instante antes-, un carne de conducir a nombre de Jimmy Siddons.' No tenia alternativa, lo hubieran detenido alli mismo. Se metio la mano en el bolsillo interior de la chaqueta, saco la pistola y disparo. Antes de que el cuerpo del policia tocara el suelo, Jimmy estaba fuera del coche, confundido entre el gentio en la terminal de autobuses.
Miro el tablero de salidas y compro un billete para el autobus que partia al cabo de tres minutos, destino: Detroit.
Fue una decision afortunada, penso. Conocio a Paige la primera noche, se fue a vivir con ella y consiguio un carne de identidad falso y un trabajo en una empresa de seguridad de mala muerte. Por un tiempo, Paige y el habian tenido hasta una especie de vida normal. Las unicas peleas serias surgian cuando el se molestaba por la forma en que ella animaba a los tipos a que le hicieran insinuaciones en el local de strip-tease. Pero Paige decia que formaba parte de su trabajo conseguir que ellos se insinuaran.
Por primera vez, las cosas le iban bien. Hasta que cometio la estupidez de robar en aquella gasolinera sin haber estudiado el terreno lo suficiente.
Volvio a concentrarse en la nevada carretera que tenia delante. Se dio cuenta de que empezaba a helarse cuando comenzaron a deslizarse las ruedas. 'Por suerte, este coche lleva neumaticos especiales para la nieve', penso.
Recordo a los duenos del vehiculo. '?Que le habia dicho el tipo a la mujer? ?Algo de que estaba loco por ver la expresion de Bobby? Si, eso era', se dijo mientras sonreia al imaginar las de ellos cuando se encontraran vacio el lugar donde habian dejado el coche, o quiza ocupado por otro.
Llevaba la radio puesta, con el volumen bajo, sintonizada en una emisora local para tener noticias del tiempo.
Pero en aquel momento, a causa de la estatica, la senal se fue haciendo cada vez mas floja. Jimmy movio el dial con impaciencia hasta que encontro una emisora de noticias, y se quedo helado cuando oyo una voz que decia: 'La policia ha confirmado con reticencias la noticia difundida por la WYME acerca de que el nino de siete anos, Brian Dornan, desaparecido desde las cinco de la tarde, ha caido en manos del acusado de asesinato Jimmy Siddons. Se cree que se dirigen hacia Canada'.
Jimmy lanzo una maldicion y apago la radio de un manotazo. Cally. Seguro que habia llamado a la policia.
'Es probable que la autopista este llena de polis… todos buscandome… y buscando al nino', razono enloquecido.
Miro a su izquierda, al coche que estaba adelantandolo en ese momento. Seguro que estaba llena de vehiculos oficiales sin identificacion.
'Calma. Tranquilo', se dijo. Ignoraban que coche llevaba, y el no iba a ser tan idiota como para empezar a correr o, lo que era peor, a circular lo bastante despacio como para despertar sospechas.
Pero el nino suponia un problema. Tenia que deshacerse de el, de inmediato. Sopeso deprisa la situacion.
Cogeria la siguiente salida. Se ocuparia del crio, tirandolo lejos de alli, y volveria a la autopista. Echo una mirada al nino que dormia a su lado. 'Lo siento, chaval, pero asi son las cosas', se dijo.
A la derecha vio un cartel de salida. 'Muy bien -penso-. Esta es la mia.'
Brian se movio como si empezara a despertarse, pero se durmio otra vez. Adormilado, penso que habia oido su nombre, aunque quiza lo hubiese sonado.
Al Rhodes vio la perturbada expresion en el rostro de Catherine Dornan cuando esta se dio cuenta de que significaba el hecho de que Brian estuviera con Jimmy Siddons. La observo cerrar los ojos, listo para sostenerla si se desmayaba.
Pero Catherine, en cambio, abrio los ojos y se apresuro a tender los brazos para apoyar las manos sobre los hombros de su hijo mayor.
– No debemos olvidar que Brian lleva la medalla de San Cristobal -dijo, sin anadir nada mas.
La mascara de adulto valiente que Michael habia logrado mantener durante la confusion de aquella tarde comenzo a desmoronarse.
– No quiero que le ocurra nada a Brian -empezo a sollozar.
Catherine le acaricio la cabeza.
– Nada le ocurrira -replico su madre, con voz tranquila-. Creelo y aferrate a ello.
