– Todavia no lo se.

Se separaron. Myron subio a su coche y miro su movil. Un nuevo mensaje. Lo escucho.

«Myron, soy Gail Berruti. La llamada que me pediste procedente de la casa de Erik Biel. -Habia ruido de fondo-. ?Que? Maldita sea, espera un momento.»

Myron espero. Era la llamada que Claire habia recibido con la voz robotica diciendole que Aimee «estaba bien». Unos segundos despues, volvio Berruti.

«Perdona. ?Por donde iba? A ver, aqui esta. La llamada se hizo desde una cabina de Nueva York. Mas concretamente, de una hilera de telefonos del metro de la Calle 33. Espero que te sirva de algo.»

Clic.

Myron lo penso. Justo donde habian visto a Katie Rochester. Tenia sentido. O quiza, con todo lo que sabia, no tuviera ninguno.

Su movil sono de nuevo. Era Wheat Manson, que llamaba desde Duke. No parecia contento.

– ?Que diablos pasa? -pregunto Wheat.

– ?Que?

– Lo que me dijiste de Chang. Concuerda.

– El cuarto de la clase ?y no fue admitido?

– ?Vamos a entrar ahi, Myron?

– No, Wheat. No. ?Que hay de Aimee?

– Ese es el problema.

Myron le hizo algunas preguntas mas.

Empezaba a encajar.

Media hora despues, Myron llego a la casa de Ali Wilder, la primera mujer en siete anos a quien decia que amaba. Aparco y se quedo un momento en el coche. Miro la casa. Le pasaban demasiados pensamientos por la cabeza. Penso en su difunto esposo, Kevin. Esa era la casa que habian comprado. Myron imagino el dia en que Kevin y Ali irian alli con un agente inmobiliario y elegirian la nave como el lugar donde vivir y tener a sus hijos. ?Se cogian de la mano mientras apreciaban su futura morada? ?Que le gusto a Kevin? ?O fue tal vez el entusiasmo de su amada lo que le hizo aceptar? ?Y por que demonios estaba pensando esas cosas Myron?

Le habia dicho a Ali que la queria.

?Habria hecho eso -decirle «te quiero»- si Jessica no hubiera ido a verle? Si.

«?Estas seguro, Myron?»

Sono el movil.

– Diga.

– ?Piensas pasarte la noche sentado en el coche?

Sintio que el corazon se le ensanchaba al oir la voz de Ali.

– Perdona, estaba pensando.

– ?En mi?

– Si.

– ?En lo que te gustaria hacerme?

– Bueno, no exactamente -dijo-. Pero puedo empezar ya, si quieres.

– No te preocupes. Ya lo tengo todo planeado. Solo interferirias en lo que habia pensado.

– Dime.

– Prefiero que lo veas. Ven a la puerta. No llames. No hables. Jack duerme y Erin esta arriba con el ordenador.

Myron colgo. Vio su reflejo -con la sonrisa tonta- en el retrovisor del coche. Intento no ir corriendo alli, pero no pudo evitar acudir a toda velocidad. Se abrio la puerta antes de que llegara. Ali llevaba el pelo suelto, una blusa ajustada, roja y brillante, tirante en la parte superior, como pidiendo que la desabrocharan.

Ali se llevo un dedo a los labios.

– Chist.

Le beso apasionadamente. Lo noto en las puntas de los dedos. El cuerpo le canto. Ella le susurro al oido.

– Los chicos estan arriba.

– Eso has dicho.

– Normalmente no soy muy aventurera -dijo Ali, lamiendole la oreja. Todo el cuerpo de Myron se encogio de placer-. Pero es que te quiero ya.

Myron reprimio la respuesta humoristica. Se besaron otra vez. Ella le cogio la mano y le guio rapidamente por el pasillo. Cerro la puerta de la cocina. Cruzaron el salon. Ali cerro otra puerta.

– ?Como te las arreglas en un sofa? -pregunto ella.

– No me importaria hacerlo en una cama de clavos en la cancha del Madison Square Garden.

Se dejaron caer en el sofa.

– Dos puertas cerradas -dijo Ali respirando pesadamente. Volvieron a besarse. Las manos empezaron a volar-. Nadie puede sorprendernos.

– Veo que lo has estado planeando -dijo Myron.

– Practicamente todo el dia.

– Ha valido la pena -dijo Myron.

Ali pestaneo.

– Oh, espera y veras.

Se dejaron la ropa puesta. Eso fue lo mas asombroso. Si, se desabrocharon botones y se bajaron cremalleras pero no se quitaron la ropa. Y luego, jadeando abrazados, totalmente agotados, Myron dijo lo mismo que decia cada vez que acababan:

– Uau.

– Tienes un rico vocabulario.

– Nunca uses una palabra larga cuando una corta es suficiente.

– Podria hacer una broma ahora, pero no lo hare.

– Gracias -dijo el-. ?Puedo preguntarte algo?

Ali se acurruco junto a el.

– Lo que quieras.

– ?Somos exclusivos?

Ella le miro.

– ?En serio?

– Creo que si.

– Es como si me pidieras salir en serio.

– ?Que dirias si lo hiciera?

– ?Pedirme para salir en serio?

– Claro, ?por que no?

– Exclamaria: «?Si!». Despues te preguntaria si puedo garabatear tu nombre en mi agenda y ponerme tu chaqueta de la universidad.

El sonrio.

– ?Tu pregunta tiene algo que ver con nuestro intercambio anterior de «te quiero»? -pregunto Ali.

– No lo creo.

Silencio.

– Somos adultos, Myron. Puedes acostarte con quien quieras.

– No quiero acostarme con nadie mas.

– Entonces ?por que me preguntas eso?

– Porque antes… No se, pero no pienso con mucha claridad cuando estoy en ese estado de… -Gesticulo.

Ali levanto los ojos al cielo.

– Hombres. No, me referia a por que esta noche. ?Por que me preguntas si somos exclusivos esta noche?

El no supo que decir. Queria ser sincero, pero ?le apetecia hablar de la visita de Jessica?

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