cuando habia dicho a Cally que no lo cogerian vivo.

Despues trato de tranquilizarse. Disponia de un coche que seguramente nadie habia echado en falta todavia.

Tenia ropa decente y dinero. Si hubiesen quedado detenidos cuando aquel imbecil choco, el chico habria saltado del coche. 'Si el gilipollas de ese vehiculo que patino hubiese tocado el Toyota, podria haberme hecho dano -penso Jimmy-. Y si hubiese ido yo solo, habria soltado un rollo; pero llevando al chico conmigo, no podia.'

Por otro lado, nadie sabia que tenia al nino, y ningun policia del mundo buscaba a un sujeto con un bonito coche, un monton de juguetes en el asiento trasero y un chiquillo a su lado.

Ya se encontraban cerca de Syracuse. Dentro de tres horas estaria al otro lado de la frontera, con Paige.

Vio un cartel de McDonald's a la derecha. Jimmy tenia hambre, y era un buen lugar para pedir algo de comer.

Aguantaria con eso hasta llegar a Canada. Entraria por la parte de servicio para coches, pediria algo para los dos y volveria rapidamente a la carretera.

– ?Que te gusta mas para comer, chaval? -pregunto en un tono casi amable.

Brian, que habia visto el cartel de McDonald's, habia contenido el aliento con la esperanza de que fueran a comer algo.

– Hamburguesa con patatas fritas y Coca Cola -dijo timidamente.

– Si paro en McDonald's, ?te haras el dormido?

– Lo prometo.

– Entonces hazlo. Apoyate contra mi, con los ojos cerrados.

– De acuerdo.

Brian, obediente, se apoyo contra el hombro de Jimmy y apreto los ojos. Trataba de que no se le notara lo asustado que estaba.

– Veamos que tal actor eres -dijo Jimmy-. Y espero por tu bien que seas bueno.

La medalla de San Cristobal se le habia deslizado hacia un lado. Brian se la enderezo para sentirla sobre el pecho, pesada y tranquilizadora.

Le daba miedo estar tan cerca de aquel hombre. No era como cuando se dormia mientras su padre conducia y sentia su mano acariciandole el hombro.

Jimmy abandono la autopista. Tenia que hacer cola en la entrada para vehiculos. Se quedo helado cuando vio como un coche patrulla se detenia detras de ellos, pero no tenia mas alternativa que permanecer en su puesto si no queria llamar la atencion. Cuando le toco el turno e hizo su pedido y pago, el empleado ni se molesto siquiera en mirar dentro del coche. Pero cuando tuvo que recoger los bocadillos y las bebidas, la mujer miro por encima del mostrador a Brian, iluminado por la luz de detras.

– Tendra unas ganas locas de ver que le va a traer Papa Noel, ?no? -dijo, senalando al nino.

Jimmy asintio con la cabeza y trato de sonreir mientras tendia la mano para recoger la bolsa.

La mujer se asomo un poco mas y echo un vistazo dentro del coche.

– Dios mio, ?lleva una medalla de San Cristobal? Mi padre se llama asi, y siempre da mucha importancia a ese asunto, pero mi madre se burla de que hayan echado a San Cristobal del santoral. Mi padre dice que es una lastima que mi madre no se llame Filomena, que es otra santa que el Vaticano ha dicho que no existe.

La mujer lanzo una carcajada y le tendio la bolsa.

Mientras volvian a la autopista, Brian abrio los ojos. Sintio el olor de las hamburguesas y las patatas fritas, y se incorporo con lentitud.

Jimmy lo miro, los ojos frios, el rostro tenso. A traves de los labios apenas entreabiertos, le ordeno en voz baja:

– Quitate esa maldita medalla del cuello.

Cally tenia que hablar con el sobre su hermano y el nino desaparecido. Mort Levy, despues de prometerle que enseguida iba para alla, colgo el auricular con gesto perplejo. ?Que vinculo habria entre Jimmy Siddons y el nino desaparecido en la Quinta Avenida?

Llamo a la furgoneta de vigilancia.

– ?Lo habeis grabado?

– ?Esta loca, Mort? Es imposible que se refiera al nino Dornan. ?Quieres que nos la llevemos para interrogarla?