Rhodes vio el enorme esfuerzo que le costaba hablar. ?Quien demonios habra filtrado a los medios de comunicacion la noticia de que Brian Dornan esta con Jimmy Siddons?', se pregunto enfadado. Rhodes sintio que las ganas que tenia de partirle la boca al canalla que con tanta inconsciencia habia puesto en peligro la vida del nino iban en aumento. La idea de que, si estaba escuchando la radio, Siddons lo primero que haria seria deshacerse del nino contribuyo a alimentar su ira.
– Madre -decia Catherine en ese momento-, ?recuerdas la historia que nos contaba papa sobre aquella Nochebuena, cuando solo tenia veintidos anos y, en medio de la batalla, llevo a unos soldados de su compania a un pueblo que estaba cerca del frente? ?Por que no se la cuentas a Michael?
La anciana continuo con la historia.
– Habian recibido un informe sobre movimientos enemigos que resulto ser falso. Cuando regresaban al batallon, pasaron por delante de la iglesia del pueblo. La Misa del Gallo acababa de comenzar y vieron que la iglesia estaba repleta. Pese al miedo y al peligro, todos los habitantes habian salido de sus casas para asistir a misa. Cantaban Noche de paz, y sus voces llegaron hasta el escuadron. Tu abuelo decia que era la cancion mas bella que habia oido nunca. -Barbara Cavanaugh sonrio a su nieto-. Entonces, el abuelo y los soldados entraron en la iglesia.
El solia decirme que todos habian tenido mucho miedo hasta que vieron la valentia de aquellos aldeanos. Alli estaban, en medio de una batalla feroz. No tenian casi comida. Sin embargo creian que algo los habia ayudado a sobrevivir en aquellos tiempos terribles. -El labio inferior le temblo, pero su voz no perdio firmeza mientras continuaba-: El abuelo me dijo que en aquel momento supo que volveria a casa conmigo. Y, una hora mas tarde, la medalla de San Cristobal evito que una bala penetrara en su corazon.
– ?Seria tan amable de llevarnos a la catedral? -pregunto Catherine al agente Ortiz, mirandolo por encima de la cabeza de Michael-. Quiero ir a la Misa del Gallo, y me gustaria sentarme en un lugar en que ustedes me encuentren enseguida si hay alguna noticia.
– Conozco a Ray Hickey, el sacristan. No se preocupe -dijo Ortiz.
– ?Me informaran de inmediato si hay alguna novedad? -inquirio al agente Rhodes.
– Por supuesto -respondio este, y no pudo evitar anadir-: Es usted muy valiente, senora Dornan. Y le aseguro una cosa: todos los policias de la zona noreste estan trabajando para devolverle a Brian, sano y salvo.
– Le creo, y la unica forma que tengo de ayudar es rezar.
– La filtracion no ha salido de nosotros -informo brevemente Mort Levy al inspector jefe Folney-. Al parecer, un enterado de la WYME vigilaba el apartamento de Cally, nos vio entrar y se dio cuenta de que ocurria algo.
Siguio a Aika Banks, que iba camino de su casa, le dijo que era policia y le saco la informacion. Se llama Pete Cruise.
– Que suerte que no haya sido uno de los nuestros. Cuando todo esto termine, echaremos el guante a ese Cruise por suplantar a un policia -dijo Folney-. Pero, mientras tanto, hay mucho que hacer.
Se hallaba de pie, delante de un enorme mapa de la region noreste pegado a la pared. Las carreteras estaban marcadas con colores distintos. Bud Folney cogio un puntero.
– Nos encontramos en este punto, Mort. Debemos suponer que Siddons tenia un coche preparado cuando dejo el apartamento de su hermana.
Segun ella, se marcho poco despues de las seis. Si no nos equivocamos y se puso en camino enseguida, hace unas cinco horas y media que esta en la carretera. -El puntero se movio-. La capa de nieve fina se extiende desde la ciudad hasta cerca de Herkimer, salida treinta de la Thruway. Por Nueva Inglaterra es mas espesa. Pero aun asi, probablemente Siddons este a unas cuatro o seis horas de la frontera.
– Folney dio un golpe contra el mapa-. Una extension tan grande que sera como buscar una aguja en un pajar.
Mort espero. Sabia que su jefe no queria comentarios.
– Hemos puesto a toda la frontera en estado de alerta especial -continuo Folney-. Pero con el trafico tan denso que hay, no le resultara dificil pasar, y es seguro que alguien como Siddons sabe entrar en Canada sin