecho del que no disfrutaba ningun otro hombre: el derecho a relacionarse con las mujeres maduras y con las jovenes.

Y he aqui que, de pronto, Argyr Argyri anunciaba su boda inminente. El desafio era tremendo. El personaje de la voz atiplada anunciaba de pronto que era hombre. Durante anos habia soportado las burlas mas procaces en espera de la hora de la venganza. La ciudad se ensombrecio. El golpe era intolerable. No habia casa en la que no hubiera entrado Argyr Argyri, ni mujer a la que no conociera. Un interrogante siniestro se cernia por doquier.

Las esperanzas de que aquello no fuera verdad se fueron desvaneciendo una tras otra. Habian avisado a dona Pino. Se habia contratado la orquesta. Estaba incluso anunciado el dia de la boda. Las expectativas de que Argyr Argyri cambiara de parecer se vinieron abajo del mismo modo. Se decia que lo habian amenazado repetidamente, pero no se volvio atras. Todo esto ocurria sin ruido, con palabras dichas entre dientes, mediante cartas anonimas. Nadie queria enarbolar la bandera de la hostilidad contra Argyr, pues ello significaria que tenia razones mas poderosas que los demas para inquietarse.

Nadie pudo saber jamas que es lo que habia movido al hombre de voz atiplada a rebelarse repentinamente de aquel modo. ?Que le habia pasado a Argyr? ?Por que habia hecho aquello Argyr? ?Por que? Por fin llego la noche de la boda. Era una de aquellas noches de oscuridad obligatoria. El viento, que habia soplado durante dos semanas, ceso de pronto. Despues de haber estado escuchando su silbido incesante, la calma resultaba aun mas profunda. El ojo del proyector se encendio y se apago de nuevo. Los tambores de la boda sonaban sin descanso, como si anunciaran el fin del honor de aquella ciudad.

Se habia desbordado el vaso, decia Xexo. Ahora, segun ella, se esperaba que manara agua negra de las fuentes.

– Es lo que nos faltaba: la boda de ese hermafrodita -le decia Isa a Javer, fumando en la oscuridad.

– Deja, deja -le respondio-. Esta ciudad se ha vuelto como Sodoma.

El ataque se produjo de repente, deforma despiadada. La sirena no funciono. La ciudad se estremecio como una mujer epileptica; se tambaleo, estuvo a punto de desplomarse. Era domingo; las nueve de la manana. Por primera vez en su vida, la antiquisima ciudad, atacada miles de veces con catapultas, piedras, arietes, fue atacada desde el aire aquel domingo de octubre proximo a la mitad del siglo. Los cimientos gimieron como cegados por el dolor de la conmocion. Miles de ventanas aterradas arrojaron sus cristales al suelo con fuertes estampidos.

Tras el estruendo terrible, el mundo parecio ensordecer. La ciudad, convulsa, miraba al cielo limpido que parecia querer disculparse por su infinitud. Por el firmamento se alejaban aquellas tres pequenas cruces plateadas, que habian hecho tambalearse los cimientos de aquella masa gigantesca de piedra.

El bombardeo causo sesenta y dos muertos. A la vieja de la vida, Neslian, la encontraron entre las ruinas, cubierta de cintura para abajo de piedras, vigas y trozos de yeso. No comprendia lo que habia ocurrido. Agitaba sus largos brazos en el aire y gritaba: «Quien me ha matado». Tenia ciento cuarenta y dos anos. Era ciega.

FRAGMENTO DE CRONICA

… Preparate para un ataque aereo. Construye un refugio que te proteja a ti y a los tuyos de las bombas inglesas. Manten dispuestos en casa recipientes llenos de agua y sacos de arena. Ten preparados un azadon, una pala y un gancho de hierro para combatir el fuego. La alcaldia. Tribunales. Audiencia. Propiedad. Se interrumpen provisionalmente los procesos judiciales hasta nuevo aviso. Nuestro conciudadano Argyr Argyri ha sido hallado muerto en la habitacion nupcial a la manana siguiente de su desdichada boda. La ciudad no le perdono su desafio. Dr. S. Xuberi. Enfermedades venereas. Todos los dias de 16 a 20 horas. Lista de los muertos en el ultimo bombardeo. P. Xatko, R. Mezini, V. Balloma,

VII

Durante toda la semana, la ciudad fue bombardeada a diario. Todo lo demas quedo olvidado. No se hablaba mas que de bombas y aeroplanos. Hasta paso practicamente en silencio el asesinato de Argyr Argyri, encontrado muerto al amanecer del dia siguiente de la boda. Los asesinos, igual que quienes lo habian amenazado, permanecieron en el anonimato.

El septimo dia de bombardeos sucedio algo que no carecia de importancia: en nuestra calle fue instalado un letrero de hojalata. Por la manana temprano, unos hombres desconocidos lo clavaron en el muro de nuestra casa, a la derecha de la puerta. Escrito en pintura negra, el letrero decia: «Refugio antiaereo para 90 personas».

Nuestra calle no tenia ningun letrero. No lo habia tenido nunca, a excepcion de algun anuncio del ayuntamiento que al cabo de dos o tres dias era empapado por la lluvia y arrancado por el viento. Podian mencionarse algunos casos en que habian aparecido palabras soeces en las paredes de las casas, escritas con tizas o tizones. Pero se trataba de casos infrecuentes. El primer letrero autentico era el que acababan de fijar a la derecha de nuestra puerta.

Aquel dia, todos los transeuntes se detenian ante ella y los que sabian leer explicaban a los demas de que se trataba.

– ?Se vende la casa?

– No, senor. Es un aviso para otra cosa.

– ?Que aviso?

– Que vengamos y nos metamos en el sotano de la casa cuando tiren bombas los aeroplanos.

– ?No, hombre!

Yo permanecia en la puerta y les sonreia como diciendoles: «?Lo veis? Esta si que es una casa». Estaba orgulloso. En nuestro barrio habia muchas casas grandes y bonitas, pero en ninguna de ellas, ni en la de Checho Kaili, ni en la de Bido Sherif, ni siquiera en la gran mansion de Mak Karllashe, habian fijado un letrero como aquel. Esto significaba que nuestra casa era mas solida que todas las demas.

Yo seguia sonriendo a los transeuntes pero, para mi decepcion, no me prestaban atencion alguna. Solo uno, Harilla Lluka, se quito el sombrero respetuosamente nada mas verme e inclino la cabeza dos o tres veces en direccion a mi. Era el mayor cobarde del barrio.

No me afectaba mucho la indiferencia de los mayores. Pero permanecia en el umbral de la puerta y esperaba con impaciencia que pasara Ilir, con el que me habia peleado recientemente discutiendo quien tenia la casa mas solida. Ilir y yo estableciamos con frecuencia competencias semejantes. Poco tiempo atras habiamos disputado largamente sin llegar a ponernos de acuerdo respecto a que distancia podia tirar el rey una piedra. Yo decia que el rey podia hacerla llegar hasta la cuesta de la Santisima Trinidad, mientras Ilir insistia en que no llegaria mas alla de la cuesta de Zalli. Como mucho, decia, hasta el puente del rio, pero mas alla, de ninguna de las maneras.

?Quien sabe lo que hubiera durado esa disputa de no haber surgido el asunto de la casa? Pero con la cuestion de las casas nos peleamos durante mas tiempo aun y resultaba del todo impredecible lo que hubiera podido llegar a suceder. Es posible que hubiesemos llegado a insultarnos, a pegarnos despues, incluso a apedrearnos, si aquella gente desconocida no hubiera puesto una manana en nuestra casa el letrero de hojalata con las

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