– ?Eso es justamente lo que no quiero que hagais! -estallo Levy-. Ya esta demasiado asustada. Quedaos quietos hasta que yo llegue.

Tenia que informar a sus jefes, empezando por Jack Shore, sobre la llamada de Cally Hunter. Vio que este salia del despacho del inspector jefe en ese momento y se dirigia a su escritorio.

– Entra otra vez -le dijo cogiendole del brazo.

– Te he dicho que te tomes un descanso -replico Shore dando un tiron-. Acabamos de tener noticias de Logan, de Detroit. Hace dos dias, una mujer que coincide con la descripcion de la amiguita de Siddons alquilo un coche con chofer para dirigirse a la frontera, a Windsor. Los hombres de Logan creen que comento con su amiga lo de California y Mexico para despistar. Han interrogado a la chica de nuevo y esta vez ha recordado que le ofrecio comprarle el abrigo de pieles a Laronde, ya que en Mexico no lo iba a necesitar, pero que ella no quiso venderselo.

'Nunca me he tragado lo de Mexico', penso Mort Levy mientras casi arrastraba a Shore, sin soltarle el brazo, hacia el despacho del inspector.

Cinco minutos despues, un coche patrulla se lanzaba a toda velocidad por East Side Drive hacia la avenida B y la calle Diez. A Jack Shore, amargamente frustrado, le habian ordenado esperar en la furgoneta de vigilancia, mientras Mort y el jefe, Bud Folney, subian para hablar con Cally.

Mort sabia que Shore nunca le perdonaria su insistencia de que se quedara fuera.

'Jack-le habia dicho-, cuando fuimos a su casa, yo sabia que ella nos ocultaba algo. La has asustado de una manera terrible. Cree que eres capaz de cualquier cosa para verla otra vez entre rejas. Por todos los santos, ?no puedes tratarla como a un ser humano? Tiene una nina de cuatro anos, su marido ha muerto, fue encerrada sin la menor piedad cuando cometio el error de ayudar al hermano que practicamente habia criado.'

Mort se volvio hacia Folney.

– No se como Jimmy Siddons puede estar relacionado con el nino desaparecido, pero si se que Cally tenia demasiado miedo para hablar. Si ahora nos cuenta lo que sabe es porque cree que el Departamento… usted… no la encerraran.

Folney asintio. Era un hombre de voz suave, delgado, de casi cincuenta anos y rostro de docente. En realidad habia sido profesor de instituto durante tres anos, antes de descubrir que su pasion era la actividad policial. En el cuerpo de policia, todos pensaban que un dia llegaria a comisario jefe. Y, de hecho, ya era uno de los hombres mas poderosos del Departamento.

Mort Levy sabia que si alguien podia ayudar a Cally, suponiendo que esta se hubiera visto obligada a encubrir a Jimmy otra vez, era Folney. Pero el nino desaparecido… ?que relacion tendria con Siddons?

Era una pregunta que todos estaban impacientes por hacer.

Cuando el coche patrulla se detuvo detras de la furgoneta de vigilancia, Shore hizo un ultimo intento:

– Si no abro la boca…

– Sugiero que te quedes, Jack -respondio Folney-. Ve a la furgoneta.

Pete Cruise estaba a punto de dar por terminado el dia.

Habia descubierto donde vivia Cally Hunter cuando trato de entrevistarla despues de que esta saliera de la carcel, y ahora esperaba que su hermano apareciera. Pero nada habia que observar, salvo la nieve que caia y paraba a intervalos. Al menos parecia que habia parado del todo.

La furgoneta, sin duda de la policia, seguia aparcada enfrente del edificio de Cally, pero seguramente lo unico que hacian era grabar las llamadas. La probabilidad de que Jimmy Siddons se presentara en casa de su hermana era casi tan remota como que dos desconocidos tuvieran el mismo codigo genetico.

Todas esas horas rondando el edificio de Hunter habian sido una perdida de tiempo, decidio Pete. Desde que Cally llego, poco despues de las seis, y los dos agentes entraron a eso de las siete, nada habia ocurrido.

No cesaba de mover el dial de su poderosa radio entre la banda de la policia; la WYME, la emisora en que el trabajaba, y la emisora de noticias WCBS. Nada se sabia de Siddons. Y era una lastima lo del nino

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